Problemas con Color©

Capítulo 9

—Ella es la solución a tus problemas. —dijo Trinity, abriéndole la puerta de la casa de los Whiteman a una chica morena, con ropa animal print y un cabello intacto.

—¿Quién es? —preguntó Isabella, analizando a la chica de pies a cabeza.

—Maka, Maka Tools. —contestó Melanie.

—¿Hamaca? —Olivia arruinó el vengativo momento.

—No. Mi nombre ya lo saben. Vivo en una de las casas cercanas al lago, cuando éramos niñas, Leah y yo solíamos ir a jugar, pero a mi me interesaba más el colegio. Leah decidió llamarme "nerd" y cosas por el estilo. Cuando intenté vengarme amarrando una trampa para osos y colgarla de un árbol, Leah ya había conseguido una nueva cómplice, Dove Miller, que vivía hacia años atrás en Albert's Palace. Cuando se hicieron amigas, descubrieron lo que planeaba con la trampa de osos y lanzaron al río mis cuadernos completos y perfectos del colegio.

—¿Que hizo tu madre? —preguntó Olivia.

—Se pelearon con los padres de ambas, pero desde ese entonces, ya nunca salgo de mi casa, pero eso no significa que no sepa lo que hacen. Todos los días las vigilo, se dónde ocultan sus cosas, lo que hacen siempre, donde sea, cuando sea. Se lo que tienen. —la mirada frívola de Maka empezó a intimidar a Olivia, en cambio, Isabella estaba fascinada, como las sádicas gemelas.

—¿Bienvenida al grupo? —preguntó Isabella.

—Si. —Maka y las demás se dirigieron al lujoso living con candelabros de cristal, alfombras de piel de león blanco y sillones de cuero real. Maka colocó una maleta pequeña en la alfombra mientras las demás se sentaban alrededor. Isabella prendió la televisión para que nadie escuche su charla. Olivia cerró las cortinas y las gemelas dieron una vuelta para asegurarse que no hayan monos en la costa.
Maka abrió la maleta, y de ella, sacó cuatro archivos llenos de documentos, y fotos. Habían planos y mapas del condominio. Todas empezaron a hojear los papeles, sin entender aún que eran.

—¿Coleccionas fotos? —preguntó Olivia.

—No, estúpida. Todo esto es oro. Son fotos y pruebas de TODAS las travesuras que hicieron esas dos alimañas, también tengo el mapa de CADA escondite y lugares secretos que ellas hicieron en este condominio, se exactamente donde están las cosas que ocultaron. Con estos archivos, no solo podemos ganar, podemos botarlas del condominio. —las gemelas Pierce tragaron saliva, y Olivia recién entendía la idea. Pero Isabella, en su cara se reflejaba una sonrisa macabra, llena de odio. Por fin había encontrado una manera de acabar con ellas. Isabella estaba satisfecha.

******************

Mientras tanto, en la casa de Dove, las dos amigas habían equipado el material en sus mochilas, se pusieron sus típicos zapatos converse que siempre usaban para escabullirse en lugares complicados y salieron de la casa sin hacer un solo ruido, dirigiéndose a la casa de en frente: la casa de los Whiteman.
Dove miro por la ventana y tragó saliva, algo estaba pasando adentro, las cortinas cerradas y la música de estéreo de fondo prendida. Cuando miro un poco más, intentando ver quienes estaban ahí, el estómago se le achicó: Maka Tools.

—¿Qué viste? —preguntó Leah.

—No te gustará saber. —Dove empezó a temblar, y se paró para dirigirse a la pared que iba directo a la habitación de Isabella en el segundo piso.

—Habla ahora, antes de que me de un ataque. —Leah intentaba seguir los pasos rápidos de Dove, que amarraba una cuerda al balcón y empezaba a trepar como en las típicas películas de agente secretos y ladrones profesionales.

—Las princesas no solo están con las gemelas Pierce, sino también consiguieron a tu querida amiga Maka. —Dove ya estaba por llegar al segundo piso, mientras que Leah se quedaba pensando las cosas que habían pasado con Maka hacia años atrás.

—Apúrate Leah, tenemos que apurarnos, ellas están en el piso de abajo, si nos descubren en la habitación de Leah, nos meteremos en problemas. —prosiguió Dove. Ambas ya habían trepado hasta el balcón y entraron en la habitación por la ventana, se escabulleron y Dove se metió al cuarto de Olivia, mientras que Leah se quedaba en el baño de Isabella.
Dove buscó entre los zapatos, y encontró unos que siempre usaba Olivia. Cuando los encontró en el armario, Dove sacó el pegamento que ella y Ayden habían comprado.
Apretó la botella dentro del tacón, y una vez que había puesto suficiente, metió el producto en su mochila y salió al pasillo.
Mientras tanto, Leah empezó a buscar frascos en los cajones del baño de Isabella, y encontró seis clases de perfumes de una sola marca, cremas carísimas para cara y un armario al lado de la bañera con todo el maquillaje que Leah pudo imaginar que usaba una mujer en toda su vida.
Buscó entre las botellas de shampoo, y sacó el bronceador en spray tan solo encontrarlo. Abrió su mochila y retiró la botella de graffitti fosforescente naranja. Cambió los productos, y después de dejarlo donde estaba, salió al pasillo, donde estaba Dove.
Ambas se ocultaron detrás de un sofá, mirando desde el piso de arriba a través del balcón de vidrio recién limpio a las enemigas, que seguían hojeando los archivos, inventando un plan.

—¿Qué estarán planeando? —Leah le susurró a Dove, mientras intentaban acercarse para escuchar lo que Maka decía.

—Lo único que nos falta es lograr que Dove y Leah hagan una cosa que salga de la raya en el condominio, algo imperdonable, que todos los residentes se enteren. Después de eso, mostramos los documentos con las fotos de todas las travesuras que hicieron, y las botan del condominio. Seguro. Si ellas no hacen un desastre uno de estos días, nosotras inventaremos algo para culparlas, y todo su jueguito de las reinas del condominio se acabará. —Maka sonrió mientras las demás estaban convencidas de lo que iban a hacer.

Pero no sabían que en el piso de arriba, Leah y Dove ya habían escuchado todo su plan, y tampoco sabían que unos zapatos viscosos y un bronceado brillante las esperaba para tener más problemas con color...