Jokka P.D.V:
"¡Hiru arriba! ¡no es tarde aún pero no pienso llegar atrasado por tus caprichos!" Siempre discutimos esto en la mañana, papá y mamá ya se han levantado, bañado, están sentados en la mesa preparándose para el trabajo mientras yo también ya me he levantado y arreglado para el colegio. Ahora estoy parado frente a la puerta de su cuarto.
¿dónde está Hiru? Bueno... digamos que le gusta cantar en la ducha...
"¡Hiru el desayuno ya está listo!" Gritó mamá.
"¡ya voy!" Gritó Hiru desde el otro lado de su puerta.
Me impacienté un poco y deliberadamente tomé la manilla de la puerta que sin ninguna resistencia giró permitiendo que pudiese entrar.
Dí un paso adelante y me encontré con la habitación de Hiru que era desastrosa, pero por suerte igual mantenía un orden, cuando digo desastrosa me refiero no a deshecha y sucia, sino a que su manera de ordenar las cosas... es especial... muy rara para mí según el concepto de orden que conozco.
"¿Hiru?" Llamé viendo la puerta de su baño cerrada, el agua corría del otro lado y podía escuchar algunos tarareos de Hiru que sinceramente me daban ganas de reír.
"Dije que voy Jokka, sabes que igual llegamos a la hora y la hacemos de oro..." me respondió mientras silbaba otra canción que yo conocía.
"Me da igual Hiru... lo que importa es que tengas tiempo y tranquilidad, además muy a la hora podrás llegar, ¿pero a costa de qué? Se te queda el almuerzo, a veces las tareas, trabajos, una vez la mochila se te quedó lo cual no entiendo como rayos pasó..." empecé a dar una lista enorme en respuesta.
"Ok tienes razón, siempre la tienes ni aunque lo quieras..."
"No es una cosa de tener razón, es simplemente que trato de ayudarte porque como hermanos me importa que tengas un futuro bueno, y la distribución del tiempo quizá es exigente pero cuando lo haces bien las cosas se te hacen más fáciles, no es que le pongas todos los días patrones a tu vida, sino que seas capaz de adecuarte, no como yo..." esas últimas palabras las titubeé un poco, sabia que si él las escuchaba probablemente podría enojarse conmigo... sólo creo que digo la verdad...
"¿Qué dijiste al último Jokka?" Preguntó del otro lado Hiru en tono acreciente. La ducha se había cortado y podía escuchar como salía de la tina y se secaba con la toalla.
"Nada, olvídalo, no valdrá la pena..." respondí "sólo baja..."
Me quedé un rato frente a la puerta en silencio cabizbajo. Algunas palabras siempre me acosaban cuando pensaba en cualquier cosa buena sobre mí, sé que no correspondía, y también yo mismo me encargaba de no tratarme mal sino de sentirme feliz de que alguien pensara algo bonito de mí. Sin embargo, muchas veces el pensar mal de mí mismo era inevitable, un desagradable mecanismo de defensa contra las ganas de sentirme orgulloso. El orgullo sólo se ve aburrido para mí, así que mi manera de evitar caer en su vacío solitario sin dañarme es dar las gracias.
"Supongo que ser feliz o enérgico en base, no es para mí..." murmuré "eso es de Hiru..."
Salí de la habitación de Hiru y traté de recomponerme, si llegaba a la mesa con la cara que estaba seguro que tenía, probablemente se armaría un problema de nuevo y estoy más que listo con los problemas, por hoy quiero paz, y no en el sentido de silencio, sino que en el sentido de las cosas no tan densas, más relajada, el mundo al menos a mi alrededor menos neurótico de lo usual, ese es mi concepto de paz.
Al final, Hiru terminó por bajar, se sentó a la mesa, comió lo que debía comer y le recordé llevarse lo que tuviera que llevarse. Mabelline me había pedido ayer que la ayudara respecto a sus manos porque se las había llenado de espinas con el cactus de nuestro patio así que hoy la ayudaré a escribir materia, creo que me quedaré con ella en los recreos, a menos que no haya mucho que ver en ciertas clases, hoy tenemos historia. Mi ramo favorito, matemáticas, química, y el tedioso y aburrido lenguaje que no es un martirio para mí pero si que me tortura, supongo que no todos somos buenos en todo, para mí es fastidio porque me cuesta y debo darle más importancia por ello, sin embargo, tampoco es un impedimento para mi promedio, no soy la gran cosa pero si tengo cuarto lugar en las calificaciones del curso, estoy por encima del promedio común, algo que no me enorgullece mucho la verdad, pero si me hace sentir que me estoy esforzando, muchas veces envidio ser ese chico o esa chica que tiene las grandes calificaciones sin esfuerzo o bajas calificaciones pero con mucho esfuerzo, los de en medio sólo somos el relleno, siempre la atención la tienen el más grande y el más bajo de la clase, el resto parecemos ganado sobrante, eso me disgusta, que tengamos notas medianas también debería de darnos orgullo y sentirnos considerados, también nos esforzamos por mantener esa nota mediana, y lo hacemos sin tener el afán de sobresalir, ¿no podría ser eso nobleza al menos en algunos casos? ¿no nos podrían dar crédito por ser regulares? No digo que los otros dos merezcan reconocimiento, digo que todos merecemos uno porque somos personas, y si todos lo merecemos también significa que todos lo tenemos que dar ¿no? He aprendido muchas cosas a lo largo de mi corta vida, y una de ellas me ha enseñado que ser orgulloso es malo porque no es compartido, cuando eres orgulloso y lo compartes es la mezcla más estable entre ser ególatra y ser desligado de tu ego. El ego no merece ni ser atendido ni atender como sirviente, todos podemos ser sirvientes y todos podemos ser servidos. Podemos ser felices siendo ambas cosas. Esa es la verdadera solidaridad, incluso cuando mencionan esa solidaridad solitaria de dar sin esperar nada a cambio, es falsa, ya estás esperando algo a cambio lo quieras o no, una sonrisa, un gesto, incluso si te ignoran estás recibiendo algo a cambio, recibir a cambio no es sinónimo de sólo recibir cosas buenas, además cuando te dan cosas malas es para que sepas manejarlas y crecer más, siendo prácticos de una u otra forma vamos a morir pero, ¿por qué no morir con clase? ¿o con hartos recuerdos? A diferencia de madurar, crecer viene con otro Plus: muchos recuerdos y experiencias, a quien le importa de todos modos tener tanta madurez y conocimientos, puede ser bonito y precioso, y hay que valorarlo, pero no nos podemos olvidar que lo que queda después de morir son las memorias y la esencia, no los conocimientos, piénsenlo, por algo no importa en qué creamos, siempre tendremos la misma certeza de hace siglos atrás: "adonde vayas contigo iré". Entonces, ¿no deberían las experiencias, las memorias y el saber, el cuerpo, lo que somos y todo tener el mismo grado de importancia? Pero si es así, ¿para quien o para quienes debe ser realmente importante?
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No Me Sigas...
Roman pour AdolescentsHoy es el último año creo, quiero poder encontrar lo único que me hace falta antes de empezar mi nueva vida, no hacen falta las palabras. Las desiciones no fueron opción, jamás lo han sido, no hay posibilidad... O eso creo, la verdad no se si las id...