XIII

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***solo quiero decir que algunas cosas pueden ser diferentes a lo que sucede en Amo mi Pesadilla, pero lo hice porque así lo creí mejor para la historia, gracias***

Nico y Will corrieron por sus vidas. Tomados de la mano, pasaban junto a algunas personas que acababan de salir a continuar con sus vidas normales de mortales. Había personas vestidas en trajes elegantes y algunos vagabundos cerca que los volteaban a ver extrañados cuando pasaban a su lado.

"No mires hacia atrás," le dijo Nico a Will. Pero el rubio no podía detenerse. Esperaba voltear hacia atrás y encontrarse a Dante sonriéndoles, diciéndoles que por algún milagro del Olimpo el titán se había esfumado y estaban a salvo. Pero no. Cada vez que volteaba hacia los edificios cercanos al parque quedaba decepcionado. Por un momento, creyó que el flash azul que vieron minutos atrás significaría que Dante había logrado vencer a Orión, pero no le quedaba mucha esperanza en verdad.

Los dos semidioses continuaron la carrera por la ciudad de Los Angeles, ignorando a los que les hacían caras raras al ver a dos muchachos en pésimas condiciones corriendo como locos por la ciudad.

"¿Estás seguro de que sabes a dónde vamos?" preguntó Will después de un par de cuadras más.

"Sí, siento mucha muerte muy cerca de aquí. O estamos llegando a la entrada o hubo un gran accidente."

"Espero que sea la primera. No creo que Dante se nos vaya a poder unir, pero Orión..."

"Lo sé. Lo siento, Will," le dijo Nico, desacelerando el paso por un momento para voltear a ver a su esposo. Pudo notar el dolor en su rostro y, aunque sabía que había un pasado entre ellos dos, por primera vez creyó que tal vez ese pasado no había sido uno muy placentero al final, y que Will habría querido arreglar las cosas con él antes de que Dante muriera. Porque no, no había manera de que Dante hubiese sobrevivido una pelea con el titán. Nico sabía lo difícil que era deshacerse de él y que Dante no era uno de los mejores peleadores que existían. Desde que se ofreció a distraerlo, Nico supo qué significaba eso y le sorprendió su decisión. ¿Tal vez era su manera de remediar algo de su pasado? ¿La manera de hacer las paces con Will? No había tiempo para descubrirlo.

Will solo asintió y continuó corriendo junto a Nico.

Dieron vuelta por una calle y se encontraron de frente con un edificio que ponía "DOA Recording Studios" en un gran letrero. Reconoció esta entrada al inframundo y sin pensarlo dos veces comenzó a acercarse al edificio revisando el perímetro.

"Aquí es," le susurró a Will. "Aquí es a donde los muertos vienen a parar. Normalmente necesitaríamos pagar para ir al inframundo, pero ser hijo del dios del inframundo tiene sus recompensas."

Al entrar al edificio, Charon reconoció a Nico y lo saludó cordial. "Nico di Angelo..."

"No tenemos tiempo para saludos," lo apresuró Nico. "Estamos en un gran apuro y necesitamos llegar al inframundo, ¿nos llevas ya o esperas a que nos maten?"

"Pues la segunda opción no suena tan mal..."

"Charon, ahora."

"Por supuesto," refunfuñó él.

Al poco tiempo, ya se encontraban en el inframundo. Nico podía sentir que recuperaba sus fuerzas con el simple hecho de encontrarse ahí. Nunca se había percatado de que estar en el reino de su padre podía tener ese efecto en él, tal vez dado a que nunca había estado ahí en condiciones similares a las que se encontraba en ese momento. Recordó cómo Percy Jackson se sentía mejor bajo el agua y se preguntó si a Jason Grace le pasaría algo así también estando en el cielo...

"Tengo una idea," dijo Nico de pronto.

"Yo solo quiero saber cómo rayos llegaremos al río del olvido a tiempo," comentó Will. "Ni siquiera sé dónde queda..."

"De eso se trata mi idea," lo tomó por los hombros. "Estando aquí abajo me hace sentir más fuerte. Creo que eso significa que si hago un viaje sombra podré no morir del esfuerzo como tú dices."

