Narradora
Subieron a todos a un camión que los llevaría a una cancha, así ambos grupos podían entrenar.
Los capitanes fueron los últimos en subir y justo cuando Elsa se dirigia a sentarse con sus amiga el entrenador la detuvo.
-Elsa- la llamó.
-¿Si?- dijo ella.
-Tienes que sentarte aquí- dijo y señalo el lugar a lado de Jack.
-Debe ser una broma- dijo Elsa no muy contenta.
-¿Por qué lo sería?- preguntó el entrenador- anda sientate.
Elsa asintió y se sentó.
Jack miraba hacia la ventana, se veía distraido, una distracción que Elsa esperaba durara todo el viaje.Pero su gusto le duró poco.
-Oye- dijo Jack suavemente. Ella no respondió.
-Els, yo...
-No me llames así- lo cortó Elsa friamente.
Jack no sabía como reaccionar, no era fácil hablar con una mujer enojada, eso lo sabía bien.
Pero aún así quería aclarar las cosas.
-He sido un idiota- soltó despuéa de un silencio.
Elsa quería gritarle que no sólo había sido un idiota, había sido un perro rastrero sarapastroso sin corazón e hipócrita.
-Lo que pasó esa noche estuvo mal- declaró Jack, por cada palabra Elsa quería insultarlo.
-Lo se, nunca debí aceptar- respondió ella soltando las palabras con odio.
Jack se quedó callado, esas palabras lo habían desconcertado.
Decidió no insistir más, puede que si espera a Elsa le baje el enojo.
Por otro lado Elsa se sentía triunfante, pero a cierta parte de ella le dolia.