Capítulo 28: "Cuídame"

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No tardaron mucho tiempo en encontrar el camino a la cama y con cada paso la euforia

aumentaba: los dos se estaban dejando llevar por el momento sin ninguna inhibición y

deslizaban sus manos por cuan lugar les permitía la ropa.

Ella quito su saco con desespero mientras él le desataba el nudo de su bata de baño, le extraño

ver que debajo tenía la misma ropa que cargaba durante el día pero no iba a detenerse por ese

detalle, así que se dedicó a quitársela.

Sin disminuir la intensidad, posó a Lali delicadamente sobre la cama pasando sus manos por sus

piernas, deleitando cada centímetro de su piel, subiéndole la falda para explorar mejor su cuerpo

y masajeando con erotismo sus glúteos.

Ella desataba con rapidez el nudo de la corbata mientras él dejaba besos excitantes en su cuello,

hombros, rostro... hasta que en un movimiento ágil por parte de Lali, hizo que giraran quedando

ella sobre él.

Peter, mientras ella luchaba con los botones de su camisa sentada sobre su despertado amigo, la

contempló unos segundos para confirmar que no era una alucinación, que la mujer de sus

sueños era real, y estaba allí solo para él.

Tomó una de las manos de su amada y luego de dejar tentadores besos con seductores

mordiscos en cada uno de sus dedos, la halo para que le cayera encima, y apartó su cabello del

rostro para dedicarle la mirada más dulce con la que jamás observó a ninguna otra. Dejó hablar

el más profundo de los sentimientos y así fluyó la más sincera de las verdades:

-TE QUIEROEl

brillo de sus ojos era indescriptible, la fogosidad que existía en el ambiente cambió

abruptamente a un nivel de calma, de plenitud. Ella le dedicó la mejor de las sonrisas y lo besó

suavemente. Transmitiendo en el movimiento de sus labios señales de cariño, de credibilidad.

Él la giró una vez más, para proceder a quitarse la camisa, y cuando se separó de ella notó como

sus ojos iluminaban de alegría, de paz, de confianza, de amor... hablaban por sí solos, sentía

como reflejaban y correspondían por completo el enamoramiento en el que Peter estaba

envuelto.

Lali posó sus manos, en su rostro para que no apartara la vista de ella, y con calidez y ternura,

expresó eso que tanto moría por escuchar:

-Yo también TE QUIEROY

lo besó para sellar legalmente esa declaración emocional. En este momento, ella estaba

convencida que era él, el hombre que quería para su vida, poco lo conocía pero no cree que su

corazón equivoque su camino, y éste daba gritos señalándole a Peter como dueño de su amor.

Él se entretenía entre las delicias de su piel, mientras ella le desabrochó el botón del pantalón y

tomando en cuenta que era su primera vez, decidió expresarle en un susurro al oído la

protección y delicadeza que quería que él tuviese, antes de que fuese demasiado tarde:

-Cuídame, Por favor...-

No había tiempo, ni ganas, de anunciarle que era virgen, y no sabe porqué pero confiaba en

Peter, y en lo que sentía por él. Sin embargo sintió que con esas palabras tendría la precaución

necesaria como para hacerla disfrutar de ésta experiencia sexual, sin que fuese traumática para

ella, como mucha veces le escuchó decir a sus amigas.

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Esas palabras chocaron con la consciencia de Peter. Sabía los cuidados que debía tener con una

mujer a la hora de acostarse con ella, pero Lali no era cualquier mujer, y no iba a tener sexo; por

más pasional que fuese el momento, por mas excitados que estuviesen sus cuerpo, él le iba a

hacer el amor.

Él la quería de verdad, e iba a aprovechar este encuentro para demostrárselo; deseaba que fuese

de él y de nadie más, la necesitaba como parte de su vida, y no iba a permitir que ella sufriera ni

por nada ni por nadie.

Un encuentro tan íntimamente sexual marcará, evidentemente, un antes y un después en su

relación, y preguntas como:

¿y si se entera lo del secuestro?

¿y si se aleja por haberle mentido?

¿y se enoja por lo de Camilo?

¿Y si mi jefe la toma a ella como objeto de manipulación para controlar a su padrino?

Caían en su mente como lluvia de granizo.

Todas estas ideas pasaron por su cabeza en milésimas de segundos. Ella pedía que él la cuidara.

Y lo hará porque la quiere, así sus sentimientos se vean sacrificados por ese hecho. Se separó de

ella, y Lali lo miró extrañado.

Estaban agitados por la efervescencia del momento, deseo era lo que emanaban sus ojos, pero

no! Una vez más se tenía que controlar:

¿Llegará el día en que estemos juntos?

Fue la última pregunta que pensó Peter, antes de alejarse y comenzar a recoger su ropa,

intentando bloquear el impulso de abalanzarse sobre Lali y hacerla explotar de placer.

-¿qué pasó?- preguntó Lali confundida por el repentino cambio de Peter.

Él la ignoró mientras seguía buscando sus zapatos, los cuales no percibió el momento en que

fueron despojados.

-¿Qué hice mal?- preguntó nuevamente con ingenuidad, sintiéndose culpable. Pensó que su

inexperiencia había sido la causante del arrebato que estaba teniendo Peter.

Él se limitó a localizar el resto de sus prendas y cuando se disponía a salir ella se levantó de

golpe e impidió que abriera la puerta advirtiéndole:

-Si te vas sin una explicación, ni se te ocurra volverme a tocar o besar en tu vida.-

El la miro fijamente: era tan hermosa, tan apetecible, tan tierna... y tan orgullosa y testaruda, que

sabía que si se iba, renunciaba prácticamente a cualquier esperanza que tuviese con ella.

Estaba consciente que probablemente no se volviese a sentir tan vivo, ni tan hombre con otra

mujer, y que a su vez ella buscaría en alguien más que le dé, lo que él le ha negado en todo éste

tiempo, entre otras cosas: una explicación.

Pero no se podía arriesgar a su odio, no la quería arriesgar a las ocurrencias de su jefe.

Solamente le dijo:

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-te juro que siempre te cuidaré- le dio un beso en la frente en modo de despedida y se fue sin

decir más.


NOVELA LALITER TE_AMARÉ_POR_SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora