Capitulo 7

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Maia.

Martes. Segundo día de trabajo y cada que Dyland Kingsley me dirige una mirada me pone nerviosa.

— Buenos días, Sandra.— saludo pasando rápidamente por su lugar, ya que, traigo mis brazos cargados de planos y cuadernos.

Cuando suelto todo en aquella mesa vieja suspiro. Hoy por la tarde remodelaran mi oficina ya que ahora tengo trabajo que hacer y no me quiero adelantar. El teléfono que hay aquí me hace pegar un brinco cuando suena y me apuro en contestarlo.

— ¿Hola?

Señorita Russell.— retengo la respiración. Es él.

Señor Kingsley, dígame que necesita.— digo con calma.

Necesito que revise los planos de un edificio. ¿Cree poder con eso?— frunzo el ceño.

Claro que puedo.— digo un poco brusca. Me molesta que me subestimen.

No me mal interprete, señorita Russell.— puedo sentir su sonrisa al otro lado.— Solo pensé que aun no podría con esto.

Le aseguro que puedo, señor Kingsley.

Por favor, si seremos compañeros en el trabajo de planos dígame solo Dyland.

Entonces usted solo dígame Maia.

Bien Maia, pase por mi oficina ahora para darle los planos.

Ahora estoy con usted.— cuelgo sin decir mas.

Me siento en el banquito y suspiro. Que hombre...

Toco la puerta de su oficina.

— Adelante.— su voz grave me hace temblar. ¿Que me sucede con este hombre?

Cuando entro mis ánimos caen cuando lo encuentro con una joven hermosa en su regazo. A de ser su novia. Ella me mira con recelo sin dejar de acariciar su cabello. ¡Yo quiero hacerlo! Él la rodea con sus brazos por la cintura sin dejar de mirarme.

— Vine por los papeles, Dyland.— digo ignorando la opresión de mi pecho.

— Claro.— Empieza a buscar en el escritorio y cuando encuentra la carpeta me la da.— Revísala y se lo entregas a Sandra. Ella sabe que hacer.

Asiento y camino a la puerta, lo ultimo que veo es a aquella chica voltearle la cara para poder besarlo. Y él... Le responde pegándola mas a él. Suspiro por segunda vez en el día y camino decaída a mi oficina. No se que me sucede con Dyland. Nunca me había pasado esto. No quiero sentir esto. Pero es imposible, quiero regresar a esa oficina y sacarla de los pelos e inclusive a rastras si es posible. Pero no puedo, no puedo por el simple hecho de que él no es mío. ¿Porque pienso esto? Recién lo conozco.

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