Fotos

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Taehyung


Armé el último avión de papel que mandaría con todo mi valor y también con el rostro rojo, no tenía idea de qué me respondería, pero tenía que hacerlo, esta era mi oportunidad y la euforia que sentía aún se paseaba por mi cuerpo, haciéndome incapaz de pensar correctamente.

Con el avión entre las manos, y la vista clavada en el piso, me detuve a pensarlo una vez más, en esto se definiría si ganaba o perdía, pero cualquiera de las dos fuera, sabía que me había ilusionado desde que el primer avión de papel llegó en respuesta, sabía que ese chico tenía algo especial, y sólo podía rezar para que él viera lo mismo en mí.

Lancé el avión casi cerrando los ojos, mi rostro ardía y mi corazón latía con fuerza haciéndome ver destellos de luz a mi alrededor, pero todo los que mis ojos podían ver era a aquel chico sonrojado del otro lado de la calle, tomando entre sus manos un avión de papel y leyendo su contenido con los ojos bien abiertos, no podía pensar aún cuando sentía que todo pasaba demasiado lento, aún cuando cada segundo me torturaba me obligué a mirar, me obligué a permanecer en el balcón, me obligué a llevar esto hasta el final, ahora sabría si mis ilusiones y mi forma ilusa de ser sería aunque sea mínimamente recompensada o si mi corazón barrería el suelo de nuevo, como suele hacer.

Él alzó la mirada con la boca abierta del asombro, se mordió el labio inferior y puso una cara de inseguridad, un gesto un tanto peligroso si yo estuviera cerca, pero aún no lo estaba...

Asintió, cerrando los ojos y sonriendo, cuando volvió a mirarme yo podía sentir mi rostro en llamas y una sonrisa que se abría paso en mi rostro. No me quitarían la sonrisa en días, eso seguro.

Bajé las escaleras corriendo, no me había colocado zapatos, tampoco una chaqueta, la noche era fría pero no podía enfriar mis sentimientos ni mi acelerado cuerpo, salí del edificio y crucé la única calle que nos separaba, "¿Puedo ir?" había escrito en el papel, él había dicho que si... Él quería verme, quería conocerme... No podía pedir más. De verdad que no.
Abrí la puerta de la recepción del edificio y entré corriendo, el recepcionista me miró sorprendido y preocupado, no daba mucha confianza, apenas llevaba unos shorts negros y una playera verde mar, sin mencionar que iba descalzo en invierno y tenía la cara tan roja como si tuviera una insolación severa. Miré a todos lados y noté que no sabía en qué piso vivía, pero supuse que sería el 7mo, ya que yo vivía en el 8vo y mi piso quedaba algo por encima del suyo. En el ascensor, frente al espejo me pasé las manos por el rostro, tratando de calmarme, luego por el cabello, tratando de lucir aunque sea remotamente presentable y atractivo, porque claro estaba que yo no quería jugar a los piratas con él, quería jugar a la familia.
Cuando el ascensor se detuvo me giré bruscamente, al tiempo que las puertas se abrían y dejaban ver un pelinegro de rostro sonrosado con ojos oscuros y brillantes, salí de el para encontrarme con él, estaba tan acelerado y emocionado, que no había pensado qué decir, no tenía idea de qué se suponía que hablaría, no le conocía de nada... Estaba pensando en ellos cuando su voz (Oh Dios, su voz..) me sacó de mi trance, le miré a los ojos y sonreí, sonreí como había querido sonreírle en todo este tiempo, él me correspondió la sonrisa y con la mano me hizo una seña para que lo siguiera. No lo había pensado antes pero, él era alto, con una complexión excelente y una piel realmente clara, sin darme cuenta me hallé preguntándome hasta cuanto tiempo duraría una marca en su piel, cosa que automáticamente descarté, centrándome en el problema actual: Buscar un tema de conversación. Pero mi problema rápidamente se solucionó cuando entré a su apartamento, se veía igual que el mío antes de que lo pintara de colores llamativos y cálidos, se veía medio vacío y totalmente impersonal, como si allí no viviera nadie realmente, me pareció casi triste, su apartamento no decía mucho de él, no decía casi nada. Hasta que vi una cámara sobre la mesa de la cocina, inmediatamente pregunté por ella, a lo que él se volteó a verme con una sonrisa y fue por ella, me mostró como se usaba y constantemente usaba palabras que yo no entendía, términos técnicos, pero eso no importaba, estaba más concentrado en lo cerca de mí que estaba que en la complicada técnica de apretar un botón para que una imagen se plasmara en un rollo de cámara.
Quizá fui demasiado obvio, bueno, quizás no, estoy seguro de ello. Él levantó la vista hacia mí, notando mi mirada en él y paseó sus ojos desde mis ojos hasta lo que pareció mis labios, mi corazón dio un vuelco y casi lo beso allí mismo, sentía el ambiente para hacerlo, pero no la confianza, si lo besaba incluso antes de saber su nombre ¿Qué clase de relación tendríamos? ¿En clase de persona me convertiría?. El chico se apartó de mí, notablemente nervioso, y comenzó a caminar hacia lo que parecía su habitación, me habló sobre lo que estudiaba, y preguntó por lo mío, por un segundo recordé lo que había sucedido con mis compañeros en mi presentación, y la angustia cruzó mi rostro, él lo notó y sin decir nada, extendió su cámara hacia mí, estaba serio, pero su expresión me daba tranquilidad, no era el tipo de mirada que te juzga ni el tipo de expresión que te intimida, era apacible. "Tómame una foto" dijo, al principio no lo entendí, quería tomarle una foto pero no entendía el contexto de lo que decía, "Te lo debo. Yo..." no terminó la frase cuando desvió la mirada al suelo, aún extendiéndome su cámara. "Yo te saqué unas fotos, hace unos días.... cuando estabas en tu balcón... Creí que lucías realmente bien con el ambiente, sabía que no debía pero lo hice de todas formas, lo siento." su voz era baja, no era ni firme ni débil, parecía avergonzado pero se veía totalmente honesto, pero mi mente comenzó a analizar lo que decía, ¿Para qué diablos iba a querer una foto mía? Habían mejores cosas a las que tomarles fotos, pero a la vez me hizo feliz, quizá me encontraba aunque sea ligeramente atractivo. Tomé la cámara y enfoqué hacia él, "Click", tomándole por sorpresa, grabando en el rollo de la cámara sus grandes ojos y su prominente sonrojo, él protestó, diciendo que no sabía que la tomaría de la nada, a lo que yo sonreí retador, "Quiero fotografiarte en el balcón" solté, él me miró confundido, pero de todas formas fue hacia el balcón, abriendo las cortinas otra vez y apoyándose en la baranda sin saber bien qué hacer, parecía que jamás había estado del otro lado del lente de la cámara, esto se veía divertido...

"Click"....

A Window (Vkook) [HIATUS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora