Capitulo 5

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- ¿por qué me llamaste frambuesa?

*inserta voz de presentador de concurso* Y el premio a la pregunta más estupida y sin sentido es para Ashley Cooper.

Su risa estruendosa es lo único que se escucha por todo el coche, ese sonido brutal que retumba grave por su garganta y hace que llegue a mis oídos provocando un suspiro involuntario. Él sigue manejando sin poder parar su risa, sigue manejando sin saber el daño que está provocando en mi sistema.

Después de unos minutos de intentar fallidamente al fin logra calmar su ataque espontáneo.

- mira frambuesita, te digo así porque simplemente me gusta decirte así, no busques respuesta a todo ya que la vida no siempre tendrá lógica y no por eso no vas a continuar... -dejó su discurso aparentemente preparado a mitad de camino- simplemente no entenderás... - esto último lo dijo en un susurro y algo en mí me insistía en que sus palabras iban más allá de mi pregunta pero simplemente lo deje pasar.

- Entonces ... ¿No hay razón? Simplemente vas por la vida poniéndole apodos de frutas a cada chica que te encuentras por la calle. - trate de suavizar el ambiente con esta pequeña broma pero al parecer él no pensó igual...

- yo no hablo con chicas- respondió serio.

- si claro, un chico como tú y no habla con chicas- solté mi venenoso sarcasmo y rodé los ojos.

- ¿un chico como yo? A que te refieres con "un chico como yo"- su mirada mordaz me advirtió que si mi respuesta no le gustaba me iría mal...

- mm.. pues ya sabes... así como eres, social y divertido..

- con que divertido eh... No sabes lo divertido que soy en otros lugares- me mira con una cara divertida pero al ver que me asusta un poco su comentario continúa- pues la verdad es que me relaciono con muchas chicas pero no suelo hablar mucho con ellas, no sé si me estás entendiendo...

- ¡si, entiendo perfectamente!

No se porque pero me enoja que sea así, hubiera preferido que me dijera otra cosa y no que insinuara el hecho de que usa a las chicas solo como objeto sexual.

Una razón más para que no te ilusiones.

- y bien, ¿ya no hablaras?- gira un poco la cabeza para observarme.

- ¿ a dónde me llevas?

-lo veras en unos minutos más, no desesperes.

Como bien dijo, en poco tiempo llegamos a un hermoso  restaurante que daba la impresión de estar en el bosque. Tenía un cierto estilo campestre, con todo tan rústico y conectado con la naturaleza. Bueno, al menos eso demostraba en su exterior.

- ¿un restaurante? ¿Y abierto a estas horas?

-si, yo suelo invitar a mis víctima a a cenar antes de secuestrarlas. - sonríe con un deje de burla.

- ja ja muy gracioso.

Me adelanto a entrar ya que no se lidiar con este chico, en un momento está feliz, al siguiente enojado y luego de nuevo feliz.
Después dicen que las mujeres somos las complicadas...

*****

Después de cenar di por hecho que el restaurante era incluso mejor de lo que demostraba por fuera y la comida era deliciosa.

Keiler me llevó a mi casa y durante todo el camino de regreso se sintió el ambiente tenso. Ambos íbamos sumidos en nuestros pensamientos.

Estoy preocupada de haber sido muy aburrida en la cena como para que no quiera volver a saber de mí. Tal vez por eso no habla, quizá solo quiere cumplir su palabra de llevarme a casa y jamás volver a verme.

Al llegar a casa solo me despedí y le di las gracias, él ni siquiera volvió a mirarme solo asintió, espero que me bajaras y arranco el carro.

Digna de amar -PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora