Capítulo 3

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Me llevé las manos a las orejas, intentando obstruir el sonido

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Me llevé las manos a las orejas, intentando obstruir el sonido.

Me había despertado por unos gritos furiosos. Alguien gritaba en la parte de arriba de la casa. Los chillidos pasaban la improvisada barrera que había hecho con mis manos. Me percaté que la voz de la persona quien profanaba a todo volumen era Harry Potter.

— ¿QUIÉN TUVO QUE PASAR POR DELANTE DE DRAGONES Y ESFINGES Y DE TODO TIPO DE BICHOS REPUGNANTES EL AÑO PASADO? ¿QUIÉN VIO QUE ÉL HABÍA REGRESADO? ¿QUIÉN TUVO QUE HUIR DE ÉL? ¡YO! PERO ¿POR QUÉ TENÍA QUE SABER YO LO QUE ESTABA PASANDO? ¿POR QUÉ IBA A MOLESTARSE ALGUIEN EN CONTARME LO QUE SUCEDÍA?

Scorpius se había ocultado debajo de mi almohada, intentando dejar de escuchar los chillidos. Suspiré al darme cuenta que aún continuaba gritando.

—NO CREO QUE ESO LES PREOCUPARA MUCHO, PORQUE SI NO ME HABRÍAN ENVIADO UNA LECHUZA, PERO CLARO, DUMBLEDORE LES HIZO JURAR... HE PASADO CUATRO SEMANAS CONFINADO EN PRIVET DRIVE, ROBANDO PERIÓDICOS DE LOS CUBOS DE BASURA PARA VER SI ME ENTERABA DE LO QUE ESTABA PASANDO... SUPONGO QUE SE HABRÁN REÍDO DE LO LINDO, ¿VERDAD?, AQUÍ ESCONDIDOS, JUNTITOS...

<<Harry James Potter Evans>> cerré los ojos, concentrándome en mi objetivo. <<Quiero que me escuches con atención, Harry. Sé que es horrible no saber lo que está ocurriendo a tu alrededor, créeme, lo sé de antemano, pero debes de tranquilizarte porque no es culpa de tus amigos...>>.

<< ¿Artemisa? >> La mente de Harry estaba reacia a colaborar, era una mente bastante cerrada. Era extraño, sentía que había más de una persona controlando sus pensamientos.

<< Además, estás causándome ciertos problemas auditivos. Desconsiderado >>.

Los gritos cesaron, haciéndome respirar profundamente por la boca y dejarme caer sobre mi cama. Scorpius había salido de su escondite, gruñendo algo sobre el poco respeto que tenían los demás por nuestro don auditivo. Reí por lo bajo, asintiendo. Harry era un descortés.

Me levanté de la cama, dispuesta a arreglarme. Busqué mi varita a tientas en la oscuridad y cuando la tuve entre mis dedos, decidí ir hacia al baño y darme una ducha con agua helada.

Había adquirido esa costumbre gracias a Sirius, quien después de estar tanto tiempo en Azkaban, apestando y rodeado de moscas, no podía despegarse de la ducha y nunca salía de la casa sin haberse dado un chapuzón, como él le llamaba.

Me despojé de la ropa y me metí en la ducha, el agua helada haciendo contacto con mi cuerpo, refrescándome.

Cuando ya estuve lista, salí del cuarto de baño y me puse una ropa ligera. Un vestido suelto por debajo de las rodillas de color verde oscuro. Amarré mi cabello en una trenza de medio lado y no me puse ningún tipo de calzado. Salí descalza de mi habitación, mis pies disfrutando el frío del suelo. Subí las escaleras de dos en dos, buscando la recamara donde se encontraban los chicos. Las voces de Ronald y Hermione fueron las que me guiaron. La puerta estaba entreabierta. Entré sin llamar porque era bien malota.

Artemisa Slytherin y la Orden del Fénix ➁Donde viven las historias. Descúbrelo ahora