La Orquesta. {Anastasia y Christian}

Capitulo dos.

        Miro a mi alrededor y el esta parado allí, veo como hace su brazo para atrás.

    -¡NO!

        Me levanto de un golpe, gritando, ¿qué mierda fue esa? Miro mi reloj y son las cuatro treinta y siete, ¡mierda! Me recuesto en mi colchón, pero los nervios siguen de punta con el miedo de que alguien entré y me golpee, "-¡eres una estúpida perra Anastasia!" Me tapo mis oídos al pensamiento que genera mi misma mente, no necesito esto ahora.
        Me levanto de la cama, hacia mi chaqueta azul que he dejado en la sala, llegando veo dos cervezas que sobraron y mi chaqueta, sacó los cigarrillos y enciendo uno rápido corriendo a la cocina por el encendedor, y hay nuevamente el humo caliente en mis mejillas, "-deberías dejarlo..." expulso el humo y vuelvo a sorber de el, esto es lo que necesito.
        Sin malos recuerdos, sin golpes o rasguños, o algo que se le parezca, todo esta bien, voy nuevamente a la sala, en donde con las llaves de Wanda abro una cerveza corona, suelto el humo y le doy un enorme trago a la cerveza, no hay nada mejor; "-si tanto te duele tener ese peso, debes desaserte de el, y comienza dejando de fumar." Expulso el humo y los recuerdos llegan como fulminantes luces que te ciegan, una casa con paredes rosa, mi madre en el sofá, y mi padre fumando y fumando... Cuando menos lo espero, mi cerveza y el cigarro ya hace en el suelo del departamento. Yo no quiero ser igual, quiero cambiar, ser diferente a lo que ellos fueron.
        Mi madre dándome una cachetada, me tiro junto a los trozos de vidrio roto y mi cigarrillo con humo ya esfumado de el, pongo mi cabeza al lado del cigarrillo. "-¡Nunca vas a ser nadie! ¡Sólo una cualquiera!." Esto ya no me estaba pasando ¿por qué ahora tan de repente pasa, pongo mi brazo en mis ojos, sintiendo la humedad que tienen, un nudo se forma en mi garganta y una bomba en mi cabeza me dice que ya no hay mucho tiempo.

        Pum, pum, pum... los golpes en mi cabeza no paran, junto con gritos en ella que me dicen golfa, perra, maldita, bastarda; yo pasó esos golpes en sollozos débiles, mi nudo en la garganta no me permite llorar mejor. Necesito algo más, algo más estaría mejor. Me levanto del suelo, mi cabello está lleno de cerveza y caen ligeras gotas que ignoró al llegar a mi habitación, y en cuanto pongo un pie allí todo se va a mi pequeño cofre de metal, el cual abro y sacó rápidamente lo que necesito.
        Voy a la cocina tomando un encendedor y saliendo de la casa con un fuerte portazo, sentandome en la acera. Encendiendo y absorbiendo ese humo caliente que de un momento a otro me hace olvidar todo. ¿Por qué estaba llorando? Lo enciendo nuevamente y absorbo. Todo va mejorando. Expulso el humo y conforme va subiendo los colores van cambiando. Lo enciendo nuevamente y absorbo. Así continuo hasta que se termina, pero todo esta mejor ¿por qué lloraba? ¡A sí! Por esa maldita zorra de Carla, esa estúpida con su maldito esposo, los odiaba a los dos estúpidos, los odiaba.

    -¡los odio!

        Si, no los odiaba, los odio aún.

    -¡me escuchan! ¡Me las pagarán malditos!

        Grito aún más fuerte, se que nadie me escuchara, nadie me escucha nunca. Me recargo en la pared, y comienzo a golpear mi cabeza en ella, ellos tienen la culpa ¿no es cierto?

    -si, ellos tienen toda la culpa... toda.

        Miro la acera, todo sigue igual, todo esta hermoso y con miles de coches en ella, todo esta igual, esta hermoso. Un hombre se pone enfrente mío, ¡Si! ¡Es Elliot!

    -¡Elliot!

        Dice algo pero no lo escucho, no paró de golpear mi cabeza en la pared y comienzo a golpearla un tanto más fuerte, pero no se siente nada, sonrió por lo que suena en mi cabeza "boom, boom, boom." Veo como Elliot discute con alguien, hasta que veo a esa alguien, Kate. Empieza a hablarme pero no escucho nada, sólo mueve los labios, JA, parece loca, ella es la loca yo no. Sigo pegando mi cabeza en la pared hasta que Elliot me levanta del suelo y me mete en el horrible lugar, en donde veo escaleras y puertas, hecho la cabeza para atrás y veo a Kate, ¡hola Kate! Sonrió.