Juntos

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Luego de darme las gracias a mi y a Óscar, Maggie se soltó de nuestro agarre y corrió a los brazos de su novio. Glenn por su parte, se soltó de Rick y rodeó con sus brazos el menudo cuerpo de Maggie. Ella comenzó a sollozar mientras Glenn pasaba sus manos por su cabello tratando de reconfortarla.

Sonreí ante tal escena. No hay nada como el amor, incluso en estos tiempos.

— ¿Y los rubios? — pregunté luego del emotivo reencuentro que acabábamos de presenciar.

— No lo sé, nos separaron a todos en cuanto nos trajeron hasta acá — respondió Glenn aún sin soltar a su novia.

Se formó un silencio en el cual aproveché de cerciorarme de que todos estuvieran bien, pero, lamentablemente había algo mal, no todos estábamos en la casa; Michonne no estaba.

— ¿Dónde está Michonne? — le pregunté a Rick en un susurro.

— No lo sé, pero ahora está corriendo a su suerte — respondió el líder del grupo seriamente.

Dicho esto, el silencio se volvió a apoderar de nuestro pequeño grupo por los que parecieron unos eternos Díez minutos en los cuales nos dedicábamos a observarnos entre nosotros.

— ¿Qué hay de Merle? ¿Lo vieron? — preguntó Daryl rompiendo el silencio.

— Todas las heridas que ves en mi, son cortesía de él — Glenn señaló su rostro — ah, y olvidaba que también me encerró con un caminante — dijo con rencor en su voz.

— ¿Por qué? Si ustedes se conocían, eran un grupo — pregunté en un susurro.

— Merle no era muy amistoso con los del grupo... Y supongo que esta vez me quiso hacer pasar por lo mismo que pasó él — mis ojos se abrieron de par en par.

—Espera... — lo miré con los ojos abiertos de par en par, como si hubiera descubierto el peor de los secretos — ¿¡Ustedes fueron los de la azotea!? — Glenn asintió y yo bajé mi mirada con algo de decepción.

— Pero eso no fue su culpa — lo defendió Rick — estaba haciendo mucho ruido y ya estábamos rodeados por caminantes — hizo una pequeña pausa mirándome — es solo que cuando quisimos escapar no tuvimos el tiempo de liberarlo.

— Y lo que importa es que está aquí y está vivo — añadió Daryl dedicándole un pequeño movimiento de cabeza a Glenn.

Asentí y me quedé en mi lugar en silencio. A pesar de todo, seguía siendo un mundo pequeño.

— Deberíamos salir de aquí antes de que alguien nos encuentre... Y no se escucha mucho movimiento — dijo Rick. Pero no pasaron ni dos segundos desde sus palabras y se comenzó a sentir una revuelta fuera del lugar.

— ¿Qué harem...? — Daryl interrumpió la obvia pregunta que estaba a punto de formular.

— Lanzaré una de esas bombas de humo y luego se marchan de aquí

— ¿Se marchan? — lo miré a los ojos y este asintió — ¿Por qué?

— Iré por Merle — Rick negó inmediatamente.

— No, te necesito conmigo... Además, aún tenemos que encontrar a Madeline y Jessie

— De todas formas, tendremos que usar esa bomba, de lo contrario, nos verán y no podremos salir de aquí, por lo que tarde o temprano seremos descubiertos

— Pero, ¿cómo los buscaremos entre medio de todo este alboroto, y sin ser descubiertos? — miré a Rick.

— Ya se nos ocurrirá una forma — murmuro mientras pasaba su mano derecha por su rostro.

En tus ojos | Daryl Dixon y tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora