Prólogo

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Dyland.

— Esto se acabo.— la miro sin comprender. O mejor dicho no queriendo comprender.

— ¿Que estas diciendo, Luana?— pregunto entrecortadamente. Mierda odio eso.

Luana es mi novia o bueno eso creo, estamos comprometidos y nos casaremos en un mes. No me puede hacer esto faltando poco.

— ¿Eres sordo o que?— sonríe maliciosamente. Desvío la mirada al sentir mis ojos lagrimear.— Oh vamos Dyland.— ríe.— Te lo digo ahora para no hacer las cosas mas difíciles en la boda.— frunzo el ceño.

— ¿Esto lo hace mas fácil?— pregunto sin mirarla.— ¿Porque me haces esto? Yo te amo.— susurro.

— Yo también, tontito.— dice con voz mas aguda.— Pero no quiero casarme. Quiero divertirme. Tener vida. Y tú no puedes con eso.

— No me dejes.— le susurro.— Hago todo lo que quieras. Posponemos la boda si quieres.— rueda los ojos exasperada.

— Dyland entiende. No. Puedo.— dice ya molesta.— Me voy.— toma sus cosas y se da la vuelta.

— Si cruzas por esa puerta, no te atrevas a volver.— digo mirándola directo a los ojos.

Me mira y sonríe una vez mas.

— Adiós Dyland.— y cierra la puerta.

Me arrodillo mientras lágrimas no dejan de salir de mis ojos. ¿Porque me hace esto? Dijo que me apoyaría. Fundaríamos la empresa juntos. ¿Que sucedió? ¿Que hice mal? Por mas que trato y trato no encuentro nada, hice todo lo que quiso. Le di todo de mi sin medidas y me paga de esta manera. Pero se acabo. Lloraré hoy pero mañana me levantaré como si no hubiera sucedido nada. Se acabo todo. No hay Luana. No hay boda.

Maia.

— ¡Mami Maia se esta comiendo mis dulces!— río al escuchar sus quejas de Analisse.

— ¡Maia deja a tu hermana!— suspiro y miro a la pequeña demonio.

Mi hermana tiene 4 años y es toda una experta en dar quejas.

— Pequeña demonio.— digo sacándole la lengua. Al ver que gritara de nuevo le tapo la boca.— Te compraré un helado.

— ¿De vainilla?— pregunta sonriendo. Ruedo los ojos y asiento.— Bien.

— ¿Oye segura que tienes cuatro años? Me estas asustando enana.— ríe y asiente. Le sonrío y beso su frente.

— Maia llegó esto para ti.— mamá me entrega un sobre.

Veo el sobre y me tenso al ver el logo de la universidad. University College London.

— Es de la universidad.— susurro.

— ¿Que esperas? Ábrelo.— me anima mamá.

Le sonrío tensa y empiezo a abrir el sobre. Si no me aceptan me decepcionaré mucho. He estudiado mucho para esto. Lo leo detenidamente y mis ojos se llenan de lágrimas.

— Cariño...— mamá pone su mano sobre la mía. La miro.

— Aceptada.— susurro.— ¡Me aceptaron mamá!— levanto a Analisse en brazos y empiezo a dar vueltas mientras reímos.— Tienes a una universitaria frente a ti, enana. ¿Que me dirás?— le pregunto.

Felidades.— murmura y me río. La abrazo fuertemente y la dejo en el suelo.

— ¿Y tu mamá?— susurro con lágrimas en los ojos.

— Ven para darte un abrazo, mi futura arquitecta.

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¡Hola! Aquí con una nueva historia. Esto es solo un poco de todo lo que se vendrá, espero que les guste.

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