Cuando Dante escuchó el grito de advertencia Will, ya era demasiado tarde.
Will había tacleado a Nico justo a tiempo para salvarlo de la flecha que había sido disparada desde uno de los edificios que los rodeaban. Afortunadamente para ellos, ambos cayeron al suelo con solo un par de rasguños. Desafortunadamente para Dante, él había sido el siguiente en la fila.
El chico de hielo solo tuvo tiempo de ver el brillo de la punta metálica de la flecha que momentos después se insertó en su hombro. Dante cayó hacia atrás al suelo con un fuerte golpe.
"¡Dante!" escuchó que alguien lo llamó, pero su alrededor ya comenzaba a desvanecerse en un parpadeo.
Cuando parpadeó una segunda vez vio una figura con risos dorados aparecer frente a él. Bastó con un tercer parpadeo para que se aclarara su mente y viera a su viejo amigo frente a él, una expresión de horror plasmada en su rostro.
"¿Estás bien?" le preguntó el pequeño Will, su voz sonaba como si estuviera a punto de llorar. Y por alguna razón desconocida, él también lo estaba. Will tomó uno de sus brazos y tiró de él. "¡Vamos, antes de que nos alcancen!"
Se encontraban rodeados de nieve, y más allá se podían distinguir unas figuras oscuras a lo lejos, repetidamente lanzando grandes objetos que caían cerca de ellos. Otra persona tomó su otro brazo y juntos alzaron a Dante y los tres se echaron a correr de inmediato. Era Monique, la hermana de Dante. Su sonrisa le decía a Dante que todo estaría bien, que no importaba lo que sucediera ahí, estarían a salvo del peligro.
"Madre nos lo dijo, Dante," le había asegurado unos días atrás cuando se estaban enfrentando a otros monstruos. "Siempre que necesitemos ayuda, ella nos la dará."
Pero hasta entonces no parecía ser así. Habían enfrentado muchos monstruos, demasiados para ser un par de niños, y ni una sola vez la habían visto. Ni siquiera sabían si era cierto lo que les había prometido. ¿Qué tal si solo era un timo?
Pero no podía permitirse pensar así. Por el bien de sus dos personas favoritas, Will y Monique, tenía que continuar. Así que le sonrió a su hermana y tomó las manos de ambos, y juntos los tres siguieron subiendo la montaña hasta llegar a la cima.
"¿Cuánto falta?" preguntó Monique. Llevaban tres horas sin dejar de subir la montaña. Tres horas sin comer ni beber. Tres horas sin sentarse a descansar.
"No mucho," le contestó Dante. Pero eso le había contestado la vez anterior, y la anterior a esa.
"No puedo más," sollozó su hermana. "Tenemos que parar, aunque sean cinco minutos."
"¡No!" exclamó Will. "¿Estás loca? ¡Esas cosas nos quieren matar y no se van a detener ni dos segundos a descansar!"
"Pero solo quiero cinco minutos, Will."
"Son cinco minutos más a su favor, Monique."
"Ni siquiera hay señal de los monstruos..."
¡Dante, dile!"
Y la verdad era que Dante concordaba con Will, pensaba que cinco minutos podrían matarlos. Pero también pensaba que moriría si no descansaba pronto, ¿y cuál sería el punto de eso?
"Yo creo que cinco minutos están bien," respondió.
Will se vio ofendido, pero como habían acordado ya mucho tiempo atrás, dos a uno ganaba sin importar qué. Al de los risos no le quedó de otra más que sentarse en una gran roca cerca y descansar junto a los otros dos.
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Solangelo - La Vendetta di Ghaccio
FanficDespués de todo por lo que nuestros heroes han pasado, todos estamos de acuerdo con que merecen un final feliz, ¿No es así? Y, ¿Qué mejor manera de finalizar una bella historia entre dos valientes semidioses que con una boda? Ahora que ambos chicos...