-No sabía que aún te gustara las alturas y esas cosas- Comentó por fin Mat al llegar a casa; mientras todos ya estaban en su habitación, y Dylan en la de huéspedes.
-Quiero hacerte una pregunta- Le dije cuando me cambiaba de zapatos, dejando que mis pies por fin reposaran. -¿Cambié mucho luego del matrimonio?...- Al parecer, fue la pregunta más profunda que le había hecho. Él sabía que se encontraba en peligro con respecto a su respuesta; así que empezó a reír, luego de notar que estaba entre la espada y la pared.
-Cuando te conocí..- Empezó relatando aún con sus mejillas rebosantes de la risa que contenía, hizo una pausa para concentrarse, y prosiguió. -Eras alegre, la chica más tierna y alegre que había conocido. Al principio pensé que eras muy tímida pero me di cuenta que te gusta ayudar a las demás personas. Y claro, todos cambiamos con el tiempo ¿no?... Antes solo pensaba en los deportes y luego me incliné por la búsqueda del crimen. Y tu igual; te apasionaba la pintura, y decidiste cambiarlo por lo mismo- Me contestó con simplicidad
-¿Y porque lo hice?.. es decir, ¿Por qué el cambio tan inesperado?- Seguí insistiendo, cuando me sentaba en el rincón de la colchoneta. Él me miró fijamente y luego caminó cabizbajo hacia mi, frotándose la parte trasera de su cabellera.
-El secuestro...- Respondió corta y sencillamente.. Y entendí que había sido algo muy duro de superar, y justo como ahora quería encontrar al culpable. Tal vez el ser policía criminal no era mi pasión, sino sólo la justicia en si, pero tal vez era la única forma de empezarla. Quizá mi yo de veinticinco años estaba conectada con mi mente actual y estancada; ya que ambas querían exactamente lo mismo. "Deben haber pistas o algunas investigaciones previas que tuve que haber hecho en todo este tiempo", pensé; completamente concentrada. Y Mathew solo me observó con quietud, cuando se acercaba a darme un dulce beso, a lo que no me sentí completamente sorprendida. De algún modo nuestro cuerpo recuerda el calor humano; aunque nuestra mente haya borrado todos los rastros posibles. Por eso se dice que el amor es la fuerza que me mueve al mundo entero, ya sea la existencia o la falta de ella... Me quedé profundamente dormida luego de haber pensado en aquello.
"De nuevo viajé al país de los sueños, empezando una nueva travesía dentro de mi cabeza. Un espejo... había uno justo a mí, pero no reflejaba mi rostro, como lo esperaba. Solo podía divisar mi espalda a lo lejos, sabía que era yo, pero no me reconocía. no escuchaba mis gritos ni señas que yo le daba para tomar su atención... Solamente siguió su camino, la seguí a todas partes, sentía que debía protegerla, pero tan si quiera yo sabía de que peligraba... Solo esperaba el momento oportuno.
Centenares de fuegos artificiales se escuchaban por todas direcciones y eso me sobresaltaba, en lugar de relajarme. Me ofuscaba, comenzaba a tener sentimientos mezclados. Ira, tristeza, arrepentimiento por algo que era solo una suposición. Miré mis brazos llenos de marcas y moretones, no sabía cómo habían llegado hasta ahí, pero de alguna manera no me sorprendían. Estaba acostumbrada a ello. Las explosiones no cesaban, me ensordecían algunos segundos. Hasta que uno de ellos iluminó mi rostro tan cerca que desperté de un solo golpe".
Abrí los ojos y miré el tejado unos minutos, hasta que mi palpitación se calmara. El sol aún no se había asomado; pero decidí retirar la sábana ondeante, aunque fuera una mañana congelada, decidí salir a dar una vuelta sin importarme dejar a mi esposo en la cama. Bajé cuidadosamente a la cocina, para rebuscar por un poco de agua; pero para mi sorpresa Dylan se me había adelantado. Estaba quieto sobre el estante; tomando algo caliente, parece que lo reconfortaba.
-No podía dormir..- Afirmó él, ante mi cejas arqueadas. No respondí a su comentario y me dirigí directo al refrigerador; y me quedé estática cuando abrí la puerta del mismo, fingiendo buscar algo muy importante. -Quiero saber algo...- Le dije, aprovechando que nadie nos estaba molestando.. Apreté mi mandíbula para que mis palabras salieran claras, pero me fui imposible que no se quebrara mi voz
-Mi secuestro... ¿Cómo fue?- Me giré hacia él con lágrimas rodando por mis enrojecidas mejillas. Él soltó lo que sostenía y se dejó caer para abrazarme. Lloré como una niña pequeña; tantos indicios, tantas pistas que solo estaba dando vueltas al asunto. Estaba harta de intentar buscarme a mi misma con preguntas vacías y respuestas inútiles. Cada lágrima parecía tener palabras impresas de mi corazón; estaba en un maldito laberinto al que no estaba segura si tenía una salida. Mi hermano menor me sostenía con fuerza, pero de alguna manera me enojaba que no recordaba haberlo visto crecer ni saber de su vida.
-Lo siento...- Le dije yo a él, como si todo este asunto fuese culpa mía. Pero aún así sentía todo el peso sobre mis hombros, y necesitaba descargarlo de alguna manera. Escuché sus lamentos al tono de los míos, y me dí cuenta en ese instante, que no era la única con problemas; no era la única que sufría. Estaba muy feliz de tenerlo a mi lado, y aunque se me habían quitado muchas cosas, él estaba conmigo. Me logré calmar luego de unos minutos agonizantes, y él esperó hasta que pudiera respirar con ligereza. Tomó mi mano y nos sentamos juntos a la mesa
Dio un gran suspiro, y luego de unos segundos decidió hablar del tema. -¿Me preguntaste ayer por la extorsión, no?.. bueno, ambas cosas se relacionan; o al menos necesitamos pruebas para comprobarlo.. Una mañana llamaron a mamá para pedir mucho dinero, la amenaza era matar a nuestro padre. Mamá se asustó, y aunque a papá no le convencía, decidieron dar el dinero acordado para tener la seguridad de que nada pasaría... Pero a la siguiente semana volvieron a llamar, pidiendo una cantidad mucho más elevada; papá se enfureció y decidió que no lo pagaría, tomó el teléfono y los amenazó. Parece que eso los calmó por algunos días hasta que se desesperaron.- Dio una pequeña pausa, por que al parecer hablar de esto se le dificultaba, así que empezó a hablar más despacio. -Recuerdo ese día como si fuese ayer.... Te pusiste una chaqueta roja para ir al colegio, estabas terminando el año y eso te emocionaba más que nada. Papá te prestó el auto, y tu saliste con una gran sonrisa. Pero no sabías lo que pasaría ese día. Ya era tarde en la noche, habías prometido llegar temprano a cenar, pero no llegabas. Mamá y papá empezaron a llamar a todas tus amigas y cada una de ellas afirmó que te habías ido sola o algunas no estaban segura de donde estabas. Hasta que alguien aclaró que te miró acompañada por unos desconocidos en el auto. Todos empezamos a llorar cuando había amanecido y no estabas allí, te esperamos toda la noche. Habíamos llamado a la policía, pero aun así teníamos la esperanza de que aparecerías en cualquier momento... pero no fue de esa manera.-
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Memorias De Papel
Mystery / ThrillerLos recuerdos son lo que nos lleva a quienes somos.. pero si ya no existen, ¿En quienes nos convertiríamos?. Adeline, es una joven que tras un accidente sufre de amnesia, sin embargo el accidente tiene un culpable. ¿Encontrara Adeline a esa person...