Will abrió los ojos y supo sin ver el reloj que ya era muy tarde para ir a almorzar. No había nadie en la cabaña de Apolo, ni una sola alma presente. Todos estarían afuera practicando con el arco o alguna otra actividad. Honestamente, a Will no podría importarle menos.
Se levantó de la cama y la dejó justo como estaba sin importarle que fuera la única en ese estado. Tomó las primeras prendas que encontró bajo su cama y fue hacia el baño a tomar una rápida ducha. Luego salió y miró la hora por primera vez en el reloj de uno de sus hermanos. Eran las 2 de la tarde.
"Tal vez esté a tiempo para la comida," susurró mientras metía su ropa usada bajo la cama.
Tenía un dolor de cabeza que lo mareaba con cada paso que daba. Solía tener muchos de esos los últimos meses, específicamente desde que lo habían sacado de aquélla clínica extraña con el doctor raro... ¿West, se llamaba?
Sus amigos se habían dedicado a hacerlo sentir mejor después de lo de West. Percy Jackson lo había llevado a nadar y surfear en la playa, Piper McLean lo había llevado de compras varias veces, Jason Grace intentó convencerlo de que intentara tirarse de un avión con él... todo en vano.
No completamente, por supuesto. El apoyo de sus amigos era imprescindible para su bienestar. Las pocas veces que lo hacían reír eran lo único que lo mantenía cuerdo, saber que seguía importándole a alguien lo hacía sentir que seguía valiendo la pena vivir. Sin embargo, el gran agujero en su alma seguía ahí, y era algo que nadie podría remediar.
A sus amigos les preocupaba que Will estuviera tan deprimido. Todo había empeorado después de lo de West, y no sabían si era por lo que había visto antes de ir con el doctor o por lo que pasó ahí dentro. Will no había querido hablar de ello.
No obstante, a todos les pareció poco a poco que Will era un caso perdido. Y los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses, y ya casi no intentaban hacerlo reír como antes.
Pero él no los culpaba. Ellos tenían sus propias vidas qué vivir. Ellos tenían a sus parejas y algunos incluso tendrían hijos en poco tiempo.
Por eso, Will no esperaba mucho de ese día cuando abrió la puerta de la cabaña de Apolo. Salió al exterior y se cubrió del intenso sol que sólo intensificó el dolor de cabeza. Caminó medio mareado hacia el comedor, saludando a un par de campistas que lo veían pasar.
Llegó al comedor y se sentó en la mesa de Apolo, aunque casi no había nadie por ahí. No era la primera vez que pedía comida fuera de horario...
"Disculpa, ¿podrías decirme dónde queda la cabaña de Hades?"
Will se congeló, como si Cronos hubiese detenido el tiempo a su alrededor. Esa voz. Conocía esa voz. ¿Preguntando por la cabaña de Hades? No. No podía...
"¿Disculpa? Es que soy nuevo... bueno, algo así."
Will comenzó a soltar lágrimas que caían como ríos por sus mejillas. Comenzó a temblar. Volteó poco a poco, listo para decepcionarse con la realidad. Cuando por fin lo vio, su corazón se detuvo y las palabras se perdieron en su mente. "Yo..."
"Oh, lo siento," respondió el otro al ver que estaba llorando. "No fue mi intención... Un segundo."
Will no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Sentía que en cualquier momento iba a desmayarse... O a despertar de un sueño.
"Yo te conozco." Los ojos del chico se abrieron como platos, como si hubiera descubierto algo de suma importancia. "Te recuerdo... ¡Te recuerdo! Eres..." frunció el ceño tratando de recordar. "Te llamas..."
Will no pudo contenerse más. Se levantó de su asiento y besó al hijo de Hades con tanta pasión que todo el mundo a su alrededor desapareció. Sentir sus labios dulces una vez más era como volver a nacer. Su piel tocando la suya era como tomar toda la ambrosia del mundo. Por un breve momento, Will sintió que era joven una vez más, y que todos sus recuerdos no habían sido más que un mal sueño.
Cuando separó sus labios de los del otro, este último sonrió con una lágrima cayendo por su rostro.
"Eres tú," susurró el hijo de Hades.
"Soy yo, Nico," confirmó el hijo de Apolo con una sonrisa.
"Will Solace."
Y cuando escuchó su nombre proveniente de los labios de su amado, Will sintió que el mundo volvía a tener sentido. Volvió a sentir su corazón latir.
-Fin.
Will Solace acarició el rostro de los gemelos que ya se habían quedado dormidos horas atrás. Recargó la cabeza en el hombro de Nico y le sonrió dulcemente.
-¿Y luego qué pasa, pa? -preguntó la niña, a pesar de que ya había escuchado la misma historia en las anteriores noches buenas.
-Luego... -contestó Will-. ¿Luego qué pasa, Calaverita?
-Luego adoptaron a una gran niña que resultó ser una princesa que combate zombies.
-¡Yay!
-Shh, Monique, vas a despertar a tus hermanos -le susurró Will.
Monique caminó hacia ellos y acarició la mejilla de sus hermanos.
-Lo siento, Dante. Lo siento, Bianca.
-Deberías ir a dormir, ya es tarde -le dijo Nico.
-Pero papá... Es navidad.
-Y Santa no te traerá nada si sigues despierta.
-Ay, Santa es un tramposo -refunfuñó Monique mientras se despedía de beso de sus papás y se encaminaba hacia las escaleras frotando sus ojos con las manos-. Los quiero, hasta mañana.
-Y nosotros a ti, cariño -le respondió Will.
-No seas tramposa tú y duérmete -agregó Nico-. A menos que quieras recibir carbón.
Una vez que la niña se hubo ido a dormir a su cuarto, Will y Nico cargaron a sus hijos y los llevaron a la cama. Luego fueron a su cuarto y se acostaron.
-Feliz Navidad, Will -le dijo Nico, frotando su nariz contra la del amor de su vida.
-Feliz Navidad, Nico -le respondió él, sabiendo que el siguiente día sería uno ocupado al ir al Campamento Mestizo a visitar a todos sus amigos. Siempre eran días ocupados, pero felices, y Will no podría haberlo querido de cualquier otra forma.
***
Hola! Solo quería decir gracias por haber leído mis fanfics. A todos aquéllos que esperaban con ansias el próximo capítulo desde El Fugitivo del Inframundo y a los que empezaron a leerlos hace poco, gracias. No podría decir que mi fanfic es el más leído de Solangelo (en español) si no fuera por todos ustedes. Gracias por esta enorme aventura, y que los dioses del Olimpo les concedan muchas más!
Ave Demigods.
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Solangelo - La Vendetta di Ghaccio
FanfictionDespués de todo por lo que nuestros heroes han pasado, todos estamos de acuerdo con que merecen un final feliz, ¿No es así? Y, ¿Qué mejor manera de finalizar una bella historia entre dos valientes semidioses que con una boda? Ahora que ambos chicos...