Una ciudad pequeña en las montañas de USA...
Una chica rezagada y un destino por descubrir...
Una historia de amor, y varias decisión que tomar, para elegir el camino correcto! Pero es que acaso una chica de 17 años puede tomar la decisión correcta...
Todos seguían alrededor de mi, Sonja me sostenía por detrás, esperando que en cualquier momento me desmayara, a mi lado izquierdo estaba Andy. Que según Sonja siempre había estado colado por mi y a mi lado derecho estaba Ronnie. El Señor Kellier seguía un poco nervioso. Nos observó y les dijo - Quedense con ella, ¿vale? - les dio un billete de diez dólares - vayan a tomar algo antes de irse a casa y lleven a Kaulitz esta igual de conmocionado que DuCraine - Sonja fue a buscarle a pesar de Andy y Ronnie, pero como era de suponerse ella volvió sola con mis cosas y las de ella.
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Todos estábamos sentados en una mesa de la cafetería de la esquina del Teatro. Cada uno se pidió algo diferente. A mi me pidieron un batido de chocolate, que por cierto no estaba tan bueno, hablaban animadamente mientras que yo pensaba en lo que había pasado hace unas horas - ¡Hey! - sentí una mano sobre la mía, Andy me miraba con una sonrisa y dijo algo, yo solo sonrei y quite mi mano suavemente -¿estas mejor? - asenti, Sonja me miraba un poco preocupada - tu auto esta en casa, lo llevo esta mañana Matt, dijo que nadie lo recibió así que dejo las llaves dentro y la puerta abierta, ¿bien? - le mire y sonrei - gracias, había olvidado el auto - baje la mirada y se vino a mi mente la imagen de Bill del otro lado del escenario, ¿como había podido llegar tan rápido hasta mi?, frunci el ceño y los mire alternadamente - ¿vieron donde estaba Bill? - todos posaron la mirada en mi y negaron, si les decía que estaba lejos de mi, me dirían que estaba alucinando y que me había pegado en la cabeza, entonces ahora si me llevarían a urgencias - no se, no lo vimos - hablaron en coro - ¿porque? - pregunto Ronnie - no se, pensé que alguien lo había visto - Andy jugaba con la pajilla - creo que deberías irte a casa, has de estar cansada -suspire y le mire - creo que tienes razón, debo irme ya, aparte es tarde. - me levanté y tome mi mochila - yo te llevo, claro si no tienes inconveniente - decline la invitación y salí de allí. Todo lo que había pasado lo tenia muy presente en mi cabeza, necesitaba respuestas, quizás el Señor Kellier aún siguiera en el Teatro. Emprendí la marcha hacía el, subí las escaleras y observé que la puerta estaba bien asegurada. Bufé molesta, me di vuelta para irme... Pero, allí estaba la moto de Kaulitz, acaso... Aún ¿seguiría allí?; saque una linterna de mi mochila y alumbre, no se veía nada, no se escuchaba nada. Salí de allí y empecé a caminar hacia el callejón, quizás había una escalera de emergencia, seguí caminando y llegué a la escalera, estaba demasiado oxidada, alumbre y mire unos contenedores de basura, y arriba de estos había una pequeña ventana, me acerqué y patee una lata esta rodo, al instante se movió algo, alumbre directo a donde había escuchado el movimiento y me tope con unos ojos brillantes, era un gato que salió escopeteado de allí al alumbrarlo, suspire y negué por mi miedo tan infantil. Subí al contenedor y mire una última vez el callejón y me introduje al Teatro, un sillón amortiguó mi caída, me levanté y empecé a caminar sin hacer ruido una melodía lenta y tocada con pasión llegó hasta mis oídos, me detuve y apague la linterna, ¿era Bill Kaulitz? Me había llegado el recuerdo de el violín que había encontrado, ¿pero y si no era el? Encendí la linterna y la apague al instante, sólo para darme una idea de donde pisar, se detuvo la música. Pare y está vez era una melodía tocada con desprecio y amargura, aproveche y me moví más rápido, mi corazón latía con una fuerza increíble, respire profundo quería salir corriendo de allí, pero necesitaba respuestas una voz interior me decía »dejalo para mañana« pero la ignore y seguí caminando, encendí la linterna y una luz brillante me cegó, apague la linterna y observé inmóvil, era un espejo sonrei irónicamente, ¿como era posible que me haya asustado de mi misma?, llegue al escenario la música se había detenido, así que esta vez no encendí la linterna, era demasiado arriesgado, ya que no sabía quién estaba allí y me descubrirían. Seguí y algo tiro fuerte de mi, me levanto y choque contra la pared, mis pies ya no tocaban el suelo, trate de pegarle con la linterna pero me agarró de la muñeca, la linterna cayó y se apago. Un cuadro se cayó y se hizo añicos, alguien me apretaba el cuello, era mi fin, apretó más y mi grito se convirtió en un jadeo. Me soltó- ¿tu aquí? - reconocí esa voz, había quedado de rodillas en el suelo, me dolió horrible el cuello, toque la zona afectada y me ardió mucho mas, así que no lo volví a tocar. Busque mi linterna la tome e intente encenderla, no paso, se había estropeado - ¿Que haces aquí? - me ayudó a levantar y empezó a caminar, no me quedó de otra que seguirle - ¿Y tu? Deberías de estar en casa, a estas horas las niñas bonitas están allí, con sus padres mirando la televisión - bufo y se sentó, empezó a tocar, eso me hirió yo no recordaba a mis padres y tampoco había estado con ellos viendo el televisor, pero eso no podía explicárselo. Así que tome aire y hablé - tocas bien, ¿donde aprendiste? - el no respondió y siguió tocando, había ido por respuestas y eso obtendría - ¿como llegaste tan rápido? - hizo un sonido horrible con el violín y se volvió, me miró fijo y suspiro - te salve la vida DuCraine agradecemelo y ya - volvió a su posición anterior y siguió tocando - lo agradezco, pero estabas hasta el otro lado del escenario, es imposible que llegarás a mi - dejo el violín sobre algo y se levantó - ¿Quieres jugar? Juguemos, estas muerta DuCraine pero como tú alma no está en paz por eso está en pena aquí - sonrió y se movió ya no lo veía, ¿como podía ser tan silencioso? - no es un juego Kaulitz - dije molesta - ¿no estarás tranquila cierto? - bufé y frunci el ceño - no - sentí su respiración, estaba detrás de mí - ¿y si lo estaba que? Yo reaccione rápido, no como tus amigos, estoy en condición y llegué hasta ti, te salve la vida, por que yo lo hice, ¿bien? - Volvió a su asiento y tomó el violín, estaba dispuesto a volver a tocar - ahora vete, ya te respondí - ¡no! Quiero hacerte un par de preguntas más - bufo molesto y empezó a tocar - ¿como supiste que algo se caería? - el sonrió y me miró - mis padres eran artistas. Cuando escuché la cuerda supe que algo se caería. - le mire, quizá lo que le preguntaría sobre pasará los límites, pero quería respuestas. - ¿trabajabas en un circo? - el hizo un movimiento con la mano - algo así - ¿por que no sigues allí? - hubo un accidente y ya no pudimos continuar, prefiero no hablar más de eso. - asentí- //una más...// ¿por que tus ojos cambiaron de color? - no respondió; esta vez empezó a tocar más rápido, se saltaba notas, la melodía sonaba espantosa y derrepente dejo de tocar - es herencia, la luz me hace daño más si pega directo en mis ojos, y en la noche veo mejor - ¿por eso los delineas? - si, y también por estilo propio - suspire, tenía sentido, pero no del todo, agite la linterna fuerte, estaba nerviosa, encendió y le dio directo en los ojos, no fue intencional, pero de nuevo tenían ese color - ¡para! - grito y se cubrió el rostro - ¿Querías comprobarlo? - yo me hice para atrás al escucharlo gritar - no, yo lo lamento, es sólo que se encendió así, sin