Me quedé quieta esperando a que lo desmintiera, lamentablemente no estaba entre sus planes. Abrí la ventana de mis recuerdos para tratar de conseguir algo. Mi familia, escuela, amigos... ¡Todo estaba allí!, nada de eso se había esfumado. Estaba realmente confundida; fruncí el ceño y miré al doctor intensamente, como si pudiese matarlo con la mirada.
-Lo recuerdo todo- le dije con mal humor. -...Puede llamar a mis padres si así lo desea- refuté, intentando justificar mi respuesta.
Su rostro pareció aflojarse y se quitó los anteojos para mirarme fijamente, noté que luchaba consigo mismo al intentar hablarme; hasta que por fin lo logró, luego de aclarar su garganta dio principio a mi pesadilla
-Las personas que entraron; ellos son tu familia... Contrajiste matrimonio el día 2 de setiembre del año 2012, no mucho después de eso murieron tus padres en un accidente. Así fue como ambos decidieron vivir con la familia de tu esposo, ya que no pudiste soportar la depresión- Me dijo, como si no me hubiese destrozado el alma justo en ese segundo. Él esperó a que yo reaccionara y asimilara la noticia, no lo dejé esperando demasiado hasta que mis lágrimas saltaran de los ojos y rodaran por mis mejillas. El miedo empezó a manifestarse de golpe, mis manos no paraban de temblar y yo empezaba a sofocarme entre tantos pensamientos; no recordaba su muerte, tampoco mi último momento a su lado, no sabía absolutamente nada y aquello me enfurecía; sin embargo no reclamé, no era culpa del doctor, si no más bien de mi inútil memoria. Estuve en aquel estado de asimilación por un lapso de dos horas aproximadamente, luego de que grité y saqué lo que sentía logré calmarme y respirar con un poco más de fluidez.
-Recibiste terapia varios meses, pero pudiste sobrellevarlo al final; así que espero de ahora en adelante no pienses que estás sola, tienes a muchos en quién apoyarte. Esta gran familia te espera, solo dales una oportunidad. También es posible que puedan volver a tu cerebro los momentos perdidos si conviven juntos... - Terminó diciendo mientras me daba una palmadita en la espalda, no le contesté a su petición, no obstante pensaba seriamente que ellos eran lo único que me tenía ahora.
Mi cuerpo estaba exhausto luego de tanta ansiedad acumulada, y mi defectuosa memoria estaba cansada de repetir las mismas escenas, tratando de imaginar su última petición; su última sonrisa, su último aliento. Caí en un profundo sueño luego de largo tiempo luchar contra el universo; dejé mis preocupaciones en el aire y me enfoqué solo en descansar.
Horas después desperté al sentir una turbulencia a mi alrededor, abrí los ojos de golpe pero de nuevo el dolor no me dejó inclinarme. Mi movimiento repentino despertó la curiosidad de los que también estaban en el auto.
-Vamos a casa- masculló una suave voz al lado mío. Me alteré levemente ante la inesperada situación, no conocía el camino ni el lujoso automóvil, donde todos nos encontrábamos. -No tengas miedo- susurró la niña, quién estaba sobre los regazos de su madre, -pronto llegaremos-. Sus palabras me calmaron un poco, pero no podía deshacerme de los escalofríos. Luego de unos minutos pasamos un puente, el cual estaban construyendo una de las barandas metálicas de un lado.
-La lluvia lo destruyó- respondió mis dudas el abuelo, quién conducía el coche. El irregular pavimento se fue convirtiendo en un perfecto camino; así como el ambiente iba cambiando, mi humor lo hacía.
Llegamos al lugar; mi supuesto hogar, mi supuesta vida. Nunca había visto algo tan hermoso y a la vez tan falso, parecía la casa de mis muñecas cuando tenía nueve. Sus brillantes ventanas, su enorme patio y sus alcobas altas le combinaban a la perfección con su tono azulado. Levanté mi cabeza para mirar su final mientras nos acercábamos, y me quedé en silencio para admirarla.
Luego de que nos aparcamos, aquel señor abrió la puerta trasera para ayudarme a bajar. Su enorme sonrisa y ojos brillantes me esperaban con los brazos abiertos. -Soy Joseph- se presentó mientras me abrazaba delicadamente, tomando en cuenta mi cuerpo malherido. Así mismo todos se pusieron en fila para presentarse, como si yo fuese la chica nueva del salón. -Soy Amanda- dijo la pequeña niña con sus ojos azules, -pero siempre me has dicho Amie-. Su madre se sonrió al ver lo chispeante que podía ser su hija y luego se volteó hacia mí, -Sólo llámame Alice, soy tu suegra- masculló con una brillante sonrisa, - éstos son mis padres, Marjourie y Joseph- Señaló a quienes me saludaban con la mano rápidamente. -y ése tímido de ahí es Daniel, también es mi hijo- me dijo sin esperar a que él se presentara.
-Entonces Amie y Daniel son mis cuñados... cierto?- Pregunté intentando entablar una conversación con aquella familia. -Así es- respondió la glamurosa y elegante abuela, hizo una breve pausa y bajó su cabeza. -Sentimos que Mathew no pudiera ir al hospital a verte, anda algo despistado, pero no es tu culpa- dijo con sus simpáticas manías.
Le correspondí la sonrisa, pero luego fruncí el ceño -¿Quién es Mathew?-, mi pregunta provocó un silencio incómodo que se esparció por todo el lugar. Joseph suspiró mientras daba un paso para acercarse, -Es tu marido querida- dijo con decepción y tristeza combinada.
Quizá no debí preguntar; no parecían felices con ésta situación, sin embargo la que estaba más incómoda era yo, sin duda. Una nueva vida al despertar era muy difícil, intentaba acoplarme, pero el olvidar seis años no era nada gratificante. Me sentía ansiosa en todo momento, como si al instante fuese a despertar de la pesadilla, pero ésta vez yo no estaba soñando; realmente no lo estaba...
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Memorias De Papel
Mystery / ThrillerLos recuerdos son lo que nos lleva a quienes somos.. pero si ya no existen, ¿En quienes nos convertiríamos?. Adeline, es una joven que tras un accidente sufre de amnesia, sin embargo el accidente tiene un culpable. ¿Encontrara Adeline a esa person...