Cambios...

Capitulo 8: Tranquilidad

A pesar de la ausencia de Tom, las cosas seguían igual que siempre, sus hermanos siempre la mantenían ocupada para que su mente no se distrajera de seguir pensando en su novio, no que lo vieran mal pero tampoco querían que se la pasara triste por su ausencia.

Con o sin los días que le había prometido para volver pero las cosas se habían complicado un poco y tuvo que avisarle que ahora llegaría en 2 días mas, eso no le sentó bien a Charlotte, quien parecía estar luchando contra las lágrimas salidas que iban a salir de sus cuencas.

Eso enojo a sus hermanos y los adultos intentaron no despotricar contra lo que tuvieran frente a ellos pero su mama les había prometido que si este no volvía en la fecha que dijo, podían lastimarlo por Charlotte, obviamente a escondidas de ella, ya que saben que a pesar de todo lo iba a defender, de todos y todo.

De igual forma, las cosas volvieron a la normalidad, Charlotte se sentía algo incomoda y es que toda su familia sentía que ella se había molestado por lo pasado con Tom y eso hizo que sintieran que en cualquier momento fuera a explotar.

Pero Charlotte está bastante relajada y hasta feliz, porque igual sigue comunicada con él, y pronto paso el tiempo hasta llegar a la fecha que este prometió, todos se encontraban nerviosos, incluso ella pero ese día en particular ocurrió una serie de eventos algo raros.

Primeramente un envió grande de rosas blancas, rojas y tulipanes del mismo color, eso los descoloco pero Abi, salvando como siempre a Charlotte, alejo la atención de ella comentando sobre la comida de ese día, alegrando a su hija.

Agradeciéndole con una mirada de complicidad, su madre las puso dentro de un jarrón y lo dejo en el centro de la mesa, luego empezó a servir los platos con el desayuno pero Charlotte no tenía hambre, en cambio, se había dado una ducha y tenía su bolsa chica en mano.

Se despidió de sus padres y hermanos y salió de ahí, paso por el patio y tras abrir la puerta, la volvió a cerrar tras ella luego de salir, soltó un gran suspiro y empezó a caminar por el lado derecho, se puso los auriculares en las orejas y tras programar su celular con la música, esta empezó a escucharse, relajándola.

No se dio cuenta de hasta donde camino pero considero que fue mucho cuando vio frente a ella la entrada al parque Fabax, que queda atravesando la mitad de la cuidad y quedo realmente sorprendida y saco de su bolsa su celular, viendo que eran las 12 de la tarde.

Se dio cuenta de que por ir entretenida pensando en la inmortalidad del cangrejo no había podido llegar a donde iba, soltó un suspiro, frustrada e iba a dar la vuelta para volver pero en ese momento empezó a sonar su celular, indicándole de una llamada entrante, viendo que es su mama.

Deslizo el dedo por la pantalla y luego se lo puso en la oreja, luego de decir hola, su madre le indico que debía volver a casa, que alguien desea verla y luego de unos intrigantes minutos, tuvo que prometerle a su madre que lo iba a hacer, luego de unos minutos colgó.

Volvió a soltar un suspiro y miro la pulsera de su mano, desde que Tom se la había regalado y apenas que se entera de los poderes que tiene está por sobre el dueño, creía no merecerla e iba a volver a dársela pero este no quiso y dejo que se la quedase porque como le había dicho un día: "es el único regalo que nos une más allá de lo mortal".

Obviamente eso se lo había dicho en secreto y cuando lo dijo, Charlotte había pensado que era broma y se había reído en forma nerviosa por ello pero al ver la cara completamente seria de su ahora novio, se dio cuenta de que eso era verdad y callo, sorprendida por esas palabras, iba a decir algo.

Pero Tom al instante le explico la razón de ello y es que el o la dueña de la pulsera se volvía inmortal solo por el hecho de ser poseedor de esta y si esa persona que heredo la pulsera elegía a otra persona como con quien quiere pasar el resto de sus días y se la quedaba por al menos un par de años, automáticamente esta o este se volvía inmortal.