○ Capítulo 5 ○

667 88 2
                                    

Aún no conseguía averiguar porque estaba el limbo tras la puerta en el sótano de Anette. Era algo inimaginable, aunque eso ya formara parte de mi vida como algo cotidiano.

Entré otra vez a la casa y le pregunté a Anette, quien reposaba en la única silla frente a la puerta.

— ¿Por qué ese lugar está aquí?

—Es... complicado —Dijo abriendo sus ojos.

— ¿Complicado? Busqué una salida todo este tiempo y tú la tenías en frente —Sabía que lo había hecho con la idea de que los ángeles mayores no supiesen nada, pero el que lo tuviera ella, en su casa, en un punto sin poder, me tenía consternada.

—Hay secretos que están fuera de nuestro alcance, Lily —dijo —aun cuando existe este mundo tan espiritual y misterioso.

Tomando en cuenta lo que era y lo que soy para el resto, creía necesario saber ese tipo de información.

—Si todos me dicen que soy la salvadora... ¿No debería tener derecho ante este tipo de cosas? ¿El saber de su existencia?

—Es por eso que lo sabes ahora. Escucha, te estoy enseñando esto ahora, porque donde menos tienen poder los ángeles mayores es aquí, en un punto de intersección entre el mundo real y uno ficticio. Además, no hallaba a quien contarle hasta que apareciste tú.

Me senté a su lado, mirándola de frente. Se sentía la sensación de estar liberándose de algo que llevaba guardando por mucho tiempo. Sin embargo, una palabra llamó mi atención.

— ¿A qué te refieres con ficticio? —Pregunté con confusión.

—No es real.

— ¿Qué?

—Este mundo, Lily... Todo lo que conocemos no es el final. Tu batalla no es ahora. Falta un largo camino que recorrer. Y ellos lo saben, por eso tratan de aprisionarte —Se encaminó hacia un armario muy viejo — ¿Reconoces esto?

Las puertas del armario me parecían muy familiares, pero estaba segura de que no lo reconocía.

—Jamás lo he visto.

— ¿Estás segura? —Me sonrió de una manera melancólica —Hace muchos años, lo viste.

Sabía que eso no estaba en mi memoria y eso me molestó. Comencé a sentir como si una parte de mi cerebro estuviera fallando o simplemente, como si mis recuerdos estuvieran perdidos.

—No entiendo.

—No hace falta que lo entiendas, tan solo que lo sepas. Han borrado nuestra memoria como si fuésemos experimentos. Cada una de las reencarnaciones guiadas por un mismo mal, terminaban siendo lo que ellos querían. Algún día las verás, a todas, tengo fe.

No estaba entendiendo lo que Anette estaba diciendo. Parecía estar en trance, al observar ese armario.

—Anette... —Me puse de pie y caminé hasta ella.

—Tratan de hacer lo mismo contigo, para no tener que lidiar con tu poder. Ellos saben que eres fuerte y te temen —Suspiré y baje mi cabeza. A carga se estaba haciendo presente —Volveremos algún día al mundo que nos pertenece.

— ¿Ese es el prado?

—No, cada uno llegará al lugar de donde es. Donde seamos nosotros mismos. Sin miedo y sin pensar en una oscuridad asechando.

Eso es lo que yo quería. Liberar a todos los ángeles y darles esperanza. Que vuelvan a donde pertenecen.

Levanté mi cabeza y vi que Anette estaba observándome fijamente.

Un Ángel Volador © (LIBRO 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora