Capitulo 17

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- ¿Porque tengo que quedarme con esa señora?- el mohín que hace Anne me advierte que está por llorar.

Sabía que no era buena idea dejar a mi hermana con la ama de llaves de Dyland. Pero ya no puedo hacer nada.

- Cariño... solo van a ser unas horas. Prometo que mañana te llevaré al cine.- le sonrío para tranquilizarla.

Su mirada se ilumina y sonriendo me estira su dedo meñique.

- ¿Promesa?- río y uno mi dedo con el de ella.

- Promesa.- asiento y me levanto cuando Anne corre hacia la señora Evans.

- Vamos por unas galletas, nena.- mi hermana sonríe y se despide con la mano antes de desaparecer en la cocina.

- Señor Kingsley.- habla la otra chica antes de irnos. La miramos.

- Dime Karen.- dice con fastidio.

- Su novia llamó. Dice que no le contesta el teléfono.- dice recalcando la palabra novia cuando me mira.

Trago fuerte y desvió la mirada. Claro ha de ser la tal Victoria. Una vez la vi en la empresa. Es muy hermosa. Y mucho más alta que yo. Parece una modelo salida de revista. Nada que ver conmigo.

- Está bien. Luego la llamo.- dice y agarrando mi brazo salimos de ahí.

No digo nada hasta que estamos en su auto.

- ¿Si tienes novia porque no la presentas a ella con tu familia?- pregunto volteando a verlo.

- Ella no está aquí. Viajó a ver a su familia.

- ¿Y eso que? Sigue siendo tu novia.

- No. No me entiendes. Cuando ella se fue las cosas quedaron ahí. Victoria parecía una persona seria pero no es así. Es muy inmadura. Y no me gusta que las mujeres sean así.- voltea a mirarme.

- ¿Y cómo crees que soy yo?- pregunto de repente molesta.- ¿Sabes cuántos años tengo? Te lo digo. Veinte. ¿Eso me hace una persona "madura"?— pregunté haciendo énfasis en la última palabra.

- No. Pero a quien quiero presentar con mi familia eres tú.- su respuesta me sorprende. No digo más.

Cuando llegamos a la gran mansión Kingsley suspiro y cierro los ojos. Tú puedes Maia.

— Todo va a salir bien.— susurra poniendo su mano sobre la mía.

Abro los ojos y lo miro. Sin pensarlo me acerco y lo beso mordiendo su labio inferior al final. Su mirada me quema cuando nos separamos pero lo ignoro y espero a que salga para abrirme la puerta.

— ¿Ese beso porque fue?— pregunta cuando toma mi mano al salir.

— Porque quise.— digo mirándolo firme.

Cuando me va a contestar oímos abrirse la puerta.

— Ya era hora que llegaran.— me ruborizo y sonrío hacia su madre.

— Señora Kingsley. Un placer verla de nuevo.— camino hacia ella y le tiendo la mano. Pero me sorprende cuando me abraza de manera cariñosa.

— Oh no, cariño. Ya te he dicho que me llames Estela. Ya te siento de la familia.— mi sonrisa decae un poco. Ojalá esto fuera cierto.— Dime, ¿Cómo te trata mi hijo?

— Mamá...— regaña y yo río.

— El seño...— me quedó callada y dos pares de ojos me miran. Dyland con los ojos muy abiertos. Y Estela confusa.— Dyland ha sido muy lindo conmigo.— me rectifico y sonrío entrelazando mis dedos con los de él. Y para distraer a Estela. Le doy un pequeño beso frente a ella. Su madre sonríe y se hace a un lado para entrar.

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