Inmortal; Bella&Damon [EN EDICIÓN]

→ Epílogo - T. I.

Querido Damon.

Te escribo esta carta para que el día en que despiertes, sepas lo mal que la pasé sin ti.

Tengo tanto miedo que casi no puedo sujetar este bolígrafo. Estoy más bien grabando mis palabras que escribiendo en cursiva, porque de esa forma tengo más control sobre mis palabras.

¿De qué tengo miedo, te preguntarás? Y cuando digo "de mí, sin ti", no me creerías, no si no nos has visto juntos a los dos los últimos días. Pero para entenderlo, tienes que saber ciertas cosas.

¿Alguna vez has escuchado la frase "la suerte está echada"?

Quiere decir, que cualquier cosa, cualquiera, puede pasar. Así que incluso alguien que entiende las posibilidades y acepta las apuestas de la gente, les devolverá el dinero. Porque un comodín ha entrado al juego. No te puedes imaginar las posibilidades de las apuestas.

Ahí es donde yo me encuentro. Es por eso, por lo que mi corazón palpita en mi garganta, mi cabeza, mis orejas y hasta en las yemas de mis dedos.

La suerte está echada.

Ya ves lo temblorosa que es mi letra. ¿Imagina que mis manos tiemblan de esta forma cuando vaya a verte el día que despiertes? Puede que se me caiga la bandeja. Puede molestarle a cualquier persona.

Y entonces cualquier cosa puede pasar.

¿Cómo olvidar el primer día que llegué a este pueblo? Y por las razones que lo hicimos...

Qué irónico ¿no?

Me pasé día y noche llorando por el supuesto "amor" que le tenía a Edward, y ahora... solo lo detesto por haber causado tanto dolor. Aunque a veces prefiero haber muerto que estar sin Damon, mi Salvatore. Pero si así hubiese pasado todo, no hubiese conocido al ojiazul, y no hubiera tenido esos momentos inolvidables junto a ti.

La primera noche que llegamos a Mystic Falls, decidí salir a conocer el pueblo en mi vieja camioneta, y encontré un bar, el Mystic Grill. Un chico de ojos azules como el mar, con su pelo alborotado negro azabache, y su típica vestimenta de chico malo, se sentó a mi lado, y con su sonrisa tan jodidamente sexy me cautivó por primera vez en mucho tiempo. Es un día para no olvidar jamás, como también tengo las esperanzas en que tampoco lo harás.

Sé que todo esto es difícil para nosotros, jamás olvidaremos al Damon Salvatore que todos conocíamos en su comienzo. Al chico terco, insolente y llevado por el instinto de sus planes estúpidos. Pero sé que lo hacías para protegernos, a tú manera.

Hermano, amigo, enemigo... siempre estarás en nuestros corazones y pensamientos.

Me cuesta decirlo, pero... hoy, es un día para olvidar y dejar todo atrás.

Las despedidas son las más difíciles, y eso, todos lo sabemos.

Llegó el momento en que tenemos que sacar fuerzas de donde no hay y tomarlas para hacernos fuertes. Sentir como si estuvieras siempre a nuestro lado, seguir recordándote por lo que fuiste, y no por lo que hubieras sido.

Te has ganado cada uno de los rincones de mi frío corazón. Al mismo que le prometí no enamorarme, la misma promesa que tú realizaste.

Llegamos a este destino con un solo propósito, "olvidar a Edward", y por fin puedo decir "Lo logré". Y lo hice gracias a ti.