Los Girasoles De Pandora

Capítulo tres

Mi mamá siempre estuvo pendiente de como se veía; me cuidaba de lo que comía y lo que no. Su embarazo conmigo fue totalmente sano y a demás, vegetariano. Pero yo no le daba atención a lo que comía o a lo que no. Lo único que me prohibía comer era la carne, amaba a los gatos y a cualquier criatura viviente pero a demás, odiaba la carne.
Acababa de terminar con Gio porque "necesitaba mi tiempo" "no estaba madura" y era cierto, me sentía mal.
Empecé a preocuparme por la comida. La ansiedad venía y me comía cualquier cosa para después vomitar. El sabía esto y yo sabía que el era un drogadicto, asi que el utilizo mi conducta alimentaria para hacerme "bullyng " con sus amigos después de que yo lo dejara.
Entretanto yo solo tenia un viejo piano y un violín para entretener mis días, era lo único en lo que confiaba. Sabía tocar el piano desde los ocho años y el violín lo había empezado para llamarle la atención a Gio pero terminó gustando y me fue fácil.
Un tiempo después entré en la orquesta de la iglesia en donde asistía, que fue mi ayuda en la superación amorosa.
Mis papás se enteraron de que me cortaba porque se los enseñe... prácticamente. No podía ocultarlo más, veían mis piernas y les decía que fue el gato (cuando Dulce no mata una mosca). Así que me pusieron una psicóloga que amaba rezar antes de empezar la terapia y me miraba raro cuando decía "pelotudo".
Dijo que tenía bulimia y que lo iba a tratar con ella sin nutricionista ni psiquiatra.
¿Cuando empezó esto?

Parece que fue ayer cuando abrí esta caja y los males se volvían contra mi. Si no hubiese sido curiosa de inspeccionar lo que había allí dentro.

Mi gran amor ahora era mi obsesión por mi cuerpo, así que iba al gimnasio y me pesaba todos los días. Cincuenta kilos. Baje cinco kilos en todo este proyecto pero como se sabe, para una chica como -yo nada es suficiente, incluso yo no lo soy- . A veces me atraconaba con galletitas e iba a la ducha para vomitarlo allí. Por supuesto que conocí las estúpidas páginas que promueven los Trastornos alimenticios pero en cambio creé una cuenta en Twitter para poder escribir y no ser juzgada, aunque vaya error porque Twitter es un nido de arpías.
Ya no había paz ni amor en mí, la comida y los cortes por culpa eran mi vida, la psicóloga no me ayudaba en nada, me había alejado de mis creencias, no tenía esperanza. Quería seguir pero no podía o no quería, iban de la mano. Solía tener la caja de Pandora cerrada y ahora sólo tengo esta palabra a la cual no le veo el sentido.
Esto pasa en la adolescencia dicen, claro que sí pasa pero se va luego, pero en mi caso esto no es una etapa, esta es mi realidad, siempre me dolieron más las cosas que al resto, aunque ponía mi armadura y mi frialdad para evitar el daño y el miedo. Lo que para ellos eran sólo un amor incorrecto para mí era el fin del mundo; no era exagerada, me dolía de veras mucho más que al resto.
Mi papá solía llamarme "artista" porque exageraba las cosas o porque creía que actuaba, y no saben cuánto me dolía esa palabra. Bueno, no más que cuando el me golpeaba por no querer ir a la iglesia de niña.
El me sacaba con los bolsos a la calle con diez años y yo lloraba por eso y entonces yo era la artista. Hasta que me creí el papel, soy una artista para mis papás. Empecé a sentir que todo lo que yo sentía no valía la pena y que yo era la exagerada.

Hoy en día estoy en taller de teatro y va bien.