Media hora después, la "Patata Kriptoniana" seguía en la habitación del hospital, esperando a que la madre de Dove vaya a hablar con los policías para pagar la detención.
Todos se sentían muy poco preocupados por la situación en la que estaban, lo que los aterraba de verdad era la idea que a Isabella y a Olivia no les hayan hecho nada los gerentes del supermercado por soborno, claro.
Lo que más deseaban Dove y Leah en ese momento era volver a Albert's Palace y acabar con la broma que habían planeado desde un día antes, pero todo había salido mal. Ni siquiera habían podido comprar el material del supermercado por el arresto y no tenían nada por hacer más que quedarse tranquilos (cosa rara) en la habitación.
Nadie decía una palabra. Dove, que estaba en la camilla algo adolorida aún, se dedicó a mirar el techo y las paredes blancas, ya que, si miraba a Ayden, se iba a dar cuenta. Dove se giró para el otro lado y pudo ver la gloria en una de las paredes: un canal de metal en lo mas alto de la pared, de un tamaño estándar y típico para ser un ducto de ventilación. A Dove se le prendió el foquito. Cuando Leah miro a su mejor amiga, esta le señaló el ducto y Leah comprendió la idea instantáneamente. Una sonrisa macabra marcó a ambas, y cuando Eric las vio, no dudo en preguntar.—¿Y ahora que están pensando? —preguntó Ohreo.
—¿Ven esos ductos? —Cindy y Flora comprendieron la idea, y rápidamente asintieron, pusieron una silla y encima revistas para subir y treparse al ducto, mientras que Eric y Ayden no acaban de entender lo que pasaba en el entorno.
—¿Quieres que prenda el aire? —pregunto Eric.
—No pedazo de inservible, las chicas van a escapar por los ductos. —le contestó Ayden.
—¡Son increíbles! ¡Vámonos! —Eric se paró y decidió irse por la ventilación convencido, pero Leah lo paró.
—¿A dónde creen que van? Ustedes se van a quedar aquí, cuidando que no venga un policía o una enfermera, o peor: la madre de Dove. —Leah añadió.
—¿Esperan que nos quedemos aquí los dos? —preguntó Eric de nuevo.
—No, Cindy y Flora los acompañarán para distraer a cualquiera que entre. —añadió Dove.
—Oh bien, y que va a pasar si se dan cuenta que ustedes se fueron. ¿Ah? —dijo Ayden.
El problema se hizo grande con ese detalle, hasta que a Leah se le encendió el foco y sacó su teléfono. Marcó al hermano dos años mayor de Dove.—¿Hola? ¿Kate? Soy Leah, necesitamos ayuda.... Ayuda para bromas. Es tu especialidad. Si. Estamos en el hospital, necesitamos que saques una caja con pelucas del sótano... Es larga historia, después te contamos. Entra a la habitación 49 disimuladamente. Si preguntan que hay en la caja, hay pelucas para jugar. Okey, te esperamos. —Leah colgó, mientras cruzaba los brazos intentando demostrar que todo estaba calculado perfectamente.
—¿Enserio? ¿Llamaste al estúpido de mi hermano? —preguntó Dove.
—Exacto. Los Miller son perfectos para estos desastres.
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Problemas con Color©
HumorLeah Fleekbourn y Dove Miller han sido vecinas desde que tienen memoria. Ambas residentes de la urbanización "Albert's Palace", son las reinas de las bromas, genias de las fiestas y amigas inseparables; pero cuando un par de vecinas nuevas quieren q...