○ Capítulo 6 ○ (Editando)

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¤¡A La Montaña Maldita!¤

¿El portal?, ¿Qué portal?, no recuerdo ningún portal en la montaña de los ángeles mayores, será posible que...

FlashBack

Cuando miré dentro me sorprendí, el cuarto era de un color dorado, brillante, tanto que podría cegar, era muy grande, parecida a un auditorio, en un lado de la habitación había una manta larga colgando de dos cosas parecidas a unos percheros, me invadió la curiosidad y la quité.

No había nada, un cuadro, ni una puerta, solo un espacio de colores indescriptibles, increíbles, inimaginables, que daban vuelta de un lado a otro, era casi del mismo tamaño de la manta que la cubría. Incluso tenia un rubí en la punta del marco del espacio. Era...

Un portal.

Quizás se refería a ese portal, eso quiere decir que tendré que volver a la montaña. ¡Rayos!

No quería volver a ese lugar, la ultima vez murió mi hermana y casi muere mi mejor amiga, pero tenia una verdad tan cerca que no podía descartar ese viaje. Así que manos a la obra.

Volví a casa de Anette y le conté todo, por lo que no iba a ser fácil, entonces se me ocurrió un plan, que podía ser peligroso, pero también podría servir.

Se lo propuse a Anette y ella estuvo de acuerdo.

Primero, tendría que disfrazarme para poder entrar a la montaña de los ángeles sin ser descubierta, por lo que al tener las alas blancas, era un punto a favor.

Segundo, tendría que tener compañía y las dos personas con alas blancas que pueden ayudarme son Chris y Karen.

Tercero, robaríamos el cristal con el rubí de en medio, ya que sin el, supongo que pierde su poder. Luego lo intentaremos esconder en la montaña de los Ángeles de los Elementos. No podía estar segura de que funcionaria, pero al menos lo intentaríamos, sino lo esconderíamos en la casa de Anette.

Cuando fui a casa de Karen, me di cuenta que tenía visita, en su cuarto había un chica rubia con la cual se reía mucho. Al parecer la chica no podía ver sus alas, pero yo si. Pero de repente me sentí como si estuviera siendo reemplazada.

Solo quede mirando la ventana, como si pretendiera que ella no podía verme, porque si lo hacia, simplemente intentaba evitarme. Y funcionó muy bien.

No sabía que le pasaba. Hace mucho que se comportaba extraño, pareciera como si no fuera la de antes, ella no era mi amiga.

Al final del día no me había atrevido a ir a Dark, no se absolutamente nada de María Francisca, ni de Manny, ni de los ángeles en general. Tenía que avisarle a Chris ante de los 50 días límites.

Me pasa bastante seguido, el hecho de pensar si lograre hacer lo que debo. Necesito una inspiración, o no lo sé.

De pronto, una ráfaga de viento me atravesó el alma, intente mantenerme en pie y me fije en la ventana de la habitación de Karen y a su lado, la figura de un hombre la miraba, no se le veía la cara, pero tenía la sensación de que era el mismo que le mencione a María Francisca, cuando no me creyó. De un momento a otro dio vuelta su cabeza y me miro por largo tiempo, hasta que estuvo frente a mí. Yo suspiraba pesadamente, estaba asustada, pero lo único que sentí fue el toque de su mano en mi mejilla, era cálido y ya no le tuve miedo.

Y desapareció.

Supe que no era malo, solo estaba pidiendo ayuda. Pero, ¿Quien era aquel hombre envuelto en esas sombras?.

Me fui rápidamente al prado para hablar de mi plan a Chris porque se que Karen ya no me va ayudar, así que solo tendré que contar con él.

Cuando llegue todos estaban en lo suyo, nadie noto mi llegada.

Busque a Chris hasta encontrarlo en la estrella, el lugar donde se veían todas las montañas, y le pregunte si se sentía bien, solo respondió que extrañaba a su madre.

-¿Ella, también era un ángel mayor?.

-No, solo era victima de las mentiras de mi padre, era de los más mayores. Toda la vida mi padre nos enseño a mi y a mi familia que los que estaba correcto eran ellos y ustedes estaban mal, lo que al parecer era al revés.

-Lo lamento.

Lily, por favor tienes que pensar, de que lo sientes, si a ella no le ha pasado nada malo. Aún.

Nunca he sido buena dando ánimo.

-También yo, pero lo único que quiero ahora es sacarla de ese lugar, aunque no se si esta viva aun, espero que si.

-Estoy segura que lo estará, tienes que aprovechar que al ser esposa de uno de los ángeles mayores mas autoritarios, querrán sacarle toda la información que sepa y es donde entraremos nosotros, Chris. Tengo un objetivo y necesito tu ayuda, por favor.

Su labio se levanto en ese tipo de sonrisas que hacen derretir a cualquier chica, esa sonrisa confiable.

-Claro, solo dime.

Le conté todo lo que tenia que hacer, lo de los 50 días, lo del portal y como lo pensé, aquello ultimo si era ese que vimos la vez pasada.

-Entonces, ¿quieres camuflarte a través de los ángeles mayores? - Pregunto Chris sorprendido.

-Si, es la única manera de que no nos encuentren tan rápido, pero necesitamos ropa blanca, alguna manera de que no nos reconozcan.

-Tienes razón, pero lo que nos complica es que tienen muy buena memoria y son capaces de recordar un rostro incluso después de 300 años.

-Rayos!!, no hay manera de cambiarnos el rostro - Lo dije en tono de broma, pero él se mantuvo serio hasta que su cara me mostró que se le prendió la ampolleta.

Según Chris, los ángeles mayores se separan en dos rangos, los novatos y los serafines, estos últimos tienden a cubrirse el rostro con un velo blanco de lineas delgadas y doradas mostrando que deben ser respetados. El problema que se presenta ahora es que los serafines son de cabellos rubios y dorados, lo que quiere decir que Chris no pasara desapercibido por su pelo oscuro.

Vaya que hay muchos problemas y solo tengo 50 días para solucionarlo, tengo que ir si o si a ese lugar, de alguna manera.

Tengo que ir a esa maldita montaña.

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Hola, quería disculparme por el hecho de no haber subido capítulos casi por tres meses, la verdad es que estaba pasando momentos difíciles, me he estado enfermando mucho, pero ya estoy aquí y espero seguir aquí, en todo caso pase lo pase, no dejare incompleta la historia.

Espero su compresión, gracias :)



Un Ángel Volador © (LIBRO 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora