"Una pieza del rompecabezas"

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 Mi hermano corrió por un vaso de agua; y yo me apoyé fuertemente de la mesa, dejando caer mi cabeza sobre los brazos. No paraba de sonreír, y tampoco contenía las ganas de llorar. Era una mezcla de sentimientos dentro de mi pecho, que por un momento parecían rebosar y desprenderse de mí. Di un largo suspiro luego de que tomé hasta la última gota, y me quedé en silencio varios minutos, tratando de asimilar las cosas. Dylan me miró quietamente; esperando a que siguiese hablando, pero fue el único recuerdo que se había mostrado en mi memoria.

-¿Quiénes eran esas personas?- Por fin salió algo de mi boca. Él me rodeó con la mirada y se quedó pensativo unos segundos antes de contestar. -No lo sé... He estado buscándolos por mucho tiempo, al igual que tú y Mat- Me dijo con cara de frustración

-¿Los buscaste? ¿En Nueva Zelanda?- Le pregunté, con mucha confusión y dudas por completar. Se mordió los labios, y bajó la cabeza para luego asentir con la misma. Parecía que mis preguntas le creaban una gran batalla interna, al tratar de contestarlas y que yo no saliera lastimada. 

-Ellos se fugaron- Respondió débilmente, -Cuando empezó aquella búsqueda, ellos salieron del país o se escondieron muy bien, pero desaparecieron como por arte de magia... No encontramos nunca su paradero. Buscamos los pasajeros de múltiples aviones, y estuvimos al tanto con los policías de migración, pero ellos nunca los encontraron. Es como si la tierra se los tragara. Sin embargo, cuando empezaron a amenazarnos, sabían demasiadas cosas de nosotros, y una de las cosas que mencionaron fue el viaje que tuvimos a Nueva Zelanda. Por eso siempre imaginé que alguno de ellos se encontraba allá para vigilarnos cada que íbamos-

-¿Por eso te fuiste?...- Le pregunté, cuando mi corazón parecía encogerse de agradecimiento por su interés de que no me pasara nada. Él me volteó y luego bajó su cabeza, dándome a entender que lo sentía; como todo un niño pequeño. -Gracias- Le dije con una gran sonrisa; y eso nos hizo sentir mucho más tranquilos, lo que necesitábamos para pensar con mas claridad.

-Me dijiste antes que yo había estado buscándolos,  dime, ¿Que logré encontrar?- Le dije curiosa, pero él afirmó no saber, ya que no mantuvimos mucho contacto entre ambos luego del accidente.

Sabía que eso era solamente la puerta que necesitaba para poder encontrar lo que tanto estaba buscando. Tenía un cosquilleo interno por solo imaginar las caras de aquellos que sin piedad me miraban, tal vez ese sentimiento estaba escondido dentro de mí, y por fin había salido a flote. Tenía miedo, claro que lo tenía; pero de alguna manera quería hacerlo. Quería tener una seguridad completa. Tal vez por eso mi cerebro decidió esconder mis recuerdos, con el fin de protegerlos, o protegerme a mí de lo que estaba a punto de suceder. A pesar de mi preocupación y ansias, le dije a mi hermano que fuéramos a descansar, justamente quería acomodar todas mis ideas en la mente, y estaba muy cansada para hacerlo en ese instante. Así que cada uno tomo de nuevo rumbo para ir a dormir.

Volví a aquel cuarto, cuando todavía el sol apenas daba señas de estar apareciendo. Me acurruqué con la manta y mi cansancio me hizo caer, aún pensando en todo lo que acababa de recordar. Dormí plácidamente por un par de horas, hasta sentir que el calor empezaba a sofocarme. Al abrir mis ojos, noté otro par evidentemente azules y sonrientes que se dirigían hacia mí.

-¿Saliste del cuarto hace un rato?- Me preguntó cuando se restregaba los ojos aun adormecidos. 

-Si... Tengo un favor que pedirte acerca de eso- Le dije, cuando me inclinaba para lograr explicarle todo con claridad. Le conté cada detalle de lo que había reunido anoche, y las cosas que Dylan y yo habíamos dicho. Mathew me miró fijo en cada segundo y empezó a sorprenderse de a poco. 

-¿Me ayudarás?- terminé diciendo, y él me sonrió sutilmente para darme a entender que estaba esperando esa clase de pregunta.

-Tenemos una colección completa de sospechosos..- Me contestó, cuando se retiraba la manta al levantarse. Se dirigió al cuarto adyacente dando algunos saltos y por fin entrar. Salió luego de unos minutos con dos cajas selladas. Fruncí el ceño, esperando a que me explicara de que se trataba. Y aquel se rió de mi confusión.

-Estando involucrados con criminales conocimos a muchas personas que nos ayudaban con la investigación. Muchos años recogimos información, pero extrañamente terminábamos dando vueltas al asunto; como si algo faltara, algo realmente importante... Y eso hizo que cada vez encontrara a uno diferente-. Comentó, cuando abría la caja y enseñaba los sospechosos, junto con las escalofriantes fotos que colgaban de las paredes.

-¿El constructor del puente? ¿Es en serio?- Le pregunté al ver el primer nombre, y riéndome un poco. -Cualquier persona pudo haber sido- Respondió él, un poco más serio. Pasé las páginas, una por una. Viendo muchas caras desconocidas, pero la mayoría eran hombres maduros, con barba o sin cabello. Era el único que recordaba aquel día del secuestro. Mientras la ojeaba cayó un pedazo de papel al suelo, me acerqué a mirarlo. Hablar con el Jefe de policías, 06 mayo 4:00 pm. Miré a mi esposo y el se acercó a leerlo.

-Nunca pudiste hablar con él... fue un día luego del accidente- 

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