Sin amigos por Gay.

Capítulo 14 - "El Metro"

Capítulo 14 – "El Metro"

El tren seguía su curso de una manera rápida dentro los túneles, el aire acondicionado se esparcía por todo el vagón para así refrescar a los pocos usuarios que nos encontrábamos, entre ellos Alex y yo, sentados en el mismo sitio, sin nada más que comentar luego mi revelación de hace unos pocos segundos respecto de aquellos sentimientos que llegué a sentir por mi ex mejor amigo.

Los pensamientos invaden, las confusiones cesan y él calla. De esa forma puedo describir mis sentimientos. Primero, fui invadido por tontos actos sin sentido, para que luego, las confusiones me llevaran a revelar mi secreto más privado al chico sentado a mi lado, quien curiosamente no se digna a pronunciar alguna palabra.

Sutilmente suspiré cabizbajo, encontrándome con el firme hombro del chico de lentes, quien solo me observaba con interés, o eso presiento, ya que ni siquiera tengo el valor de mirarlo a los ojos hasta recibir un comentario de su parte.

"No mirare tus lindos ojos color café hasta que me digas una palabra, me des una muestra de afecto, o me insultes. Cualquiera de esas cosas las aceptaré, solo no quiero desesperarme más, quiero saber tu opinión".

Mordiéndome los labios con discreción y desespero, siento que Alex por fin reacciona, causando que con su delicada mano sostuviera mi barbilla, para levantarla, y así nuestras vistas se encontraran.

—¡¿Hablas en serio?! —Musitó Alex, sin gesticular ningún sentimiento. Llevé con una inquietante lentitud mis ojos hacia a los suyos, sintiendo como ellos me estaban atravesando como lanzas frías e indiferentes, no de una forma llena de asco cómo si estuviera en desacuerdo con mi identidad, pero tampoco de una manera llena de calma y de curiosidad, o eso interpreto— ¿Tú eres...?

—¿Gay? —Pregunte serio y este de la misma forma asintió— Si, lo soy —Musité y clavé la mirada en el suelo.

Entonces, al cerrar mis ojos realizando un pequeño parpadeo, una pequeña escena parecida a esta invadió mi mente.

Flashback:

Raúl y yo nos encontrábamos en el campus del instituto luego de una ruda mañana llena de actividades, como también una semana muy ajetreada a mi parecer, ya que en esos días me sentía confundido respecto mis sentimientos, unos muy peculiares respecto a mi amigo.

—Está bien, lo prometo —Se encogió de hombros— Ahora dime, ¿Quién es la afortunada?

¿Afortunada? Pff ¡Si claro!

—Tú– Solté finalmente.

Una punzada llena de dolor y miedo estuvo presente justo en la mitad de mi pecho con solo decirle esa simple palabra de dos letras que parece fácil de mencionar, pero que en mí caso no lo fue. Pensaba que justamente al momento de declararme me iba a sentir tranquilo, pero me equivoqué.

—¡¿Qué?! —Exclamó mi amigo, observándome de arriba abajo con la boca abierta— ¿Puedes repetir?

— ¡Que tú me gustas! —Alcé la voz con un tono débil y a punto de quebrarse— Antes de conocerte yo siempre me he considerado...

—¡Gay! —Me interrumpió, resaltando la palabra "Gay" con sequedad, odio, y decepción. Temblé, por aquella forma de hablarme mi amigo.

Fin del Flashback.

En algunas oportunidades quisiera tener una especie de ojos especiales, unos con los cuales pudiera observar un aura de un color azul cielo alrededor de las personas tolerantes y llenas de confianza, para así, diferenciarla de los demás con el aura tan negra como el carbón, con pequeños trazos rojos como los de la sangre. Creo que así pudiera informarme con qué tipo de persona lidiaré a diario, para saber si confiar o no en ella, aunque, si existiera tal vista sería difícil tener experiencias inolvidables, las cuales nos transforman en alguien más fuerte.