Quedamos en vernos en el parque que queda cerca del café. Ya estaba allí, en un banco un tanto nerviosa.
-¿Alicia?
Me levanté rápidamente y lo vi. Cabe decir que es mucho más guapo que en las foto.
-Abel...-este me sonrió. Mire hacia su mano y ahí estaba su pequeña-hola-le dije a ella y se escondio detras de la pierna de Abel.
-Es un poco tímida. Mira Amaïa, él es Aarón. ¿No querías verlo?-ella se acercó lentamente al coche mientras nosotros nos sentamos en el banco.
-Es muy hermosa.
-Tu eres hermosa-sonríe tontamente.
-Supongo que gracias.
***
Estuvimos un rato en el parque caminando, luego fuimos al área de juego de los niños. Abel se tiró por la resbaladiza con Aarón y también se montaron en los columpios. Yo los veía desde uno de los bancos, ver la sonrisa dibujada en el rostro de Aarón me hacia tan feliz, escuchar su escandalosa risa. La risa de los tres, corriendo de un lado a otro.
Una señora bastante mayor se me sentó al lado.
-Bonita familia-dijo la señora.
-Si, gracias.
Bonita familia... De momento me entro una tristeza, recorde a Marcos.
Vi a Abel contestando su celular y su rostro cambió por completo. Se me acercó lentamente con Aarón en los brazos y a Amaïa a un lado.
-Me llamo la madre de Amaïa, ya tengo que llevarsela.
-Ooh, ¿tan temprano?
-Si, lo hace solo por molestar, no le gusta que esté mucho tiempo con ella.
-Pero eres su padre, tu puedes estar el tiempo que quieras con ella.
-Si, pero eso a ella no le importa.
-Ooh..
-¿No te importa acompañarnos?
-Eehm me encantaría, pero no tengo el asiento para el coche de Aaron, vivo cerca por eso he venido caminando.
-Por eso no hay problema, hay uno que Amaïa no usa, es rosa, no importa ¿no?
-No, no importa, con que él vaya seguro esta bien.
***
Luego de dejar a Amaïa con su madre y me diera una mirada asesina Abel se ofreció a llevarme a cenar. Dejamos a Aaron con Mauricio y Nicole.
Fuimos a un restaurante Japonés, Restaurante Miyama. Todo estuvo muy delicioso y el hablar con Abel se me hacia muy cómodo. Podríamos hablar de muchas cosas con toda la confianza. Me encantaba lo maduro que era para sus 28 años, escuchándolo hablar parecía tener unos 35 o hasta más. Podía perderme mirándolo, su voz sonaba como música para mis oídos.
~Uuug niña ¿y esa cursilería?~
¿Ya volviste?
~Si, para hacerte reaccionar, vomitaré arco iris. Deja de hablar así de él, como si fuera lo mejor del mundo~
Puede que lo sea...
~Imagina que acabo de poner los ojos en blanco como niña caprichosa~
No seas idiota, él... es como un príncipe de cuento de hadas.
~Los príncipes de cuento de hadas No Existen. Todo eso es una falacia, una vil mentira. Los hombres son malos~
No él, Marcos tampoco lo era.
~Aja como digas~
-¿Te gustaria ir a otro lado?
-¿A otro lado?
~Si tonta, a otro lado. ¿Por qué demonios tienes que preguntar~
Cállate.
-Si, ¿donde te gustaría ir?
-No lo sé...
-Me gustaría que siguieramos platicando mientras caminamos o algo, pero ya es bastante tarde y hace frío.
-No veo algun problema con eso, también me gustaría ir a caminar y seguir platicando.
-Ooh bueno pues vamos-se levantó de su asiento y me dio su mano para ayudarme a levantar.
-Muchas gracias-en contestación me sonrió y seguimos caminando uno junto al otro él tomando mi cintura.
Ya llevábamos un rato afuera, no pensé que el frío era tanto. A cada rato me estremecia del escalofrío. Él rió por lo bajo.
Idiota. Pensé.
-Toma-me puso su chaqueta y me sonrió.
-¿Siempre vistes así?
-Si, para mí el trabajo nunca termina. En cualquier momento pueden llamarme para una junta de último momento.
-Ooh, al parecer hoy no lo han hecho.
-La verdad si.
-¿Ah si?
-Si, pero no he contestado. Mi padre ya ha llamado más de siete veces, de seguro cuando llegue mañana al trabajo me dirá par de cosas. ¿Qué cosa puede ser peor que tu padre sea tu jefe? Nada, es insufrible.
Di una pequeña risa.
-No es gracioso, no importa si estas en el trabajo, en la calle, de compras, en la casa o en cualquier lado siempre habla del trabajo.
-Debe ser muy molesto ¿no?-
-Si que lo es-llevo su mano a su nuca timidamente.
-¿Te pasa algo?
-No.
-¿Seguro?
-Si, totalmente seguro
-Pareces un tanto, nervioso.
-Mucho aguante-dijo pasando su mano nuevamente por su nuca.
-Es lindo cuando haces eso.
-¿Hacer qué?-creo que es algo inconsciente, porque lo acaba de hacer.
-Que pases tu mano por la nuca cuando estas nervioso.
-Oh eso-dijo metiendola en su bolsillo.
-Abel, me pareces un buen hombre, muy atento, con un buen sentido del humor y vi como tratas a tu hija y a Aarón, pareces un niño cuando estás con ellos.
Nuevamente pasó su mano por su nuca. Mordi mi labio inconscientemente.
-Quizás para ti-hice una pausa-sea algo rápido, per...
No me dejo siquiera terminar cuando ya había puesto sus labios contra los míos. Me asombre al principio, obvio no lo esperaba, aunque debo admitir que lo iba a hacer, pero se me adelanto.
A pesar de que pensé que mi vida había terminado el día que Marcos murió, seguí adelante. No sola, necesitamos buscar ayuda para poder seguir adelante, ayuda profesional y familiar. La familia es la que siempre está en las buenas y en las malas. Ahora estoy rehaciendo mi vida con Abel. Debemos siempre tener en mente que no todos los finales son felices, pero todos y cada uno de nosotros merecemos una segunda oportunidad. Una segunda oportunidad que nos hace ver que la vida sigue, que no debemos dejarnos caer.
ESTÁS LEYENDO
Era un día común y corriente. Estaba en la cafetería de siempre cuando de repente recibí un WhatsApp. [WhatsApp de +34 123 456 789] -Hola preciosa. -¿Se puede saber quién eres y cómo tienes mi WhatsApp? -Lo que tienes que saber es que te conozco per...