A veces nos concentramos tanto en el futuro que no nos damos cuenta de las hermosos momentos que estamos viviendo en ese mismo instante, desperdiciamos tiempo planeando un porvenir que ni siquiera sabemos si saldrá como lo esperamos,aspiramos a perfección cuando eso en verdad no existe, somos ambiciosos, envidiosos y egoístas. A veces nos conformamos con poco pudiendo hacerlo mejor y a veces nos exigimos más de la cuenta.Cuando nos salen mal las cosas nos afligimos, no solo por el hecho de que no salió como queríamos, sino que antes de eso, no pensamos en otro desenlace más que el deseado. Nuestros arrepentimientos son fraudulentos,porque, si de verdad nos arrepentimos, ¿por qué volvemos a cometer el mismo error? Pretendemos arreglar las cosas con una disculpa hipócrita al igual que un creyente va a la iglesia a confesar sus pecados y librarse de ellos y al mes vuelve para confesar exactamente lo mismo, es estúpido pensar que contándole nuestros errores a alguien, éstos van a desaparecer por arte de magia, es más, me parece estúpido creer que un "todopoderoso"va a arreglar nuestras vidas, es la excusa más ridícula para sentarse a esperar que el resto haga las cosas por nosotros, pero cada uno encuentra la justificación que cree más adecuada para su negligencia, aunque ésta sea injustificable. Todos nos terminamos aferrando a algo o a alguien,unos eligen un amor, otros un ser sobrenatural, una mascota, algún objeto, pero siempre tenemos la necesidad de depender o de pertenecer a otro.
