Capítulo 4

31 3 0
                                    

El hombre no es un ser vivo confiable, por lo menos yo llegué al punto de querer más a un animal que a un humano. El hombre traiciona, lastima, te puede llegar a causar un daño psicológico muy grande, el hombre es un psicópata, manipulador, y hasta te puede llegar a matar. Y lo peor de todo esto es que vivimos en una vida llena de esta gente y una persona así puede llegar a ser la que menos te esperabas. A mí me tocó pasar por esta clase de situaciones, hoy en día no confío ni en mi propia sombra.
Que demuestre lo que realmente soy, lo que realmente pienso y siento va a ser más difícil que encontrarle la sombra al viento.
Nacimos para morir, nacemos y cuando queremos acordar ya estamos dentro de un cajón y nuestro cuerpo ya no tiene importancia. Puede ser que a la hora de morir las personas que nunca estuvieron a tu lado van a ser las primeras que vayan a llorar al lado de tu cajón.
No estoy viva ni muerta, respiro como los vivos, pero estoy alrededor de almas sin cuerpo como los muertos.
Reencarnación, vida eterna, Dios, Diablo, creencias que nunca van a ser comprobadas si tú mismo no te encargas de hacerlo.
Muchas personas me tratan de loca por pensar así, me dicen que cambie mi pensamiento, pero lo que no se dan cuenta es que las cosas no las invento, es la pura realidad, o por lo menos mi realidad.
Varia gente, la cual le he dicho una mínima cosa de lo que soy, se asustó o al contrario, quiso ser igual a mi, sin saber absolutamente nada de lo que se siente ser yo. Esta clase de personas son las que quieren tener una excusa grande para justificar su tristeza cuando en realidad están viviendo una vida llena de felicidad, o bien son personas que quieren dar lástima, destacar quizá, quieren que las demás personas crean que tienen en claro lo que es la vida pero en realidad quedan como todo lo contrario.
Me voy a un lugar donde nadie me hable, donde nadie me moleste, donde pueda estar realmente sola. Me acuesto en el pasto, miro al cielo y me pongo a pensar cual será mi misión, si voy por un buen camino o si tengo que cambiarlo, si tengo que dejar de escribir porque no voy a llegar a nada o todo lo contrario, luego me di cuenta que todo pasa por algo, que nada pasa porque sí, sea para bien o para mal todo tiene un por qué. Los que lloran no lloran porque sí, lloran por alguna razón, los que ríen no ríen porque sí, ríen por alguna razón.

DementeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora