Maia.
- Hora de levantarse, nena.- me siento en la cama descubriendo el cuerpo de mi hermana bajo el edredón.
- Nooo.- lloriquea y vuelve a voltearse.
- Si. Anda vamos, levantate.- me paro de la cama y jalo sus pies haciendola reir.
Se sienta en la cama y su mano va directo a su ojo derecho mientras bosteza.
- No quiero ir, Maia.- dice y se levanta de la cama.
- ¿Porque no? Sabes que tienes que ir, Anne. Cuando pase por ti, iremos por un helado.- le propongo con una sonrisa.
- Vale.- sonrie y corre al baño a cepillarse los dientes.
[...]
- Ya sabes. No salgas de aqui ni le hables a nadie que no sea tu maestra o tus amiguitos hasta que venga a verte.- asiente.
- Esta bien.
La abrazo fuertemente. Extrañaré a esta enana.
- Te quiero.- beso su frente.
- Yo tambien.- se despide con la mano y corre hacia la entrada donde la espera su maestra.
Cuando desaparece en el interior me volteo y camino hacia la gran empresa Kingsley Enterprise Inn. Cuando estoy en la entrada me paro y suspiro.
Dandome valor a mi misma ingreso a la empresa saludando a todo aquel que encuentro. Cuando estoy en presidencia me acerco a Sandra.
- Hola.- le sonrio un poco nerviosa.- ¿Como has estado?
- Muy bien. ¿Tu?- pregunta.
- Exelente.- respondo rapidamente sin querer que se de cuenta de mi dolor interior.- ¿Se encuentra el señor Kingsley?- es mejor enfrentarlo de una vez.
- Esta esperandote.- trago saliva y le sonrio una vez mas.
Camino a su oficina limpiando mis manos en mi vestido. Tu puedes Maia. Se valiente.
Toco la puerta y cuando escucho su ronca voz me pongo mas nerviosa y entro por completo cerrando la puerta detras de mi. Me quedo ahi sosteniendo el pomo de la puerta en mis manos esperando que diga algo.
Levanta su cabeza y me mira sin ningún pudor. Dios... ¿Porque tuviste que hacerlo tan sexy? Me ruborizo cuando su mirada se hace mas intensa sobre mi.
- Toma asiento, Maia. No muerdo.- sonrie de lado de una manera que da miedo.
Me ruborizo de nuevo y camino hasta la silla. Una vez sentada lo miro a los ojos.
- ¿De que queria hablar conmigo, señor Kingsley?- eso. Directo al grano. Me quiero ir ya.
- Ya sabe porque. Nadie me dijo que regresarían el dia sábado. Yo tenía entendido que les quedaban dos semanas mas en Panamá.
Sin querer y sin poder evitarlo mis ojos se cristalizan. Si no hubiera ido a Panamá quizá no sabría que mis padres fallecieron y peor aun Annelisse seguiría en una casa de acogida. Me estremezco de solo pensarlo.
- Estoy esperando.- gruñe.
- Yo...- carraspeo y cierro los ojos unos segundos.- Lamento que no se le dijera nada. Pero Giulia creyó conveniente adelantar el viaje de regreso por unos motivos personales que yo tuve.
- ¿Que motivos?- me quedo callada. No tengo porque decirle.- Responde.
- No.
- ¿No?- niego.- Muy bien. Sus practicas en mi empresa han terminado. Puede ir olvidandose de la carta de recomendación. Puede pasar por su cheque mañana por la mañana. Si me disculpa.- lo miro sorprendida. No. No. No. Necesito este trabajo. Su vista regresa a la computadora y hace como si yo no estuviera sentada a menos de dos metros de distancia.
Sollozo sin poder evitarlo. ¿Porque todo tiene que salirme mal? Me mira y frunce su ceño.
- ¿Que esperas? Tengo trabajo que hacer.- su forma de hablarme lastima.
- Le diré el motivo.
- Lo siento. Demasiado tarde. Tengo mucho que hacer.
Me desespero. ¿Porque tiene que ser asi?
- Por favor.- susurro.
Me mira a traves de sus lentes de trabajo y suspira.
- Cinco minutos.- asiento.
— Cuando llegamos a Panamá lo primero que hicimos después de dejar las cosas en el hotel. Fué ir a ver como iba la construcción. Cuando ya nos desocupamos yo me decidí por llamar a mis padres. Y cuando no lo hacen voy a mi casa. Todo estaba apagado y las cortinas cerradas.— mi mirada se pierde en la mesa color caoba frente a mi y mis ojos se llenan de lagrimas.— La vecina al verme ahi se sorprendió y lo primero que hice fué preguntar por mis padres y Anne. Ella me miró con lastima y me dijo que mis padres habian fallecido y que Anne estaba en una casa de acogida. Me queria morir. No estuve en el funeral de mis padres.— lo miro a los ojos.— Por estar aqui.— susurro.— Despues de eso fuí a buscar a mi hermana. Tenia que sacarla de ese lugar como sea. Primero pensé en quedarme allá y ya no regresar. Pero aqui esta mi futuro. Luché mucho por esto. Asi que hablé con Giulia y me dijo que si. Que podiamos regresar antes. Y aqui estamos.
Me seco las lágrimas pero es inútil.— Puedes conservar el trabajo.
Me mira a los ojos. Es tan hermoso. Su mano acaricia las mias esperando que diga algo. Pero como siempre mi impulso ganó. Me acerco mas a él y rozo sus labios con los mios, me separo un poco y lo miro a los ojos. Sin pensarlo mucho me acerco de nuevo y lo beso.
¡Estoy besando a mi jefe!
Lo beso con desespero y me emociona tanto que él corresponda mi beso. Me suelto de sus manos y las enriedo en su sedoso cabello. Cuando siento que me falta aire me separo un poco y suspiro sobre sus labios.
Cierro los ojos y sonrio. Pero cuando me doy cuenta de lo que he hecho quito mis manos de su cabello y me separo rapidamente.
¡Mierda! ¡He besado a mi jefe! Oh dios. Ahora si estoy despedida. Me ruborizo de sobre manera y me levanto como un resorte sobresaltandolo.
— Lo siento. Lo siento.— trato de disculparme pero es inutil. ¿Porque eres tan tonta Maia?
— No digas nada.— me jala hacia a él y es ahora él quien me besa.
¡Me besó! ¡Mi jefe me esta besando! ¡A mi! Ahora si creo que voy a morir. Cuando coloco mis manos en su cabello pegandolo a mi a pesar de su altura la puerta se abre asustandonos.
Los dos miramos a la puerta y una señora elegante mira a Dyland con una ceja arqueada.
— Mamá...
Ahora si estoy muerta.
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Iluminame
RomanceElla, dulce y extrovertida. Él, arrogante y calculador. Una historia diferente a las que tengo en mi perfil :) Publicaciones: El día que tenga libre ❤