Dove Miller

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Dove Miller. Si crees que es tímida, deberías dejar de pensar con los ojos.
Dove era bastante tranquila con la gente que no conocía, pero no es así.
Tenía tres hermanos mayores y dos menores, su madre era madre soltera, pero aún así vivían en "Albert's Palace", un condominio muy reservado, donde todos los residentes odiaban los problemas, y es que Dove no era una opción para dejar las travesuras de lado.
Su hermano más mayor, Tyler, un día llegó a casa cuando Dove tenía 14 años con una cabra "huérfana".
Dove la adoptó después de suplicarle a su madre, y la pequeña cabra se quedó. "Marcelino" siempre estaba con Dove, y la cabra aprendió a mantener una relación muy parecida a la de los humanos. Y de aprender a hacer cosas, me refiero a tocar el timbre con la lengua, prender la radio y poner la contraseña de seis dígitos del Iphone de Dove. (Aparte de cocinar galletas y cambiar el canal de la televisión.)
Dove amaba el fútbol, y sobre todo andar en patineta. Y todo eso le iba perfecto a su personalidad, ya que Dove amaba todo lo que no era muy femenino.
Le encantaba el arte, dibujar y las pinturas. Pero... ¿Qué es lo que más amaba Dove?
No, no era un objeto ni una actividad. Ni una cabra.
Ayden Rain.
¿Quién es?
Para Dove, es el típico chico hermoso y deportista, y bueno, es la verdad. Ayden estaba en la categoría de hombres de su academia de fútbol. Le gustaba desde que tenía 13 años. Ayden además, era muy divertido y inteligente. Pero claro, cada vez que Ayden estaba cerca de Dove, los cables de esta entraban en un cortocircuito y hacían que Dove haga alguna estupidez.
Tanto era su amor hacia Ayden, que un día se llegó a enterar. Y por supuesto, no todo terminó como un cuento de hadas, ya que a Ayden le gustaba otra chica.
Pero Dove no necesitaba un novio para estar feliz, ya que tenía a Leah Fleekbourn, su mejor amiga.
Leah y ella siempre hacían locuras, algunas pequeñas y otras imperdonables.
Como cuando tenían 6 años y metieron una cabeza de Barbie dentro de la manguera del parque y explotaron las cañerías de agua.
O cuando Dove y Leah salieron a una de las calles cuando tenían 11, y en uno de los carteles que decía "Prohibido el paso a vehículos pesados" ambas recogieron las pinturas de Dove y pintaron algunas letras, quedando "Prohibido el paso a culos pesados".
O la peor de todas fue cuando hicieron que uno de los vecinos regordetes se suba a la casa del árbol trepando, que era bastante alta, y cuando llegó a la punta, se llevaron la escalera y el niño se quedó atorado desde las cuatro de la tarde hasta las once de la noche pidiendo ayuda.
Y por supuesto, Dove era la más odiada persona para el señor Walter. Walter era el portero del lujoso condominio, y también la víctima de todas las maldades de ambas. Y por supuesto, siempre tenía los ojos puestos en Dove ya que su generación de hermanos no había sido nada más que un terremoto para el lugar. Una Miller más que vigilar. Y claro, una de las cosas que más amaba Dove era estresar a Walter.
No, esperen. Otra cosa que de verdad amaba Dove era la comida mexicana.
Las chimichangas podrían ser lo mejor que puede querer Dove en este momento, ya que su sabor a guacamole y sus finos pedazos de pollo cortado con salsa mexicana y frijoles no podían negar que ella los amaba con pasión, mucha pasión, como amaba a Ayden.
Quizás amaba más las chimichangas que a Ayden.
Quitándole las cosas malas, la vida de Dove era perfecta entre sus amigos, su casa, su personalidad, (su mascota excesivamente extraña) y su perfecta vida de vándala en Albert's Palace con Leah. Eran las reinas del lugar, las líderes y mejores amigas de los demás chicos del condominio, las cabezas para pensar en travesuras. Nadie podía quitarles el puesto. Nada ni nadie.
O al menos eso era lo que creían...

Problemas con Color©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora