Memorias De Papel

"Una realidad que no existe"

 Estaba algo aturdida y conmocionada, cuando quietamente dejaba mi imaginación volar y mis sospechas disiparse. Escuché unos cortos pasos acercarse y eso me hizo despertar del trance.

-¿Quieres ir con nosotros?- Preguntó la pequeña pecosa de ojos color azul penetrante.

-¿A donde irán?- Le dije con duda cuando colocaba los diarios bajo la almohada.

-¡Es hermoso!, tienes que ir.. hay flores, mariposas, arboles; a veces perritos...-. dijo con entusiasmo, sin rastro alguno de que quería parar de describir aquel parque alejado de la ciudad. -Entiendo, entiendo- Le conteste rápidamente para que parase la larga descripción. Me sonrió hasta casi enchinar sus pequeños ojos y la observé con detenimiento, con ese vestido rosa de encaje y ciertas figuras, calcetines blancos y zapatos perfectamente brillantes. Parecía lista para salir,  sus saltos me daban a entender que estaba entusiasmada que yo fuese a ese sitio.

-Está bien-  Le dije finalmente, rindiéndome por completo. Eso le dibujó otra gran sonrisa en su rostro y salió despavorida por la puerta, a lo que llegó su hermano casi al instante, para ayudarme a bajar los escalones. 

Desde que llegué a ese lugar, nunca había salido de nuevo, refugiándome en esa obscura habitación, como si aquello lograba que volviesen las cosas a como las conocía yo; un falso panorama creado por mi mente y dolido en mi corazón. A veces nos encerramos a nosotros mismos al crear una realidad que no existe, dibujando una linda mentira; antes de aceptar la cruda verdad. Pero estaba feliz, justo en ese instante de respirar un nuevo aire y mirar paisajes nuevos luego de haber perdido la memoria. "¿Como es que nunca quise salir de ese lugar?" me decía para si, cuando sacaba la mano para sentir la fresca brisa de entre el camino hacia la naturaleza. Estaba empezando a asimilar las cosas luego de tres semanas, estaba empezando a sentir que ya todo era real. No tenía la respuesta a todo, pero al menos sabía que debía seguir por ese camino.

Efectivamente llegamos a ese lindo parque, y era todo lo que había descrito Amie, y hasta un poco mas sorprendente. La familia me miró preocupada por si yo me exaltaba en algún momento, pero la situación me relajaba en lugar de eso. Pusieron una manta en el pasto e hicimos un pequeño "Picnic". Solo los observé; tan felices y unidos, aquello me hacia sentir muy bien. 

-¿Empezaron sin mí?-Dijo una voz fuerte atrás mío, a la que reconocí al instante. Me voltee y el me sonrió sutilmente. -Traje unos emparedados- Le dijo a su madre cuando se acomodaba a mi lado. -Tengo que hablar contigo- me dijo entre susurros, a lo que solo asentí, y el volvió a regalarme una tímida sonrisa.

Comimos plácidamente, conocí un poco más a todos ellos, hasta que terminamos y Mat me tomó de la mano para ayudarme a levantar. A lo que yo entendí sus intenciones y me dejé llevar; quería conocerlo un poco más y saber el todo lo que había pasado entre los dos. Caminamos un largo rato en silencio, pero nunca me soltó la mano. 

-Quería decirte que lo siento...- Empezó diciendo, pero no esperó a que yo contestase, así que prosiguió. -No lo sé Adeline, sé que no me recuerdas, pero quiero decirte que siento mucho no ser el esposo que tal vez tu esperabas. A veces me domina el enojo, el estrés, los celos; soy tan imperfecto... Pero siempre estuviste apoyándome, sin embargo a tus errores no soy muy paciente y eso es lo que muchas veces hace que tengamos discusiones... Te prometo que intentaré cambiar, se que no seré diferente mañana, pero al menos seré diferente al intentarlo- Terminó diciendo, a lo que yo no sabía qué o cómo contestar así que solo me reí, y él se extrañó de mi reacción pero se esperó a que le explicase

-Sabes, ya sé como nos conocimos.. leí mi diario. Fue muy tierno- Le dije con gracia, a lo que el soltó una carcajada, y yo le seguí el juego. -pero gracias- dije con mas seriedad. -Estoy segura de que te amaba mucho y espero que más adelante pueda recordarlo; pero gracias por estar conmigo aún en mis dificultades, como la muerte de mis padres, y en estos momentos.-... Él me paró en seco cuando terminé de hablar y me rodeó con la mirada, cuando apretaba con fuerza sus puños

-¿Recuerdas que me dijiste que no lo habías hecho a propósito?, a lo del accidente me refiero..- Le asentí con la cabeza. -dijiste que no lo hubieses hecho jamás, pero estoy seguro que no recuerdas el porqué no lo harías- Siguió clavando su mirada en mí con la adrenalina corriéndole por el cuerpo, pero tenía toda la razón. Me tomó de ambas manos y se paró justo frente a mí

-Cuando murieron tus padres caíste en depresión, hubieron momentos que te quisiste morir y hasta tomabas pastillas para intoxicarte pero eso solo ocasionó que perdiéramos a nuestro bebé... Adeline... tenías menos de dos meses de embarazo.. Te sentiste tan culpable después de aquello, que me juraste que no volverías a hacer algo así. Por eso te creo; no te lanzaste de ese puente... alguien tuvo que ver con eso-

Empecé a sollozar al escuchar sus palabras, me sentía tan culpable. No tenía idea de que estuviese embarazada.. No pude hablar en ese momento, así que el solo me abrazó con suavidad para intentar consolar a una madre que había olvidado ser tal cosa...

Pasaron los minutos hasta que yo me calmara, sequé mis lágrimas y lo miré nuevamente.

-Ayúdame..-dije con quietud. -Lo haré..- me afirmó cuando me daba un beso en la frente. Y nos sentamos bajo un árbol para asimilar lo que había pasado aquel día del accidente...