Extraño sentimiento

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 ¿Quién diablos había subido eso? ¿Por qué? Un extraño sentimiendo de enfado, frustación y miedo se mezclaron en mi corazón, haciendo que actue bajo mis instintos y me aleje de la pantalla, para pegarme contra la pared y desender lentamente, mientras lloraba y lloraba. 

 Miedo. Eso era lo que más podía sentir. Frustación. Era lo segundo en mi lista. Y tan sólo una pregunta ¿por qué? ¿por qué? ¿por qué? Levanté mis rodillas hasta que estuvieron pegadas a mi pecho y las abracé fuertemente. Más y más lágrimas cayeron por mi mejilla-

 *Lyla Depson a escrito en tu biografía: Oye extraña friki, apestas! Zorra roba novios y ensima otaku! JA JA JA, con tan sólo revisar esa consola se puede ver lo inútil que eres!  me das pena, besos XOXO*

 ¿Por qué a mi? Preguntaba sollozando. Sophia y Bastian no esperaron en subir y preguntarme lo que sucedía. No podía hablar, sólo lloraba y lloraba. Les señalé aquella pantalla con esa horrible publicación completamente PÚBLICA. Cada segundo que pasaba habían más y más comentarios.

 *No puedo creerlo Riku, ¿encerio? Creí que eras chévere* *¿Por qué no nos dijistes? ¿Acaso no confías?* *Es una gamer, sólo le interesan los juegos y lo virtual* *Aprende a vivir en la realidad, niña virtual, apestas* *¿Le robaste el novio a Lyla? Estás loca, amiga*

 Más y más. Todos esos comentarios me daban ganas de tirarme por un precipio o algo. Bastián rápidamente cerró la seción.

 -Tranquila, dulce, todo mejorará. Ya está -trató de calmarme Sophia mientras acariciaba mi cabeza.

 -No!! -grité llorisqueando -La publicación sigue ahí, haciendo mi vida cada segundo menos y menos.

 Corrí la mirada, ahora apuntando a la ventana. ¿Y si escapaba? ¿Adónde podría llegar? Miré mi celular, empezaban a llegarle mensajes de números desconocidos.

 *¿Por qué no te teletransportas como en tus jueguitos a lo virtual? Nadie te necesita aquí* *Niña gamer JA JA JA* *Por dios, una Friki más...*

 Sophia y Bastián se llevaron mi celular y desactivaron el internet. Dejándome fuera de todo contacto exterior y fuera de esos mensajes e insultos. Me levanté lentamente y cerré la puerta. Cerré la ventana y bajé las persianas. Puse música triste y suave y me tiré en mi cama para llorar y llorar.

 Puse la almohada sobre mi cabeza y grité con todas mis fuerzas. Entonces un recuerdo vino a mi. Vi a mi padre, Jeff, susurrándome algo al oído;

 -Shh, Cheryl, ¿para qué llorar? Tú eres mi niña fuerte y hermosa. Pero si lloras nada se va a arreglar, ¿entiendes? Ahora ve y dale una lección a los que destruyeron tu castillo de arena, vamos mi vida-

En estos momento nada bueno me había pasado desde aquél deseo. Ahora tengo una hermana más, osea, otra boca que alimentar, Mamá se había ido, tenía una enemiga en el colegio y todo el mundo me odiaba. ¿Qué iba a detenerme?

 Me levanté de mi cama y entré en el baño. Abrí una pequeña ventana y salí. Luego entré en la cocina sin que nadie me viera, y tomé de la heladera el frasco en el que decía "drogas". Después de eso escapé... corrí y corrí hasta llegar en un civer.

 Entré a mi cuenta de facebook. 

 *123 personas han escrito en tu muro* *13 personas te han eliminado* 

 Me quedé leyendo los comentarios llenos de odio. Y por fin me decidí.

 Salí de allí y me fui de vuelta a mi casa. Me senté en la vereda y abrí el frasco. Lágrimas y más lágrimas llenaron mi cara y mojaron mi ropa. Tomé un puñado de aquellas pastillas raras. Y me las metí en la boca.

 Lloré un poco más hasta que escuché unos gritos provenientes de otras cuadras más atrás. 

 -¡¡RIKU NOOOOOOO!! -gritaba Freddy, corriendo a toda velocidad. Se abalansó sobre mi y apretó mis cachetes, haciendo que escupiera todas las pastillas.

 Otra vez en el piso, lo abracé fuertemente, mientras lloraba cada vez más y más. El se enderezó y así quedamos los dos en la vereda, sentados juntos, yo abrasándolo fuertemente y el imitándome.

 -Riku, yo... 

 -No, no tienes que decir nada -dije, aún llorando -Vinistes, y eso es lo único que me importa.

 Al parecer Rachel, Jade y Henry habían optado por dejarme, pues no les había dicho que era gamer y al parecer les molestó eso más, que el hecho de que lo era.

 -Leí lo que Lyla escribió y yo... Supuse que harías eso -dijo el mirando el frasco roto.

 -Creí que nadie me extrañaría -dije yo, recordando todos aquellos comentarios.

 -Pero Riku, el ser gamer es algo fantástico, ¡no tienes por qué avergonzarte! -dijo Freddy sonriendo como loco.

 Lo miré como si aún así, seguía sin entenderme... por que él no era..

 -Yo soy uno -dijo entre dientes, mirando el frasco otra vez.

 -¿Que tú que?

 Freddy tomó su mochila y sacó una pequeña consola roja, y en la otra mano, la mía.

 Lo miré con los ojos abiertos como platos. Luego me abalansé sobre el para abrasarlo y agradecerle unas 1000 veces.

 -Logré sacarsela a Lyla... y lo revisé, lo siento -dijo corriéndose el flequillo de la cara.

 -No importa, mientras esté sana y salva -dije mirándola tal y como un niño con sus regalos de navidad.

 -Si, pues... eres una gran jugadora! Ni yo juego así, ¿podrías ayudarme? -preguntó moviendo su pequeña consola roja.

 -¡¡Claro!! -chillé y nos sentamos un poco más lejos de la vereda, contra un gran árbol.

 No pude contener mis lágimas de emoción. Sentí una gran calidez y cosquillas en mi estómago.

Freddy se me quedó viendo, pero estaba tan feliz de tener un amigo de verdad, que lo abracé unas mil veces antes de empezar a jugar.

 -Oye Freddy -dije con una gran sonrisa.

 -¿Qué sucede? -preguntó el extrañado.

 -Te quiero -le dije y le di un beso en la mejilla.

 -Y yo igual -susurró él. 

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