NOVELA LALITER TE_AMARÉ_POR_SIEMPRE

Capítulo 104: Tal vez

Para que más palabras? Se había bloqueado por completo desde que Lali entró al baño. Tal vez

no la escuchó, tal vez la escuchó pero creyó que lo que le dijo no era cierto, tal vez entendió que

ella sólo se refería a hacerle el amor ahora, y no para toda la vida, que solo quería una buena

despedida digna del amor que alguna vez profesó.

Sonrió ante su propuesta, no podía hacer más que sonreír, era tan hermosa, mojada a medias ya

que el cuerpo de él la cubría casi en su totalidad y no permitía el paso del agua.

-¿Qué dices?- preguntó ella poniéndose nerviosa al ver que Peter sólo la veía, pero no hacía ni

decía nada.

-digo que... si nos seguimos tardando en la ducha vamos a contribuir con el calentamiento global,

así que mejor terminemos de bañarnos-

"¡Cobarde!" gritó algo en su interior, pero que más podía hacer aún no estaba preparado para

decir adiós. Ella bajó su mirada, tal vez la oportunidad había llegado tarde, tal vez él lo había

reconsiderado, dándole la razón: lo mejor era la separación.

Él le subió el rostro y se acercó muy lentamente para darle un beso en la mejilla, bastante

marcado, inocente, revitalizante, distinto.Luego la miró tiernamente, emanando de sus ojos

todos los "te amo" que ella necesitaba oír en ese momento.

Se giró para tomar el jabón, dejándole así el espacio suficiente, y a su vez la libertad a Lali para

que escogiese entre quedarse o irse. Tal vez debería insistir una vez más, pero temía que con una

nueva propuesta ella se alejara aún más de él. Tal vez Lali debería tocar el tema, hablar,

intentarlo nuevamente, pero su mente la atacaba con el pasado, ese Peter monstruosos que

conoció la noche de bodas, o él indiferente de las últimas semanas.

Lali sacudió su cabeza para alejar sus pensamientos y rodeó los brazos de él con sus manos hasta

llegar a las suyas, quitarle el jabón y empezar a pasárselo por su espalda de una forma muy

sensual. Recorría cada milímetro piel, cada espacio de su cuerpo lo acariciaba; le quitaba el

exceso de espuma con el agua para luego dejar besos en el lugar aseado.

Peter simplemente disfrutaba, cerraba sus ojos y sonreía ante el placer que le provocaba su

mujer con sus caricias, y ante su forma de seducirlo. Luego se giró y se encontró con una

admirable figura, cuyas gotas de agua trazaban sensualmente su camino sin pudor alguno. Con la

misma técnica que ella utilizó comenzó a enjabonar su cuerpo.

Prefirió evitar tocar las partes sexualmente activas, lo único que quería era disfrutar de su piel,

no excitarla, aunque ellos con solo mirarse se llenaban de pasión. Varias veces se abrazaban

entre caricias, y acercaban sus rostros de tal modo que se preparaban para un beso, pero se

huían, se esquivaban mutuamente terminando con besos sumamente sensuales en sus mejillas.