Cap.7 "Yo me quedaré contigo."

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Alguien besó mi mejilla lentamente.

Asco.

Quise abrir los ojos pero el cansancio y el dolor de cabeza no me dejaron.

- Maldición.- Me quejé moviéndome en mi cama. La que no era mia.

- Lizzy, es momento de despertar.- Escuché la voz de Raymond mientras alguien me quitaba el cabello de la cara y me destapaba.

Gruñí. Hacía frío.

Me senté para tomar la sabana y volver a taparme, aun con los ojos cerrados. La risa de Ray se hizo presente y me esforcé por abrir los ojos. Lo hice y madre santa.

Ray estaba sin camisa sonriendo frente a mi con los brazos apoyados sobre el colchon. Su cabello estaba mojado por lo que supongo fue una ducha y sus ojos azules resaltaron su sonrisa.

Yo quería despertar todos los dias asi, Dios querido.

- Vamos a ir a montar.- Guiñó un ojo y se dirigió a buscar quien sabe que. Me apoye sobre mis manos y me senté como pude.

Maldita sea, me había mareado.

Me tomé la cabeza con las manos e hice una cara de dolor. Abrí los ojos y vi como Raymond, quien llevaba un pantalón gris y estaba descalzo, caminaba hacia mi con un vaso de agua y una pastilla pequeña.

- Te aliviará un poco el dolor.- Me la entregó y la tomé de un solo trago.

- Me siento fatal.- Admití algo avergonzada, recordando pocas cosas de ayer.

- Yo se.- Me dio una sonrisa a boca cerrada.- Quiero decir, querias dormir conmigo. Algo malo estaba pasando allí.- Apuntó mi cabeza. Revoleé los ojos y probablemente estaba roja mientras lo oía reir.- Es solo resaca, en un rato estarás bien.

- No estoy segura que solo sea resaca.- Afirmé. Se encogió de hombros y se dirigió a donde su ropa playera estaba.- ¿Y los demas?- Pregunté al ver que las camas estaban vacías y desacomodadas.

- Están en el establo preparando los caballos.- Me avisó.

En cualquier otro momento, hubiese gritado de alegría, hubiese sido la primera en despertar e incluso sería quien mas emocionada estaba por una tarde de cabalgata. Pero en este momento, no me sentía bien.

Me bajé de un salto de la cama y me di cuenta en el aire que fue una mala idea cuando apenas aterricé me mareé y caí sentada de costado al piso. El ruido de mi trasero estapandose contra el suelo llamó la atención de Raymond, quien estaba de espalda.

Volteó y la que era una sonrisa, se borró y se transformó en un ceño fruncido al verme en el suelo.

Tocí con fuerza y mi garganta ardió. Maldita sea.

- Lizzy.- Dijo el y corrió hacia mi.- ¿Estas bien?

- No.- Susurré negando con la cabeza mientras el me ayudaba a levantarme. Con su mano, acercó mi cabeza a su boca y apoyó sus labios sobre mi frente.

- Estas ardiendo.- Habló despacio. Mi mente se contorsionó al oírlo decir esa frase igual que mi cara.- Quiero decir, estas caliente.- ¿En serio? ¿Esa es tu manera de arreglarlo, Raymond? Mis ojos se abrieron a tope. El se rascó la nuca nervioso.- Maldita sea Lizzy, tienes fiebre.- Me hubiese reído de su situación pero me sentía muy débil.

- Ray...- Me sentí mareada y mis piernas temblaron. Me aferré a su ante brazo con las dos manos en señal de que necesitaba ayuda.

Mi alrededor giraba y giraba, no distinguía de que color era cada cosa. Mi estomago dio mas vueltas que un tornado dentro de mi, sentía que iba a devolver pronto.

Lizzy, Missy & DizzyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora