Cambios...

Capítulo 14: Finalmente parte II

Bueno, este es el final, el siguiente es un prologo, igual espero y les guste muchísimo como a mi y enserio disfrute mucho escribir esta historia, como dije en la nota anterior, haré el mayor esfuerzo para no tardarme en subir el primer capitulo de la siguiente historia que tengo pensada.

¡Nos vemos pronto!

¡Que disfruten este capitulo! 

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Ese mensaje había hecho que la voz de Sebastián se quebrara un poco, entristeciéndose, sabe que sigue amando de la misma forma que en un inicio a Tom, pero verlo en ese mensaje, donde sabe que no es la boca el que lo dice si no los dedos y la mente, era más difícil mentirle y aún sigue doliéndole eso.

Tom también oyó el mensaje leído por Sebastián, sintió cerrarse su garganta y más lágrimas comenzaron a caer por sus ojos, sintiéndose muy triste por lo que ella puso, también la ama profundamente y todo ese tiempo separados no había hecho más que recordarle lo estúpido que fue al pensar que se quedaría, ahora para siempre.

Pero lo que no entendía era el hecho de que afirma, hasta ahora 2 veces, que ambos están divorciados y que él era libre de amar o hacer lo que él quisiera sin restricción de su parte, algo que lo hacía sentirse más mal de lo que había pensado, miro a Sebastián y antes de siquiera formular la pregunta, este dijo:

-Charlotte me dio una hoja de divorcio hace 12 años –dijo Sebastián, suspirando-. Aun no lograba establecerse en algún lugar y nuestra comunicación fue en exceso limitada, huía porque estaba ciscada con que alguien la seguía para hacerle daño alguno, creyó que alejando a todos, incluso a ti de esa forma, no perdería nada.

Se quedaron en silencio unos minutos, Tom se limpió las lágrimas de los ojos y mejillas con la manga de su suéter y Sebastián, quien también había empezado a llorar, solo agarro un poco de papel para limpiarse el rostro y al recomponerse, Sebastián prosiguió a seguir contándole lo que había pasado en ese entonces:

-Ella quería alejarte lo más posible con ese divorcio –dijo Sebastián, mordiéndose los labios, nervioso-. Entre menos ambos nombres aparecieran juntos y en un mismo lugar, mucho mejor para ella, recuerda que todavía la seguían en ese momento, un movimiento en falso y podían atraparla.

-Ella no podía hacer eso, de igual forma –dijo Tom, mirando a Sebastián-. Se supone que para poder separarnos, necesitan que ambos estemos de acuerdo, yo jamás le iba a dar o a ponerme a favor de separarme de ella, la amo como no recuerdo haber amado a alguien.

-Lo sé, lo sé –dijo Sebastián, suspirando-. Intente también persuadirla de ello, le dije que jamás aceptarías porque la amas y pelearía a su lado pero siguió sin escucharme, en cambio, me convenció de que lograra convencerte de firmar aquella hoja y aparte otra donde dice que estas lo bastante cuerdo como para hacerlo por voluntad propia.

Tom lo miro, sorprendido por ello, jamás pensó que el hecho de que por protegerlo, ella llegase a lastimarlo o hacerle hacer alguna cosa que no quería hacer, eso no era protección, era algo más que Sebastián no le decía, pero que debía de ser algo grave como para guardarlo ahora que sabe mucho más de su esposa.

-Intente varias veces armarme de valor para hablar contigo pero en todas fracase –dijo Sebastián, frotándose la mano en la cara-. Fue tan difícil para mí que mejor guarde la hoja y le mentí sobre el hecho de que ambos ya estaban divorciados, lo hice de esa forma porque sé que es la única manera de que no se hagan daño.