Punto de partida

763 49 4
                                    

 -¿Nueva Jersey? –inquirí, y la doctora lo afirmó.

 Mi antiguo hogar. ¿Lo habían llevado a propósito? No, no tenía sentido. Como sea, ya no era tiempo de llantos. Era ahora que tenía que ser fuerte, y quizá, con la ayuda de Jason, recuperarlo.

 Ahora no podía y menos con Bastián persiguiéndome. Salí del hospital y volví a la casa de Jason. Él seguía allí en el jardín llorando. Arrancando hiervas del césped y volándolas con el viento. Pisé una rama y se volvió hacia mi. Tenia los ojos hinchados de tanto llorar.

 -Volviste –dijo con un aire alegre.

 -Sí –murmuré. ¿Cómo podría pedirle su ayuda? Jason, quiero que me ayudes a buscar a Freddy, por que lo necesito conmigo. … Sí, podría funcionar.

 -Jason.. –comencé, pero el me detuvo.

 -Ya se lo que quieres, pero hoy no podemos viajar. Es domingo, nos tardaría mucho encontrar una tienda abierta para promocionarnos para el viaje. Tendrás que esperar para rescatar a tu novio –dijo él, atropellando las palabras, ahogándose al decir “novio” y bajando la vista. Estaba dañado, no podía hacerle esto.

 Tome su barbilla y la levanté. Nuestras miradas se conectaron. Sus ojos verdes estaban rojos y apunto de dejar caer una lagrima. “Gracias” musité y lo abracé.

 Él me lo devolvió, pero no me soltó hasta unos minutos mas tarde.

 -Ahora… -dijo.

 -¿Qué?

 -A prepararse para la escuela-

 La escuela. Lyla. Rachel. Jade. Henry. Los tres chicas, Gaby, Melody y Roth. Dirius. Los demás.

 ¿Realmente estaba lista para enfrentarlos? Claro que no, pero ya tenía 12 faltas, contando las ultimas dos semanas. Todos me burlarían, recordando que soy un gamer. O quizás ya lo habían olvidado, por lo que mi presencia los haría recordar. Claro que no estaba lista, pero con todo lo que había pasado realmente tenia ganas de gritarle a Lyla; desmentir a Rachel, y a Jade y a Henry; enfrentar a Gaby, melody y Roth; y lo mas importante, hablar con Dirius. En persona, así no tendría adonde escapar. 

 Ya era de noche, Jason volvió con el uniforme escolar. No era el mío, era uno nuevo, por lo que no pasó por mi casa. Mejor. Tal vez Bastián seguía en su modo "asecino" pero ¿quién sabe? 

 Vi sobre la pila de ropa un par de zapatos negros lustrosos y torcí la boca.

 -¿Qué pasa? -inquirió Jason. 

 -Los zapatos... yo no... 

 Antes de que pudiera terminar la oración Jason sacó de su bolso una caja, la cual decía a un costado de esta: "Converse". Sonreí tal como un niño pequño en navidad. Salté y me tiré sobre Jason para abrasarlo. 

 -Gracias. Gracias. Gracias -chillé y abrí la caja.

 Eran converse rojas, mi color favorito. ¿Cómo lo sabía? Me calsé las converse y comencé a caminar de un lado al otro. Eran perfectas y me quedaban geniales. Le agradecí a Jason con un beso en su mejilla (lo cual hizo que se pusiera colorado) y me volví a sentar en la silla, ya era hora de cenar.

 -¿Sabes? -me preguntó Jason mientras tragaba una fuente de fideos completa.

 -¿Qué cosa?

 -Prefiero a la Riku feliz que a la Riku triste.-

 No pude evitarlo, su comentario hizo que me sonroje, pero seguí con mi tarea de terminar el cuenco de fideos.

 -Quiero que me prometas algo -volvió a insistir Jason.

 -Depende de qué -dije seria.

 -No quiero que vuelvas a intentar suicidarte ni un día hasta que encontremos a Freddy -dijo él y supe exactamente lo que estaba tratando de decirme «Si es que lo encontramos».

 -Lo prometo -dije mirando para otro lado. Freddy. Su nombre podía hacerme cambiar de humor muy rápidamente. Eso es lo que pasa cuando extrañas a alguien, o por el miedo a no creer poderlo volver a ver.

 -Con el meñique -dijo Jason. Demasiado serio para pedir tal cosa.

 -Okey... -suspiré, nos miramos a los ojos y entrelasamos nuestros meñiques.

 La mañana siguiente Jason me despertó a las 6. Estaba completamente desacostumbrada, así que llegamos tarde. Cuando entré al colegio todos me miraban. 3 opciones:

 1- "Miren a la gamer friki"

 2-"Creí que estaba muerta"

 3-"Se cortó el cabello"

 1 y 2 para mí. Seguimos caminando y entonces los vi. Melody, Gaby, Roth y... no... No veía a Dirius por ninguna parte. ¿Se habría asustado? No... si él nisiquiera sabía que iba a volver.

 Lo único que podía hacer ahora era esperar a que termine la escuela... Esperar y rezar por que nada me pase.

 Seguí caminando junto a Jason hasta que me encontré con mis amigos... o tal vez los que antes lo eran. Rachel, Henry y Jade me miraban estupefactos.

 Traté de evitarlos pero ellos comenzaron a correr tras de mi.

 -¡¡Riku!! ¡¡Riku!! -gritaba Henry.

 Paré de repente y me voltee, enfadada y llena de rabia.

 -¿Qué? -bramé.

 -Riku... creímos que tu...

 -¿Qué? ¿Que me había suicidado? Casi... igualmente ustedes no trataron de detenerme verdad?

 Jade le lanzó una mirada de odio a Rachel. Esta se encongió de hombros y miró para abajo. Mientras Henry seguía hablando.

 -No... Riku, nosotros queríamos ir a verte... Sólo que no pudimos. Por favor perdónanos -rogó Henry, mientras Jade fulminaba con la vista a Rachel.

 Torcí la boca. No podía perdonar tan fácilmente, esa habilidad no la tenía todavía -Chicos... ahora no puedo -dije con los ojos llorosos, tomé a Jason del brazo y salí corriendo.

 Necesitaba esconderme, adonde los ojos ajenos no pudieran alcansarme.

Gamer LifeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora