Game Over..?

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  Casi toda mi adolescencia la pasé luchando. Enfrentándome a mi madre, a mis compañeros de curso, a las burlas, a la soledad, a las falsas esperanzas, y por sobre todo, enfrentándome a mí misma. Odiaba el colegio, no tenía amigos, no encajaba, mi madre no me entendía, hasta ella se apenaba de su propia hija. Todos los días los pensamientos negativos y destructivos llenaban mi mente ¿por qué la gente es tan cruel? ¿alguna vez seré aceptada? No me llamaba la atención ningún deporte, nada. Me sentía sola y vacía. 

 Pero cuando jugaba, todo lo malo desaparecía. Se esfumaba. Ni me acordaba cuán mal me encontraba y mi mente se liberaba de todo lo pesado, se olvidaba de todo, al menos unos momentos. Me conectaba con los personajes, con los desafíos, me daba un propósito para seguir... Tenía que llegar al fin del juego, cual juego fuere. Me ponía a prueba a mi misma, me divertían y amargaban a la vez. Pero al final siempre lograba terminarlos, aunque eso significase un vacío enorme (ese que te viene cuando terminas lo único que te pone feliz y ya no sabes qué hacer) aunque claro luego jugaba muchos más.

 Muchas veces me sentí identificada con más de un juego, sus personajes eran muy similares a lo que soy yo. Solitarios, miedosos, perdidos. Esa era Cheryl. Pero luego los mismos personajes lograban encontrar su motivo de lucha, se volvían fuertes, valientes y renegados. Más a la par de Riku. Yo quería ser Riku, tal vez por eso comencé a auto llamarme así. Riku es valiente. Yo soy Riku.

 Yo soy valiente.

 Mi juego había pasado por un principio perdido, extraño y de esos que necesitas darle a "ayuda" para poder seguir avanzando, hasta que por fin le agarras la mano. Y Freddy era mi motivo de lucha. Él era mi vida extra. Él era todas mis vidas. Y yo estaba preparada para perderlas todas por él (aunque también significase perderlo a él de una manera rebuscada).

 Ya había llegado la hora y rápidamente caí sobre un suelo marmolado, con una temática retro, cubierto de cuadros blancos y negros tal y como un juego de ajedrez. Mire por todos lados tratando de buscar a mi rival pero no lo encontraba. ¿Tal vez necesitaba darle a Play?

 Entonces un flash de luz me cegó y una música tétrica y explosiva comenzó a sonar repetidamente, asemejándose a las canciones de los juegos finales, temerosa pero pegajosa y llena de emoción. Y JacHun estaba listo para jugar. Al verlo me acordé rápidamente de aquél sueño que había tenido sobre un chico de pinta macabra con cabello lacio y blanco como la luna.

 Estaba vestido totalmente de cuero, con varias cadenas y collares de púas que cubrían sus extremidades. Estaba de espalda, pero pude sentir su sonrisa. Un reloj que se reflejaba en todas las paredes comenzó a moverse de manera regresiva. 

 El juego había comenzado.

***

 El temido y agresivo Jack Hunter tenía poderes sumamente elevados. Contaba con una técnica perfecta de combate y sus vidas estaban al máximo. Su tranquilidad resultaba inquietante, su seguridad atemorizante y Riku no sabía lo que le esperaba, pero se mantenía erguida y lista para todo. Sus 15 corazones titilaban en señal de fuerza, pero ¿podría lograr acabar con el Boss Final en su propio juego?

 La mirada de Riku plasmaba una señal de inquietud e incertidumbre que JacHun podía sentir. No la miraba, se mantenía en su posición. Pasaron 10 segundos. Se volvieron infinitos y la tensión en Riku aumentó, mientras se preparaba para lo que sea que fuese a pasar. 

 5 segundos más tarde Riku consideró la idea de que JacHun esperaba a por ella, tal vez, al ser su nivel, debería dar el primer golpe. ¿O la estaba confundiendo para cometer un error fatal? Tenía que pensar con cuidado cada uno de sus movimientos, ya que no había certeza de cuál sería o el primero o el último. 

 JacHun apretó el puño y la paciencia de Riku se acabó. Miró para todos lados velozmente en búsqueda de algo que pudiera usar, miró el pisó e intuitivamente entendió que tal vez los cuadros significaran algo. Entonces en el 3ro enfrente de ella notó un quiebre. Miró el reloj y marcaba las 3. "Las 3 en punto" pensó. 

 Dando un salto de envión y usando su pie rompió el suelo en su tercer cuadro y pudo notar como el mango de un objeto extraño y oscuro se asomaba al fondo. Introdujo su brazo rápidamente y una gran espada negra se aventuró en el juego. Los ojos de Riku brillaban con entusiasmo, pero todavía no lograba adivinar por qué JacHun todavía no había movido ni un pelo. Sus miedos e inseguridades rápidamente la atacaron y como si fuera ella misma, Jack notó su arrebato y rió.

 -Bienvenida otra vez, temerosa Cheryl -rió  fríamente. 

 La voz de Jack recorrió el cuerpo de Cheryl... eh, perdón-Riku, como una ráfaga de viento, logrando recorrer su espalda y ponerle los pelos de punta. A su vez, despertó una faceta de Riku nunca antes vista, dentro de su corazón algo apareció y estaba lleno de odio. Recordó a todas esas personas que se burlaron de ella, que la dejaron de lado, que la hicieron sentirse inútil, estúpida y buena para nada. El odio que llevaba consigo y había reprimido tantos años colapsó y la tomó de sorpresa. 

 Y entonces... explotó. 

 Los ojos de Riku se tornaron rojos y todo su cuerpo se llenó de una fuerza enorme e incontrolable. Tomo la espada y comenzó a correr en dirección a Jack, quebrando y destrozando el suelo a su paso, despertando una fuerza fuera de este mundo. Un fuego rojizo como sus ojos renació de lo más profundo alimentando el poder que Riku ahora poseía. Arrasando con todo Jack y ella chocaron y cedió el lugar a una batalla épica y muy pareja. 

 Mientras Riku intentaba partir en dos a Jack, este sonreía como el que quiere la cosa y se teletransportaba de lugar a otro, de una manera casi utópica, increíble e imposible. Miraba tranquilo a Riku intentar y gritar y golpear contra el mismo suelo, mientras seguía re apareciendo.

 Ahora aquí.

 Ahora allí.

 Ahora en ningún lado.

 Lentamente a la pobre Riku se le terminaban las energías y es que ni ella se esperaba que todo fuera plan de JacHun, quien ahora parecía ser nada más que un rayo inalcanzable. Sus fuerzas se reducieron y ya no podía ni levantar la gran espada. Rendida calló sobre sus rodillas.

 ¿Cómo podía ser tan rápido? -pensó - Es casi... 

 Y allí. Justo allí se dio cuenta de lo que pasaba en realidad. Todo este tiempo frente a ella y nunca lo hubiera sospechado. 

...inhumano. -musitó a la par que su rostro se iluminaba y volvían a encenderse el rojo de sus ojos. 

 Jack no era más que una pila de Píxeles. 

 Jack no existía.

 Jack era un virus.


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