Inmortal; Bella&Damon [EN EDICIÓN]

→ #19; She is back

Los meses habían pasado, y casi todo estaba volviendo a la normalidad para todos. Bonnie junto a Matt, habían conseguido que los habitantes de Mystic Falls retomaran sus vidas dentro del pueblo, ahora era un lugar seguro para todos. Alejado de los Cullen y sus enemigos.

Era extraño, pero le agradaba que su vida se retomara. Aunque no podía evitar extrañar a Charlie.

La morena se apoyó en el barandal de la terraza, como lo solía hacer diariamente. Observando como lo que alguna vez fue el lugar perfecto para los turistas, volvía a tomar color.

Suspiró.

—¿Qué haces aquí? —preguntó una de sus mejores amigas, a la cual no veía hace bastante tiempo.

Isabella giró sobre sus talones con los ojos en grande. Esa voz...

—¡Caroline —chilló, para lanzarse sobre la rubia con un fuerte abrazo. —Oh, Dios. ¡Eres tú!

—Lo era —respondió con dificultad. —si no fuera un vampiro, ya me encontraría asfixiada.

Bella se ruborizó, y se alejó de su amiga para retomar la compostura.

—Lo siento —se disculpó avergonzada. —pero... ¿Qué haces aquí? Yo te hacía en Paris... espera, ¿y Stefan? —preguntó tan rápido como los malos pensamientos se pasaron por su cabeza. Tragó saliva ásperamente y aclaró la garganta, asustándose con sus propias conclusiones — ¿Él... está bien?

—Tranquila, Bell —Caroline tomó por los brazos a la morena. —está en la sala con Damon. Nos hemos enterado de la noticia y viajamos lo más rápido que pudimos —sonrió ampliamente.

Siempre había querido organizar la boda de todas sus amigas, y esta era la ocasión perfecta para hacerlo. ¡Isabella se iba a casar en menos de una semana! Oh, dios.... Como había dejado pasar tanto tiempo.

—Felicitaciones amiga, mereces eso y mucho más —replicó con una amplia sonrisa la rubia. —¿Y cómo fue? ¡Quiero saber todo con detalles!

Bella lo recordaba todo como si hubiera pasado ayer.

-

Habían ido a visitar a Charlie la noche anterior, y habían pasado una tranquila velada en casa de él. Aunque el viaje de vuelta había sido más extenso que de costumbre, y agotador.

—Casa —murmuró Damon al abrir la puerta de entrada. Respiró profundo y cerró los ojos, sabiendo la gran misión que debía cumplir en ese momento.

Isabella entró con sentimientos encontrados. De alguna forma extrañaba a su padre, pero también entendía el peligro que eso conllevaba mantenerlo dentro del pueblo.