Buscando tema de conversación, Fiorella le pregunta:
-Y bueno... ¿Tienes familia en Piura?
-Sí. Mis padres son de Piura: mi papá es de Chulucanas pero ha vivido prácticamente toda su vida en Piura y mi madre si es del mismo Piura. Ehm, mis abuelos también viven aquí, algunos tíos y una reducida familia que son mis primos viven en Lima.
-En serio. Debe ser lindo que casi toda tu familia viva cerca a ti, pero ¿aún vives con tus padres?
-No. Desde que terminé el colegio y empecé a estudiar en la U, dejé mi casa.
-¿Y tú tienes... cuantos años?
-Dieciocho. ¿Tú?
-Veintiuno. En noviembre cumpliré los veintidós años. Pero te lo juro Johan que tú aparentas tener mucha más edad.
-Jaja, muchos lo dicen...
"¡Johan!, ¿que ha sido de ti?" – Le dijo Flavio, un delgado trabajador del "Sarcletti". – Aquí querido amigo, viniendo a tomar un rico café... Perdón, no los he presentado. Fiorella; Flavio, un amigo de la U y trabajador de aquí; Flavio, ella es Fiorella, una amiga de la UDEP.
-Que tal, mucho gusto...
-Bueno, ¿y qué van a querer de tomar?
-Yo, lo de siempre Flavio, ¿y tú Fiorella?
-Emh... Un café y...
-Si deseas podemos compartir lo mío...
-Está bien. Entonces solo el café.
Y anotándolo todo en la libreta, Flavio salió hacia el mostrador.
-Eres asiduo aquí...
-Vivo cerca y conozco el lugar. Me gané el cariño de algunos trabajadores tales como Flavio, porque así empecé yo cuando salí de mi casa: Quería demostrarles a mis padres que era verdaderamente responsable en lo que iba a hacer y tuve que trabajar y estudiar a la par. Ser inteligente en el colegio o tan solo en la U no es suficiente, lo hay que ser también en la vida.
-Vaya Johan, me impresionas de verdad. Parece mentira que las personas quieran de verdad buscar su progreso. Como tú hay pocos.
-Sí... - Soltando una sonrisa pícara y poco modesta – Tuve que aprender un montón de mis errores, pero poco a poco el destino se encargó de ponerme firme ante el mundo: Esa moto que tú ves, no la compré; me la regalaron los padres de mi mejor amigo, que ya no vive más en Piura.
-¿Tuvo que mudarse a otro lugar? ¿Por qué razones?
Al instante, Flavio trajo la bandeja con los dos humeantes cafés y una hermosa presentación de cuatro sándwiches en un plato. "Que lo disfruten..."
Agradecieron ambos y prosiguieron la conversación.
-Viajó a Lima porque sus papás decidieron irse a vivir allá.
-Me imagino que te debes sentir triste por ello.- Era mi mejor amigo y ningún medio de comunicación es tan eficaz para que yo me sienta mejor por su partida.
-Bueno, ya verás que algún día ambos se volverán a ver.
-Eso espero... Bueno, vamos a comer.
Y tomando las bolsitas de azúcar, las vaciaron en la estimulante bebida.
-Es muy delicioso este café...
Johan solo sonrió como diciéndole que venía algo mucho mejor. Y tomando uno de los sándwiches, retiró el palillo que sostenía aquel perfecto pan en forma triangular. Giró el plato e hizo lo mismo con otro sándwich.
-Listo. Cómelo como mejor te parezca. (Lo decía porque bien podía tomarlo con sus delicadas y suaves manos o utilizar los cubiertos) Yo te recomiendo usar los cubiertos.
-Okay...
Y tomando tenedor y cuchillo, trozó una esquina del sándwich y la llevó a su boca. Y...
-Está muy sabroso.
-Te lo dije con la mirada: No te quedes solo en el estupendo café, sino que faltaban estos ricos sándwiches.
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Los años y el Esclavo
RomancePrólogo del relato Me pareció buena idea escribir sobre lo que alguna vez transcurrió en aquellos hermosos, grises, despejados y tormentosos años; como lo vivió el gran Johan, que bien podía aparentar ser un adulto muy bien formado, maduro para su n...