A Window (Vkook) [HIATUS]

Flores

Taehyung

Taehyung había despertado temprano ese día, a pesar de haberse dormido tan tarde por dejarse llevar por su música, se sentía descansado y repuesto, por lo que no perdió tiempo y se puso de pie vistiéndose. Su ropa era como poco, sencilla. Un suéter blanco y unos pantalones de chandal marrón oscuro, nada del otro mundo. Tomó sus llaves, su billetera y su teléfono saliendo de casa, pero sólo unos segundos después se devolvió a buscar un abrigo más, el invierno cruel se cernía sobre la ciudad. Una vez se colocó aquel abrigo café (más claro que sus pantalones) se apresuró a salir, esta vez el frío que sintió al salir fue mínimo en comparación.
Cruzó la calle y buscó con la mirada una tienda que pudiera suplir su necesidad, pero con la poca atención selectiva que poseía le era difícil, en especial con la tienda de mascotas que se encontraba a tan sólo unos pasos de él. Sacudió la cabeza, no había venido por eso, continuó buscando, usando sus manos como binoculares, la gente le miraba raro pero vamos, ¿Qué importaba? En cuanto divisó la tienda en que vendían plantas corrió hacia allá, por poco lo atropellan, otra vez.

Cuando entró en aquel "verdoso" lugar sus ojos se centraron automáticamente en una planta, por un segundo le recordó al chico de cabellos azabaches que vivía frente a él, su sonrisa segura e infantil se deshizo en una casi tímida sonrisa, se pasó la mano por el cabello, despeinándose, la sonrisa del chico le había puesto los pelos de punta hace un par de días, incluso antes cuando le medio gritó "Buenas noches" sin pensarlo, los segundos en que el chico se mantuvo sorprendido y lo miró con sus grandes ojos,  habían sido eternos para él, su corazón bombeaba sangre como loco,  a pesar del frío su cuerpo ardía, se preguntó qué había hecho, y es que sólo había entrado en pánico, no quería que todo terminara en la sonrisa que el chico le había brindado, así que cuando su cerebro hizo corto circuito y no se pudo conectar con el cuerpo de Taehyung, él sólo gritó "Buenas noches", después de eso estuvo a punto de salir corriendo, y lo habría hecho, pero su cuerpo no se movió, y entonces su corazón se saltó un latido al oír la risa del otro chico, que con una sonrisa y un movimiento de mano se despidió de él.

Era sin duda el primer encuentro más intenso que había tenido con alguien.

Una vez en su casa, se dejó caer apoyando su espalda en la puerta, tenía en las manos la bolsa con la maceta, suspiró. Había acabado comprando las flores aún cuando iba por un cactus, quiso convencerse de que no fue porque le recordaran al chico del balcón, pero fracasó monumentalmente con sus argumentos de "Sólo es mi vecino" en cuanto salió al balcón  colocar el masetero y vio las cortinas de aquel apartamento abrirse, mostrando a un chico de cabellos negros y mojados, de piel blanca y sin imperfecciones, incluso las leves ojeras parecía lucirlas en su rostro. No pudo evitar sonreírle, que fue el primer paso para echar por tierra su propio argumento. El chico le sonrió de vuelta y su cuerpo se tensó un poco, pudo leer un "Buenos días" en los labios del pelinegro, el ser respondido hizo que una oleada de inocente alegría recorriera su cuerpo, pero en su euforia, como siempre, hizo algo que no planeaba hacer, ensanchó su sonrisa y le guiñó un ojo.

"Oh no" pensó, ¿Qué había hecho ahora?
Se encontraba otra vez en una  situación parecida, en el que el pelinegro sorprendido reía (con inocencia a sus ojos) y volvía a entrar en su habitación, con vergüenza el mayor también entró en su habitación, se apoyó de espaldas contra la pared y suspiró.

Incluso si las flores eran así de bonitas, aún no le hacían justicia, pensó.