Sin amigos por Gay.

Capítulo 9 - "Experimento"

Capítulo 9 – "Experimento".

Es lamentable pensar que mortificamos nuestra vida por una persona que queremos que esté a nuestro lado, aunque la realidad es que esa persona por la que uno es capaz de demostrar lo mejor de lo mejor, piensa y sufre por alguien más. Es triste tener este tipo de pensamientos, pero lo que más deprime es preguntarse así mismo "¿Quién sufre por ti? ¿Quién llora por ti? ¿Le gustas a alguien?", esas dudas causan grandes punzadas en el pecho, si, pero lo que uno tiene que profundizar sobre el tema es que si a nadie le llegas a preocupar, lo mejor sería que esa persona que sufra por ti, no sea más nadie que uno mismo.

En mi mundo todo está vuelto un ocho siendo escrito en una hoja de papel sin poder detenerse. La verdad, quisiera culpar a Raúl, pero no, quien es el culpable en todo este sufrimiento soy yo, ya que fue mi error enamorarme de alguien que pensé conocer alguna vez.

Quisiera escribirle a Raúl, decirle que hablemos sobre el tema de mis sentimientos y que aclaremos las cosas para volver a ser mejores amigos...pero, nada será igual, él no será el mismo amigo que pensaba que estaría conmigo en cualquier circunstancia. Si lo imposible llega a pasar, ni yo volveré a ser el mismo, ya que esos insultos de parte de Raúl me hirieron y todavía están rodando por mi cabeza.

¡No es mi culpa ser homosexual, como tampoco fue mi culpa haberme enamorado de él! Más bien, nadie puede decidir de quien enamorarse. No importa las diferencias, la sangre, o el género. Si uno se enamora nada en el mundo puede llegar a suprimir esa ilusión, al menos que esa persona te decepcione, pero no siempre funciona ese método, lo digo por experiencia.

Admito que siempre me he imaginado besándome con Raúl antes de irme a dormir, sentir sus labios rozando los míos de forma lenta, eficaz, y que me libere de toda monotonía que surge en mi vida. Mi sueño más profundo siempre ha sido –o es– que nuestras frentes estén pegadas una con la otra, y sentir nuestras agitadas respiraciones de excitación de manera simultánea, para besarnos cuantas veces se nos den la gana...Pero esto no pasa de lo que es, un sueño.

Daria lo que fuera para que Raúl fuera mi primer beso hacia un chico, un beso verdadero, no un choque de labios sin significado alguno. Sería glorioso poder mover mis labios al ritmo de los suyos...

—¡Auch! —Me quejé adolorido mientras soltaba el cuchillo que tenia entre mis manos.

Abro mis ojos de golpe mientras observo detenidamente a mí alrededor, encontrándome con un salón de luminosos colores pasteles que adornan sus paredes, junto a varios artefactos de cocina, un enorme refrigerador de dos puertas, unas cuantas hornillas eléctricas encima de un cimiento, y un largo mesón de mármol con una gran anchura. Este lugar es mi cocina.

Observo mi mano izquierda, en la que sostengo un tomate encima de una tabla de picar, mientras que en la derecha tengo un cuchillo, el mismo artefacto que causó un leve corte en mi dedo índice, en el cual se está derramando un poco de sangre desde la pequeña fisura que me causó el corte.

"¿Cuándo empecé a picar los tomates?" Me pregunté internamente recordando en qué momento exacto comencé mis quehaceres, todo mientras me dirigía al lavado de platos, abría la llave, y el agua cristalina salía del grifo suavemente. Sin pensarlo dos veces adentre mi sangrienta mano en el agua, mientras que todo el líquido que refrescaba mi dedo índice con dicha herida, tomaba un color rojizo.

—¿Te cortaste de nuevo? —Preguntó mi mamá mientras que entraba a la cocina con una leve sonrisa­. Asentí lentamente— La verdad no me sorprende, siempre te la pasas en otro mundo lleno de fantasías. Aunque yo sé que la razón por la que vives en ese mundo, y es porque siempre te la pasas en un universo lejano de la realidad, en la que sueñas lograr grandes hazañas que pueden hasta definirse imposibles, pero que aún así piensas realizar. Eres un niño muy curioso, pero temo que un día te atropelle un bus por estar de esa forma.