La cara de Will cambió. "No lo sé, Nico. Es demasiado arriesgado..."

"¿Tú crees?" respondió Nico con sarcasmo. "Bien, supongo que podemos caminar hasta allá, o pedir un taxi. Al cabo tenemos todo el tiempo del mundo."

Will le dirigió una mirada molesta, pero accedió. "Está bien, tienes un punto. Pero deberás descansar después de ello."

"Me siento como nunca aquí, Will. Podría enfrentarme al titán yo solo y creo que ganaría."

"Okay, tampoco exageres. Solo has tu magia vudú y ya."

Nico cerró los ojos e intentó concentrarse. Tomó la mano de Will y pronto se esfumaron como si de aire se tratara.

Aparecieron a las orillas de un río blanco como la leche. Will pensó que parecía crema para tacos, y pensar en tacos le trajo recuerdos de su primera misión con Nico. En ese entonces ellos dos habían empezado a mostrar sus sentimientos por el otro. Eran tan pequeños...

"Aquí es," dijo Nico. "El río Leteo. Río del olvido."

"Qué no daría por lanzar a un par de semidioses aquí..." comentó Will. "Pero por ahora podemos enfocarnos en este titán de segunda."

"Correcto," le respondió Nico. "Pero primero debemos encontrar un lugar que no esté tan expuesto."

Nico comenzó a caminar, alejándose del río y dirigiéndose hacia una gran roca del tamaño de una casa de dos pisos a lo lejos.

"¿Tenemos un plan, entonces?" preguntó Will detrás de él, tomando su mano mientras caminaban.

"Algo así," respondió Nico. "Es más improvisar que plan, pero el chiste es que debemos acorralarlo, asegurarnos de que caiga al río lo antes posible. No debemos darle tiempo de hacernos daño."

"¿Estás seguro de que va a funcionar? No vinimos al inframundo sólo para que no funcione."

"No puedo asegurar nada, Will. Esto es lo único que se me ocurrió. A Percy le funcionó una vez. Sabemos lo que pasó con Bob."

"Pero... la lira-"

"Tendremos que preocuparnos por la lira después, Will. Lo importante ahora es librarnos de él."

Will meditó las palabras. "Sí, tienes razón." Le dio a Nico un beso en los labios y lo abrazó. "Hagamos esto."

Vieron al monstruo acercarse. La lira en una mano, su gran arco en otra. Su tamaño inmenso era inconfundiblemente inhumano.

"Venganza. Dulce venganza. Después de ti, hijo de Hades, sigue la Pretora." La figura avanzó hacia ellos y pusieron el plan en marcha.

Nico se dirigió hacia él para atacarlo. Will comenzó a lanzar flechas, las cuales fallaban ya que el titán las partía en dos con su espada. Una vez que llegó junto a Nico, lo golpeó con la parte plana de la espada y lo lanzó hacia un lado.

"¡NICO!" gritó Will con desesperación notoria en la voz. "¡Hey tú, feo! ¡La lira no es lo tuyo! ¡Deberías probar con maquillaje!"

El titán volteó en su dirección con una sonrisa. "Muy buen intento, hijo de Apolo. Pero no puedes distraer-" Nico se levantó y lo tacleó con todas sus fuerzas. Aunque no con las suficientes como para ganar.

El titán volvió a levantar la espada y estuvo listo para atacar, pero Nico desapareció en las sombras y logró posicionarse junto a la orilla del río.

Al titán no le gustaba ese juego. Comenzó a acelerar el paso hacia Nico.

"¡NICO! ¡¿Qué haces?! ¡Ese no era el plan!"

Nico susurró algo. Will estaba demasiado lejos como para poder escuchar.

"¡¡NICO!!!"

Nico volteó hacia él y formó unas palabras con sus labios. Unas palabras que Will siempre recordaría. "Te amo, Will."

"¡NICO! ¡¡¡NOOOOO!!!

El resto del recuerdo no era más que un borrón en su memoria. Will solo lograba entender una cosa de lo que había sucedido: ese era el día en el que había perdido a dos de las personas más importantes en su vida, y a sí mismo por igual.

Solangelo - La Vendetta di GhaccioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora