Capitulo 4: Mucho gusto; Miles Whitham

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Tiré hacia abajo de mi vestido por 5 vez. Oficialmente odio los vestidos, no entiendo como una mujer puede sobrevivir todo un dia con esta cosa. Pasé la plancha por el mechón de pelo una vez más y me miré en el espejo, no me reconocía, mis ondas habían desaparecido, moví de un lado a otro mi nuevo cabello liso, casi podía sentirme como la protagonista de un comercial de shampoo

Ayer luego de cenar con Marce, nos dispusimos a organizar el chiquero al que Martha llamaba oficina. La muy puta me había dejado una nota diciéndome:

<< Mas te vale que uses un vestido mañana >>

¿Quien rayos se creía? Ah si, ¿mi jefa quizás?

Termine de planchar mi cabello y les daré un consejo: Nunca, repito, nunca jamás de los jamases planchen su cabello ustedes mismas, ese maldito par de pinzas calientes no tendrán piedad con su piel. Casi podia sentir la piel de mi nuca en llamas. Usualmente solo recogía mi pelo en una coleta y ¡Listo! Mi vida estaba hecha, pero hoy no era uno de mis "dias usuales"

Hoy era un dia importante. Si dejaba una buena impresión entre los altos directivos de la editorial, era muy posible que me trasladaran a la sucursal central en New York y me ascendieran a editora, estaría mucho más cerca de mi sueño de se una famosa escritora, sin mencionar que mi sueldo aumentaría un par de ceros.

Guarde todo lo que necesitaba en mi bolso y salí a la recepción a esperar mi taxi.

Liam aún no se había reportado y ya me estaba asustando,  no me preocupa su bienestar por que se perfectamente que el chico sabe cuidarse muy bien solo, lo que me aterra es lo que está planeando, porque creeme cuando te digo que el chico es jodidamente vengativo y tiene una mente bastante retorcida, eso es una muy mala combinación. Debe estar escondido en algún lugar recombito planeando su ataque y por eso se esta tardando. Después de todo encontrar un buen lugar para esconder un cadaver no es algo que se pueda hacer de la noche a la mañana.

El taxi aún no aparecé, y ya he estado esperando por 5 minutos. ¿Porque justo hoy que planeó dejar una buena impresión entre mis jefes tengo que llegar tarde?

Maldije en voz baja y me resigne. El estúpido taxi no llagaría a tiempo...solo me queda una opción.

Saqué mi teléfono y busqué entre mis contactos, encontré su numero y presioné la opción llamar. Ella contestó al segundo timbre.

- Marce, recuerdas que dijiste que me guiarías por los caminos difíciles de la vida, ahora necesitó que me guíes por los aún más difíciles caminos de Chicago.

- Tu taxi volvió a retrasarse?

- Seh

- Voy para aya

- Te he dicho que te amo Marce?

- Seh, los has hecho, te he dicho que eres muy manipuladora?

- Seh, lo has hecho.

Ella rió al otro lado de la linea y colgó. A los dos minutos ya estaba en la puerta de mi complejo de apartamentos.

Abrí la puerta del copiloto y entré en el auto. Ella me miro de arriba a abajo.

- Wow chica, te ves bien.

- La greench me obligo a arreglarme.

- Pues la greench debería obligarte a arreglar mas seguido.

Rode los ojos y la ignoré, aunque debo admitir que me agrado el cumplido.

Recorrimos el trayecto a la editorial escuchando su banda favorita:  One Republic.

Dejé a Marce en su piso y subí al mio. La primera cara que ví al entrar fue la de Martha.

- Maldición, ¿Tienes idea de que hora es?

- Lo siento mi taxi...

- ¿Me vez cara de que me importan tus estúpidas excusas? Deja de perder el tiempo y ayudame a preparar la sala de juntas para la reunión.

Me tragué mis palabras y conte hasta 10 en silencio. Camine con ella hasta la sala de juntas y comenzamos a preparar todo para la reunion con los directivos de la editorial. Obviamente yo hice todo y ella solo ladraba ordenes a diestra y siniestra.

- Bien todo esta listo, sera mejor que te comportes durante la presentación y no me hagas quedar mal porque te juro que si lo haces me aseguraré que no vuelvas a trabajar en una editorial nunca más en tu vida ¿está bien?

Asentí. Habíamos preparado ( Y por supuesto que cuando digo "habíamos" me refiero a yo preparé mientras Martha se quejaba de todo) un itinerario que consistía en un desayuno de negocios, la junta para defender los escritos que la editorial estaba produciendo, un almuerzo para discutir el funcionamiento de la sucursal y sus avances, una visita a la imprenta de la sucursal aquí en Chicago y finalmente la dichosa cena para la que hice la reservación ayer.

Si todo iba bien, los directivos se irían felices y todos, incluida yo, y por desgracia también Martha, saldríamos beneficiados.

Me puse a preparar las presentaciones de los escritos que defenderíamos, mientras Martha y Gia se ivan al desayuno de negocios en el club. Una vez que terminé pase por Marce para tener nuestro propio desayuno de "negocios"

Una vez que terminamos de "negociar" me dirijí a la sala de juntas y termine de preparar los últimos destalles de la reunión. Recibí un mensaje de Marta.

<< Vamos para aya, así que ten todo preparado>>

Me puse de pie y alisé mi vestido. Tomé un par de respiraciones profundas, esta era la hora de la verdad.

Pude escucha la voz de Martha que venía desde el pasillo.

- Y ahora por aca podrán ver las presentaciones de los escritos sobre los que les he estado hablando.

Parecía una guía de museo y estoy segura como el infierno que sería  la guía más detestable jamas conocida. Un premio más para su estante.

- Buenos dias señores. Dije dirigiendo mi mirada hacia los recién llegados, y fue entonces cuando ví ese hermoso par de ojos azules, y a el bombón al que estaban unidos. El extendió su mano hacia mi mientras me miraba a los ojos.

- Mucho gusto; Miles Whitham.

La Bella Y...¿La bestia? [PROXIMAMENTE EN CONTINUACION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora