Prólogo

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"El amor es la fuerza que mueve el mundo"

Todos decimos esa frase, pero pocos logramos conocer el verdadero significado de ella.

No, no podemos asegurar que sabemos lo que quiere decir, y no podemos porque hemos nacido en esta generación.

A veces miro a mi alrededor y realmente, me da pena. Quizás, incluso yo misma me doy pena.

Porque no sabemos querer.

Y menos aún sabemos sentirnos queridos.

Huimos de ello. Huimos del amor.

Y lo hacemos por miedo.

Tenemos miedo de querer, y no ser correspondidos.

Miedo de que, si comenzamos a amar a alguien, mañana nos dejen tirados.

Miedo. Miedo. Miedo.

Y algunos aun tienen la decencia de asegurar que no, que es mentira. Que el miedo al amor es un simple invento de la sociedad adolescente.

Quizás quieran tener la razón, pero no la tienen.

Todos tenemos a alguien que hemos querido, y que nos ha dejado tirados. Amigos, novios, conocidos, compañeros...

O quizás nosotros mismos les hayamos dejado tirados a ellos.

Y lo mejor son las excusas que nos ponemos a nosotros mismos para autoconvencernos de que tiene que ser asi.

Pero no, señores, en la vida, hay que arriesgar.

Porque merece la pena.

Merece la pena esperar por la persona indicada.
Merece la pena tener esos pequeños momentos de felicidad con alguien que de verdad quieres.

Y os aseguro, aunque suene contradictorio, que merece la pena llorar por alguien. Por ese alguien que para ti es único.

Pero todo esto, tiene un motivo, un eje por el que gira todo.

El amor.

No, no pienses que es cursi, me estarías decepcionando.

Si lloras por esa persona, es que realmente la quieres. Y aunque no llores, aunque solo sientas ese vacío interior que solo puede rellenar ese "alguien".

Porque si, no nos olvidemos que es mejor ser dejado, que haber dejado.

Porque si dejas, entran en juego estas maravillosas palabras: "y si..."

Y entonces es cuando te das cuenta de que el miedo no te ha dejado ser quien eras en realidad.

Porque es ahí donde se destroza la gran mentira que te has creado, y te sientes el tipo más idiota del mundo.

Porque vale más sufrir por haberlo intentado y haber fracasado, que sufrir por no saber que habría pasado.

Pero la vida son experiencias.

Alguien me dijo una vez que todo estaba escrito, y que nosotros no teníamos la fuerza para cambiarlo.

Yo lo llamo "el consuelo de los cobardes"

Me explico:

*Amigo consuela a amigo tras un desamor*

- Tranquilo, no pasa nada. Si no ha vuelto es porque el destino no está así escrito. No vuelvas a por ella. No era la indicada. Al final, esa persona llegará tarde o temprano.

Pero yo me pregunto... ¿Qué ocurre si esa persona es la que se fue?

Pensamos en el destino como un comodín único y mágico que nos sirve se consuelo para algo que no ha salido como queríamos.

Lo utilizamos de excusa.

Y en este mundo, no hay lugar para excusas.

Porque mientras tu estas esperando que tu camino te vuelva a juntar con aquella persona que tu dejaste escapar, quizás otro la enamora poco a poco.

Mientras ella llora por ti, puede que otro le seque las lágrimas.

Aunque sea en la distancia. Aunque aún no se esté dando cuenta.
Porque a lo mejor esta puta vida se rige por esas pequeñas oportunidades.

O no.

Quizás todo es el destino.

Lo dejo a tu elección.

Pero recuerda que, cuando utilices la palabra amor, jamás le estarás dando la mitad del valor que en realidad tiene.

No te quiero quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora