Capítulo 8

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Un milagro era lo que necesitaba, y mis esperanzas aumentaron, ya tenía la mitad, eso era un gran avance, pero no podria cantar victoria, pues esto recien era el comienzo y si, fue difícil conseguir ese dinero, pero aún intentaba salvarla, tenía unos ahorros en mi casa, y no dudé en usarlos, pero eso aún no rea lo suficiente.

La cuenta solo creció un poco, pues solo tenía cien mil pesos más, debía de conseguir el dinero lo mas rápido, ya que el doctor me dijo quequedaba una semana, ya no quería escuchar mas esas palabras que me hacían llorar, perode cualquier forma esto lo debía de saber.

Fuí con el doctor a platicarle mi situación.

-Doctor

-¿Que sucede Antonio?

-No creo poder conseguir el resto de dinero, hasta ahora tan solo llevo un millón seicientos mil, y eso es todo,¿No cree poder reducir el costo de aquello?

-Mire, sqei fuera por mi le diría que si, pero le recuerdo que es en Ginebra, y ellos no piensan rebajar su oferta.

-Pero es que mas ya no puedo hacer.

-Lo siento mucho, en verdad me apena que usted esté pasando por esto.

Un dolor que siento en el pecho, un nudo el la garganta y mis ojos a punto de derramar lágrimas, eso sentía al saber que mi madre moriría, tan jóven, tan linda.

 Tanto esfuerzo para nada, todo lo que hice no sirvió en absoluto, pero yo no quería que ella muriera, me desesperaba saber que ella pronto dejaría este mundo.

Recordé esas palabras ''todo está en tus manos''.

Porque me pasa esto justo a mi, ella era mi única compañía, era todo lo que tenía, pero no quería que me dejara, quería gritar de furía, tal vez de desesperación pero yo no estaba preparado para cuando eso llegara.

Y aunque sabía que ya no había nada que hacer, me quedé sentado junto a ella, la miraba y le decía.

-No te preocupes, todo va a salir bien, y luego iremos al cine mamita, ya verás, vas a estar mejor-Yo mismo me engañaba con mentiras, creía que de esa forma lo podría soportar mas.

El tiempo pasaba sin piedad de mi, y ahora solo le quedaban 5 dias, 5 dias y mi madre me dejaría solo para siempre.


El Hombre erranteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora