Capítulo trece

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Uno, dos,tres, veinte cigarrillos
Me siento en el sillón a tomar un café y a escuchar música. Me duele la cabeza y me siento sola.
Tocan la puerta, abro
-Heeeeeeeeeey
- amoooor mío -dije entre gritos
Me abrazó, me tomó de la cintura y me besó cálidamente. Sus labios seguían siendo suaves, y su aliento era fresco con un toque de café.
Santiago era mi hermano del alma aunque más bien, solíamos aportarnos seguido.
Mi mamá se embarazó de mi un mes antes que su mejor amiga, yo debía haber nacido antes que él pero siempre fui floja, desde la placenta.
Vivía en Mendoza en ese momento, y vino a visitarme.
Sólo me escuchó y se acostó conmigo en la cama, llenándome de besos.
Jamás le molestó a mi mamá que durmiese con el, para mí mejor.
Desperté y el enseguida me trajo un té "de yuyito". Me puse un vestido y unas Converse y fuimos a la plaza a fumar.
Compró una cerveza en pleno día.
-Leí tus cartas, fueron pocas. A puesto a que ese Gianfrito recibió más.
-Para nada nene - lanzé una risa
-Temo por tu vida, sabes? Es decir, no quiero que no tengamos hijos porque te hayas suicidado
- que gracioso pero mira, en este momento no quiero morir, sólo vivir un poco acá. Con vos.

Lo despedí a él y a mi tía (le decía así porque es como la hermana de mamá)
Y otra vez me encontraba sola.
Si, El era un buen partido y me gustaba, pero supongo que no me arriesgo a estar con alguien a distancia, a demás, siento algo por una chica o algo así. Bueno esto es confuso.
La realidad es que era muy difícil. Tragar pastillas todo el tiempo, no poder dormir, comer desequilibradamente , tener un amigo verdadero, soportar como me ignoraban todos, no ser feliz.

Lo que me salía bien era escribir canciones en piano y escribir lo que sentía. No es importante vivir ya para mí pero el tiempo que viva lucharé para ser un ejemplo de que se puede salir adelante.

Los Girasoles De PandoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora