Secreto bien guardado... ¿O no?

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 Corrí hasta adentro de mi salón y me senté en la última mesa. Apoyé mi frente contra la mesa y cerré los ojos fuertemente. Quería desaparecer. Volver a ser la chica que no llamaba la atención. Aquella chica que pasaba desapercivida y que nunca tenía que dar explicaciones. ¿Qué le estaba ocurriendo a esa chica?

 Levanté la cabeza al escuchar el ruido de la puerta abriéndose. Me sorprendí un poco al ver a Jason, pasando por esa puerta y sentándose a mi lado. ¿Qué diría Lyla? ¿Se molestaría?

 -¿Qué haces aquí? -le pregunté mirando hacia mis piernas otra vez. 

 -Yo... te escuché... -susurró y se arregló un poco su cabello rubio y lacio con una mano. 

 -Me escuchaste... Y? -pregunté irónicamente. 

 -Fue algo... lindo. Digo, que te hayas revelado así contra Henry, ¿sabes? no me agrada ese chico -Jason empezó a hablar rápido y de forma extraña, ¿qué era lo que estaba tratando de decirme?

 -Jason -dije interrumpiéndolo -¿Qué?

 -Hablé con Lyla -dijo entre dientes.

 Por un segundo se me detubo en corazón. Mis ojos se llenaron de lágrimas. No quería por nada del mundo, que me volvieran a acosar, o que me pegaran, o algo. No quería ni decirles a mis amigos que era gamer tan solo por eso, y ahora Jason le habría contado de mi a su ex novia. Quien, claro, ¡está demente! Y no sólo eso, era la chica más popular de todo el colegio, ¿algo más? Estaba perdida.

 -¿Q-que hisistes qué? -pregunté aturdida. 

 -Ella me preguntó tantas veces...que al final cedí -dijo tapandose la cara. 

 -N-no tenías que ceder! -grité tartamudeando. 

 Tan pronto como dije esto, quise irme, pero ya era demasiado tarde, todos los alumnos habían entrado al salón, junto con el profesor.

 -¡Willson! ¿A dónde cree que va? -preguntó el profesor tomándome del brazo bruscamente.

 -A... ningún lado profesor -dije entre dientes.

 -Ah... ya me parecía -dijo él, irónicamente.

 Todos mis compañeros comenzaron a susurrar y a gritar algún que otro comentario. ¡No! No otra vez... Volví a mi lugar y me senté lo más agachada que pude. Tal y como antes, deseaba... desaparecer.

 La hora de matemáticas pasó rápido. Jade y Rachel estuvieron insistiendo en que les hablara, pero no tenía ganas de nada. Sentía que nadie allí podía entenderme. Nadie podía acercarse y preguntar : ¡Oye, Riku, ¿pasaste aquél nivel complicado? -Nadie podía hablar verdaderamente conmigo. 

 Sólo mis amigos del juego... Eddy, Clara,...y....Dirius.

 Cuando pensé en su nombre, mis ojos se abrieron como platos. El mismo Henry lo había dicho "Ah esos frikis de allá? Son Gaby, Melody, Roth y DIRIUS.." ¿Acaso sería Dirius=Mason? 

 Lo que empezó como un día totalmente aburrido había empezado a ser un día lleno de intriga. Si era él me pondría más que feliz... O bueno, algo que me sacara de esta tristesa serviría. Pronto el timbre sonó y todos salieron como locos. Incluyéndome. Ahora sí, más que nunca, iría con esos chicos y los encararía. 

 -Oye, chica nueva, ¿a dónde crees que vas? -preguntó una voz extrañamente familiar. Voltee con miedo y ví lo que exactamente creí que era. Lyla y su séquito. La piel se me tensó y pequeñas gotas de sudor cayeron por mi frente.

 -¿Acaso no entendiste cuando te dije que Jason es mío? ¿Eh? -preguntó ella, empujándome contra unos casilleros que ya nadie usaba. Todo el lío de chicos se tornó a una ronda, y nosotras estabamos en el centro. Lyla me empujó tan fuerte, que mi cabeza se golpeó contra el casillero, dejando caer mi mochila y mi consola. 

 Todo me daba vueltas, era muy borroso. Pude ver a la multitud de chicos gritando todos juntos "PELEA...PELEA...PELEA...". Poco después vi a la directora sacándolos del lugar. Luego a Lyla, ella levantaba mi consola y se la llevaba lejos.

 -"No" -pensé una y otra vez.

 -"Déjala...por favor" -gritaba cada vez más alto. ¡Vamos Riku! ¡Levántate y pelea! 

 Traté de levantarme pero me dolía mucho la cabeza. Entonces una sombra se paro delante de mí... Era Jason, le estaba reclamando a Lyla algo... sí, mi consola. ¡Vamos Jason, recupérala!

 -Cheryl, cariño, vamos a la sala de emergensias -me dijo la directora y junto a dos chicos más me levantaron y me llevaron lejos de Jason y lejos de mi consola.

 -Cheryl, ¿me escuchas? Ya te eh puesto el medicamento, por favor espera aquí ya vuelvo... 

 Me levanté lentamente y traté de focalizar mi vista. Seguía todo algo borroso, pero no podía quedarme allí, mientras el objeto más presiado (según yo) estaba en manos de otras personas. 

 Salté de la camilla y me toqué la cabeza.

 -¡¡Auch!! -gemí al notar que tenía un poco de sangre en el paño mojado.

 Tomé mi bolsa y salí a toda velocidad de allí... necesitaba mi consola ya mismo..!!

 Corrí, corrí y corrí hasta que me choqué contra un chico alto y musculoso. ¿Quién era? Nada más y nada menos que Freddy Coste. Terminamos los dos en el piso, mientras todos los demás nos aplaudían y gritaban "BESO...BESO...BESO" ¿Acaso gritar palabras repetidamente era lo único que sabían hacer?

 Freddy me miró y sonrió. No pude evitarlo, sí era graciosa la situación, y yo también sonreí.  Raro... nos quedamos así unos minutos más, hasta que entendimos que no podíamos estar en el piso para siempre... Raro... yo quería quedarme así más tiempo.

 Freddy se levantó y extendió su mano hacia mí. 

 -¿Estás bien? -preguntó con su voz aguda pero muy dulce.

 -S-sí -blabuceé sin entender todavía lo que estaba pasando.

 -Oye... -empezó Freddy y se llevó la mano hacia atrás de la cabeza. -¿Puedo acompañarte a tu casa?

 Lo miré algo así con cara de "WTF?" pero no dije nada. Sonreí y asentí con la cabeza. Parecía ser un buen chico después de todo. Igualmente no iba a sacarle los ojos de encima... digo, no porque quisiera hacerlo... no me gusta Freddy, para dejarlo claro. Seguía opinando que sólo era un chico lindo con un ego tremendamente grande. Sí, eso era.

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