más - se levantó y bufo, estaba molesto eso era notorio - ¿Que mas quieres saber DuCraine? - me quedé estática y hablé - sólo eso, creo - suspire y di vuelta - entonces vete - no respondí sólo seguí mi camino. Llegue a un pasillo estrecho, no recordaba haber pasado por ahí, pero vi el espejo y me dirigí a él, tropecé con algo y choque contra la pared la linterna recibió el mayor golpe y se apago, por más que la agitaba y maldecía esta no se encendió. Bufé y empecé a tantear las cosas, pase por un montón de vidrios rotos y sentí como me tomaban del antebrazo - ¿por donde has entrado? - le mire confundida y le dije por donde, me tomo bien y empezamos a caminar, se notaba que veía mejor en la oscuridad evadía las cosas, cosas que yo no podría haber visto. Llegamos a la ventana por la cual me había colado y me soltó. - no hubieras podido llegar sola, podrías haberte roto la crisma - asentí - ¿hacemos las paces? - le extendí la mano, no se por que creía que tomaría mi mano, aguante un suspiro de fastidio y decepción, pero antes de retirar mi mano, la tomo, fue un apretón rápido como si le diera asco tocarme - bien estamos en paces - sonrei y se subió al sillón, salió sin tanta complicación una vez afuera me ayudó a salir, me soltó ya que estaba afuera; perdí el equilibrio y choque contra un bote de basura, este se despringo y al caer la tapa hizo un gran ruido que se escuchó por todo el callejón, ninguna luz se encendió, pareciera que a nadie le importaba ya que no se escuchó nada más, el levantó el bote y lo tapó, lo acomodó en su lugar y me miró, sus ojos seguían del mismo tono, ese tono tan hermoso, un gris tan curioso, miro hacia el final del callejón, me pego a su espalda y me apretó contra la pared, yo intentaba quitarlo, hasta que escuche la voz de alguien, le hablaba en un idioma extraño, yo me aferre a su camisa y me quedé quieta y en silencio, me escondí todo lo que pude en el. Respondió en el mismo idioma y el contrario soltó una gran carcajada. Bill seguía apretandome evitaba que el contrario me viera, y yo a él, mantenía la cabeza oculta en el y de nuevo volvieron a decirse un par de palabras, el tipo se fue; pero el no me soltó hasta estar completamente seguro de que se había ido - ¿estas bien? - asentí y empezamos a caminar, lo hacíamos a paso apresurado, llegamos a su moto, se montó y me dio el casco - ¿que quería? - le mire antes de ponerme el casco - quería saber si te compartía - le mire extrañada, no entendía - ¿si me compartías? - el puso los ojos en blanco y bufo - si, si te compartía - entonces entendí, no sólo me había salvado la vida ese día, si no que también me había protegido. Me monte en la moto y me abrace a él - ¿lo conoces? - el miro hacia donde estaba - no, no lo conozco. Lo he visto un par de veces en el Ruthvens, no tiene buena fama con las chicas, espero que no te lo vuelvas a topar, porque el no acepta un no, por respuesta - le mire y frunci el seño, era el bar donde Sonja trabajaba - pero Sonja trabaja allí, es obvio que iré a ese lugar, Sonja trabaja allí, voy los fines de semana - suspiro y encendió la moto - no vayas, te lo toparás y esta vez no habrá nadie que te proteja - y arrancó - ¿me estas diciendo que no se protegerme? - bufo molesto - no, no sabes hacerlo - hablábamos a gritos - entonces ¿le has dicho a ella? - no, ella sabe cuidarse sola - si, definitivamente me había dicho estúpida... - bueno, pues iré y no puedes prohibirmelo - solo negó con la cabeza, iba manejando colmo loco aceleraba cada vez mas. De vez en cuándo volteaba a verme y yo solo cerraba los ojos iba a una velocidad realmente peligrosa, llegamos a mi casa y fue el momento en que freno. Baje y suspire, por fin estaba a salvo me despedí de el con la mano y despareció.
