Las Aulas

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Las semanas siguientes resultaron tan agotadoras como excitantes para Nathreb. Con la pierna casi curada, y ayudada por unas muletas, Nathreb comenzó a moverse por el edificio.

Atravesó por primera vez salas que jamás, ni en el más extraño de sus sueños habría podido imaginar.
Rápidamente se dio cuenta de que estaba en un castillo. Había montones de escaleras (que hacían que Nathreb se exasperara), pasadizos y salas redondas, en las cuatro torres de cada muralla del castillo.
La primera torre, la que estaba orientada hacia el norte, contenía las aulas. Había cuatro. La primera, era el aula de Cambios. En ella, se transformaban objetos, se agrandaban y empequeñecían, se incendiaban... Era un aula muy especial. Tenía una gran cúpula en el techo, que dependiendo de donde te situases, veías distintos dibujos. Se podía apreciar un centauro y un caballo alado, símbolos mágicos de la pureza y la paz. Debajo de aquellos dibujos, había una inscripción que rezaba: "Si la antigua y poderosa magia vas a usar, claro y alto debes pronunciar. Si cambias una letra o algo dices mal... no quieras saber que puede pasar". Tanto la creación del centauro y del caballo alado habían sido pequeñas equivocaciones que habían acabado bien, pero eran casos muy extraños. Habitualmente, cuando alguien confundía una palabra o letra, los desastres más terribles ocurrían.
Las paredes estaban repletas de jeroglíficos antiguos, letras comunes y trazos extraños en lenguas que Nathreb ni siquiera sabía que existían. Hechizos antiguos y modernos, dañinos y beneficiosos, de todo tipo.
El aula era bastante grande, y en el centro estaban congregados quince pupitres. Nathreb supuso que los apartarían para practicar.

La segunda aula, era la de Pociones y Venenos. También se la conocía como el Aula Cambiante. Esto era así porque las pociones que se hacían allí, no se componían tan solo de ingredientes y el calor de un buen fuego, también dependían en otras cosas. Por ejemplo para los venenos, convenía que el aula estuviese oscura y fría, pero para hacer pociones curativas se necesitaba una luz resplandeciente.
Por todo ello el aula cambiaba. Literalmente cambiaba. Toda el aula estaba construida sobre una placa giratoria circular. También había dos paredes, igualmente circulares. Había ventanas en las paredes exteriores, pero para verlas, había que presionar un gran botón rojo en el centro del aula. Este botón hacía que las paredes bajasen lentamente hasta el nivel del suelo. De ese modo, quedaban reducidas a simples partes del suelo. El botón estaba situado dentro de uno de los cinco armarios que había en el centro del aula. Los cuatro armarios restantes contenían, obviamente, todo lo que se necesitaba para preparar una poción.
Los dos primeros armarios contenían todo lo orgánico, todo lo que no podía permanecer mucho tiempo sin usar, todo lo que acababa pudriéndose. Había desde unas simples ancas de rana hasta las uñas de los pies de un groffe, un animal que habitaba las tierras mágicas y del que Nathreb nunca había oído hablar.
El tercer armario tenía también materiales procedentes de seres vivos, así como objetos inanimados. Entre los objetos procedentes de seres vivos se podían encontrar crines de caballos alados y cortezas de árboles antiguos. De los materiales procedentes de objetos inanimados se podían encontrar piedras volcánicas, nubes solidificadas y minerales de todas las formas y tamaños, además de muchas otras cosas.
Al cuarto armario se lo conocía por "El buscador". No porque fuera mágico ni nada de eso, sino porque en él se guardaban todos los materiales, que no ingredientes. En ella se podían encontrar calderos, cucharones, medidores, jarritas, relojes (para medir el tiempo de cocción), balanzas...

La tercera aula estaba en la parte más alta de la torre. Era el aula de Astronomía. Tenía una bóveda que se abría con el simple movimiento de una palanca. A través de ella se veía todo el firmamento. Era el aula favorita de Nathreb. A pesar de que cuando empezó a estudiar magia, Astronomía y Movimientos Estelares fue la asignatura que menos le gustó, no pudo más que admirar el aula.
A pesar de los complejos planos de estrellas, merecía la pena ir a clase para mirar, aunque fuera por unos segundos, el oscuro cielo de noche y las millones de estrellas a través del telescopio.

La cuarta aula estaba en la parte de debajo de la torre. De algún modo, un bosque, verde y frondoso en algunas partes y de miles de colores en otras, había sido plantado. Era el aula de Estudio de la Vida y Costumbres de los Seres Vivos en la Comunidad Mágica, más conocida como el aula Verde.
En ella, se estudiaban plantas y animales que sólo habitaban en el mundo mágico. La mayoría de los árboles eran verdes, marrones y amarillos, pero también había otros con las hojas grandes y moradas recubiertas de lo que parecían unos hongos rosas.
Pero, aparte de plantas, también había animales. Había groffes, por supuesto, pero al ser animales pequeños e inteligentes, sólo los alumnos de niveles muy avanzados eran capaces de encontrarlos y de ese modo, estudiarlos. Los estudiantes de primeros niveles se conformaban con estudiar las costumbres de los irtys unos horribles y burlones animales, aunque no muy rápidos ni inteligentes.

Había, en la misma torre una quinta aula. Realmente, era una sala de estudio, pero en ella se impartían las lecciones de Historia de Erindol unas clases muy interesantes sobre todos los héroes y las hazañas que habían pasado en Erindol. Esa misma aula se usaba para practicar hechizos y hacer deberes, toneladas de deberes que mandaban los profesores.




¡Hola lectores! Sé que los capítulos de "Las aulas" y "Perdida por el castillo" son un poco aburridos, muchas descripciones y poca acción, pero es necesario explicar ahora como es todo para que más adelante podáis entender como y por qué ocurre todo.Os prometo que los siguientes capítulos serán más interesantes, y que empezarán a pasar cosas.Muchas gracias por leer, votar y comentar, ¡me anima mucho!HJG

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