Erindol

Sospechas

Las manos de Dorián bajaban por la capa que cubría la espalda de la chica cuando las campanadas de las ocho se dejaron oír.

- ¿Ya? –preguntó Dorián

- ¿Por qué paras Do? –le dijo la chica con los ojos cerrados saboreando los restos del beso - ¿Es que ya no te gusto?

-No Katy, no es eso. Es que... A ver cómo te lo explico... La verdad es que me tengo que ir.

- ¿Y eso?

-No es nada.

-Y entonces, ¿por qué te vas?

-Mira, no quería decírtelo porque sé que no te gusta, pero he quedado.

- ¡Do! Me dijiste que habías anulado todas tus citas para estar conmigo. ¡Es mi cumpleaños!

-Lo siento mucho, pero es una reunión muy importante para mí.

-Ya. Y... no podrías, qué sé yo... ¿poner alguna excusa a los regentes y quedarte un rato más? –preguntó mientras subía con dos dedos por el brazo de Dorián.

Él apartó la mano y le dijo:

-No puedo Katy, principalmente porque no es con los regentes con quien he quedado.

- ¿Entonces con quién?

-No me odies cielo, pero no puedo decírtelo.

- ¡Dorián! Quedas el día de mi cumpleaños, en el que me habías prometido estar solo conmigo y encima no me dices con quién. ¡Seguro que es con Talia! ¡Con esa sucia y rastrea de Talia!

-Tranquilízate Katy. No he quedado con ninguna otra, sabes que lo que siento hacia ti no lo siento hacia nadie más.

- ¿Entonces? Mira Do, está bien ser la novia de un rey, pero no olvides que no soy una ramera a la que puedes tener cuando te convenga y sin que te haga ningún tipo de preguntas.

-Katalina, yo hago lo posible por no esconderte nada -ella levantó una ceja a modo de muda interrogación- Sí Katy, hago lo posible, pero soy rey de Lerindol, y hay asuntos que no te atañen y que no tienes por qué saber.

Ella frunció el ceño y apretó los labios en una fina línea.

-Como quieras. Hemos terminado mi rey –dijo poniendo un especial énfasis en la última palabra

-Katalina, no te pongas así, no es para tanto.

- ¡Pues se ve que a ti te importa mucho, lo suficiente como para no contárselo a la persona con la que llevas prometido desde los siete años!

Dorián bajó los hombros rendido.

-No te enfades Katy. Te lo contaré.

La sonrisa calculadora que la chica había esbozado se suavizó poco a poco.

-Perdona Do. Es que me exaspera verte tan distante conmigo como hoy. ¿Qué ha pasado? ¿Qué es lo que te tiene tan inquieto?

-Has de jurarme que no se lo dirás a nadie.

-No creo que sea para tanto. Además, dará igual. Si lo sabe alguien más que tú, en pocos días lo sabrá toda la corte. Las noticias aquí vuelan...

-Júralo.

-...Por ejemplo, ¿te has enterado de que el otro día la duquesa de Laviar tuvo ciertos roces indecorosos con...?

- ¡Katy! ¿Quieres saberlo o no?

-Vale, vale, lo juro.

-Por tu honor.