Capitulo 19: Sueño de una noche

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Después de todo lo ocurrido, el grupo de InuYasha se marchan en dirección de la aldea de la anciana Kaede, Kagome quería irse para saber del pequeño kitzune ya que le pareció extraño que el no estuviera con ellos. Sango estaba caminando junto a su hermano Kohaku muy feliz de que al fin él estuviera con ella, lo extraño es que no recordaba nada de lo que sucedió con su padre y compañeros, al contrario el pensaba que fue Naraku el que los había matado, Miroku miraba fijamente a Sango y mentalmente se debatía en una decisión que estaba pensando. Mientras que InuYasha no dejaba de pensar en todo lo que pasó y en lo cercano que estuvo en perder a la mujer que amaba y se juró a si mismo a que nunca más dejaría que alguien le hiciera un daño. Entonces Miroku al observar que Kohaku se había quedado dormido se levantó y toco por el hombro a Sango, ella se le queda viendo y ve que el se marcha hacia una parte del bosque, ella muy intrigada lo sigue, al rato lo encuentra sentado debajo de un gran árbol mirando las estrellas tranquilamente.

Sango: (Que se acerca al joven monje) Excelencia, ¿qué le ocurre?

Miroku: (Que se queda mirando a Sango) Nada Sango, es que estaba pensando en todo lo ocurrido con la Srta. Kagome e InuYasha.

Sango: (Que se sienta junto al él) Y porque, Excelencia.

Miroku: (Levantando la mirada hacia el cielo) Porque me dio a entender que ya no debo ocultar algo, que siento dentro de mi Sango.

Sango: (Que se estaba empezando a preocupar por el tono serio de Miroku) Excelencia, si tiene un problema por que no me lo dice, tal vez pueda ayudarlo.

Miroku se la queda viendo, y piensa en lo hermosa que está ella esa noche, desde hace tiempo se había dado cuenta que se había enamorado de Sango, pero por culpa de la maldición que le había puesto Naraku a su familia no quiso hacerse falsas esperanza ya que él ya estaba preparado para morir, pero al estar Naraku muerto, su Kazaana se había cerrado y podía decirle a ella todos lo que él sentía por ella, el problema ahora era que si ella sentía lo mismo por él.

Miroku: (Que se levanta lentamente) Sango hay algo que quería decirte desde hace tiempo.

Sango: (Preocupada por ese tono de voz) dime, Excelencia.

Miroku: (se voltea y se arrodilla delante de ella y le toma sus manos) Sango, yo se que soy un hombre de muchas mujeres y se que siempre le pido un hijo a cualquier mujer bonita que encuentre. Pero...

Sango se estaba preocupando más, dentro de ella tenía miedo de que le dijera que se iba a marchar para siempre o que se iba a despedirse de ella, cualquiera de las dos opciones le daba pánico, ya que ella sentía que sin el joven monje su vida ya no tendría sentido, así que cierra los ojos y se prepara para lo que sigue después.

Miroku: (Que la miraba con amor) Sango, tú eres la única mujer que siempre ha estado en mi corazón, y quisiera pedirte con todo mi corazón si tu quisieras ser la madre de mis hijos y vivir conmigo para siempre.

Sango: (Que no podía creer lo que estaba escuchando) excelencia, usted me esta....

Miroku: (viendo divertido la actitud de Sango) Sango, cuando dejaras de llamarme así, dime Miroku y dime si acepta ser mi esposa.

Sango: (Abalanzándose sobre el muy feliz) ¡Claro que acepto ser tu esposa Excelencia, no perdón Miroku.

Miroku la abraza muy fuerte y sus rostros se acercan muy lentamente y se dan un tierno beso, pero fue interrumpido por unos ruidos detrás de unos arbustos, Miroku se acerca cautelosamente y se prepara para atacar, cuando ve que Kagome se para sorpresivamente junto a InuYasha y les da las felicitaciones por su compromiso, tanto Miroku como Sango se ponen rojos de la vergüenza.

Un Sentimiento, una MaldiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora